Cuando pensamos en la diversidad dentro del ámbito laboral solemos centrarnos en factores como el género, la etnia o la edad. Sin embargo, hay un aspecto crucial que a menudo pasa desapercibido: la neurodiversidad. Este término abarca una variedad de diferencias neurológicas como el autismo, el TDAH, la dislexia y otras condiciones que afectan el procesamiento cognitivo. Incorporar profesionales con neurodiversidad en el trabajo representa una oportunidad significativa para mejorar la innovación, la productividad y el bienestar general de las empresas. ¡Descúbrelo en este post!
Acuñado en 1998 por la socióloga australiana Judy Singer, la neurodiversidad es un concepto que abarca una amplia gama de diferencias neurológicas que afectan cómo las personas piensan, aprenden y se comportan: el autismo (TEA), el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la dislexia, la dispraxia o el síndrome de Tourette, entre otras.
Estas condiciones, lejos de ser «trastornos» que deben ser corregidos, son variaciones naturales del cerebro humano que pueden aportar ventajas únicas: los equipos cognitivamente diversos pueden resolver problemas un 60% más rápido que los que no lo son. ¿La razón? Las personas con diferencias neurológicas suelen aportar perspectivas únicas y habilidades especiales que pueden llevar a soluciones creativas y fuera de lo común.
Cada condición neurodiversa trae consigo una serie de habilidades y talentos específicos. Por ejemplo, las personas con autismo pueden mostrar pensamiento lógico, gran capacidad para concentrarse durante largos períodos de tiempo y una atención al detalle excepcional. Empresas como SAP y Microsoft han creado programas específicos para contratar a personas con autismo, logrando mejoras significativas en áreas como el control de calidad o identificar problemas de software.
De igual manera, las personas con dislexia a menudo desarrollan una fuerte capacidad para pensar de manera visual y resolver problemas de forma creativa. Richard Branson, el fundador de Virgin Group, atribuye gran parte de su éxito a su dislexia, ya que esta le ha permitido ver las cosas desde una perspectiva diferente y abordar los desafíos empresariales de manera innovadora.
Las personas con TDAH, por otro lado, tienden a ser extremadamente resilientes y enérgicas. Su habilidad innata para manejar múltiples tareas y adaptarse rápidamente a cambios en el entorno laboral puede ser valiosa en entornos dinámicos y de alta presión.
Las políticas inclusivas pueden mejorar significativamente la fidelización y satisfacción de los empleados. Cuando estos sienten que son valorados y que sus diferencias son apreciadas, es más probable que se sientan comprometidos con la empresa. Esto se refleja en el estudio sobre diversidad e inclusión 2022 de PageGroup: las políticas de diversidad se convierten en ventaja competitiva al posicionarse como mejor opción para los candidatos (59%), mayor satisfacción de los empleados (61%) y mayor tasa de fidelización (36%).
Contrariamente a las opiniones estereotipadas, las personas neurodivergentes con autismo suelen ser profundamente empáticas. Esto se traduce en una mejor experiencia de cliente a la hora de ayudar, comprender y proporcionar productos y servicios innovadores y/o significativos. Sin olvidar que aquellos equipos con profesionales neurodivergentes en algunos roles pueden ser un 30% más productivos que aquellos que no los tienen.
Al fomentar un ambiente de trabajo inclusivo, las empresas envían un mensaje claro sobre sus valores y su compromiso con la diversidad tomando conciencia de los prejuicios inconscientes.
En Savia Empresas creemos en el poder transformador de la neurodiversidad. Nuestro objetivo es apoyar a las empresas proporcionando servicios de salud y bienestar personalizados y adaptados que fomenten un ambiente laboral donde todos los empleados puedan prosperar. Infórmate sin compromiso.