El rendimiento laboral y los descansos entre jornadas son dos caras de la misma moneda. Son numerosas las situaciones en las que tanto empresarios como empleados piensan que no pueden -o no deben- detener su actividad para mantener la productividad. Cuando realmente es todo lo contrario. Además de ser un derecho laboral, el descanso de los empleados es una eficaz estrategia que impulsa su energía y concentración, garantizando el éxito empresarial.
Tomar un descanso en el trabajo es una necesidad, una práctica que va más allá del cumplimiento legal. Trabajar de forma continua aumenta el estrés y la fatiga, reduce la capacidad de concentración y aumenta el riesgo de cometer errores.
Por su parte, las pequeñas pausas contribuyen a mantener elevados los niveles de motivación y satisfacción en el trabajo. El tiempo de descanso en el trabajo permite a los empleados realizar una adecuada gestión de la carga laboral, fomentando un ambiente saludable. En definitiva, grandes ventajas competitivas para la compañía.
Tal y como muestran diferentes estudios y encuestas, el 94% de los empleados que toman descansos en su jornada laboral sienten que las pausas refrescan su perspectiva del trabajo.
Asegurar descansos durante la jornada laboral puede aportar una serie de beneficios:
Asimismo, los descansos permiten a los trabajadores relajarse, favoreciendo un ambiente de trabajo saludable y reduciendo el riesgo de problemas de salud como el burnout.
De acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores, el descanso en el trabajo debe ser de al menos 15 minutos cuando la jornada de trabajo continuada supere las seis horas. No obstante, su duración puede variar según el tipo de actividad.
Un modelo comúnmente adoptado por muchas organizaciones es la regla 90/10, donde por cada 90 minutos de trabajo, el empleado debería tomar un descanso de aproximadamente 10 minutos, además del descanso para la comida. Unos pocos minutos pueden ser suficientes para realizar ejercicios de estiramientos, despejar la mente y aliviar la tensión corporal.
El descanso mínimo entre jornadas garantiza que los empleados tengan tiempo suficiente para recuperarse física y mentalmente, además de defender un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal. Tal y como refleja el Estatuto de los Trabajadores en el artículo 34.3, el empleado dispondrá, como mínimo, de 11 a 12 horas entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente. Esto debe respetarse incluso cuando la distribución de la jornada sea irregular o cuando se realicen horas extraordinarias.
Fomentar una cultura de trabajo que promueva los descansos tiene como resultados empleados satisfechos y comprometidos. Esto puede llevar a una mayor fidelización de talento y a la atracción de nuevos empleados cualificados. Como empresa puedes ayudar a tus empleados a que saquen el máximo provecho de su descanso proporcionándoles servicios como entrenamiento personal, sesiones de fisioterapia o incluso videoconsultas de Psicología. Invierte en la salud de tu activo más valioso con Savia Empresas. Infórmate sin compromiso.