Solemos asociar la salud financiera a la solvencia y eficiencia que tiene una empresa en el control de sus recursos económicos. Pero, ¿y la salud financiera personal? ¿Afecta al bienestar del empleado la salud financiera de la empresa? A lo largo de este post descubrirás que la relación entre la salud financiera corporativa y el bienestar de los trabajadores es clave para el desarrollo sostenible y el éxito a largo plazo de la organización.
Definimos la salud financiera como la capacidad de una persona o empresa para manejar sus ingresos, gastos, deudas y recursos económicos de manera efectiva. En el ámbito personal, una buena salud financiera se traduce en la tranquilidad de saber que se pueden afrontar gastos inesperados y objetivos a largo plazo sin angustia. En el mundo corporativo nos referimos a la capacidad para cumplir con obligaciones, invertir en crecimiento y la medición del rendimiento y la rentabilidad. En definitiva, ¿qué es la salud financiera en pocas palabras? La piedra angular que sustenta la toma de decisiones y la tranquilidad ante el futuro.
Saber cómo mantener las finanzas saneadas es esencial para cualquier empresa. Para lograrlo, es fundamental seguir los siguientes consejos:
En definitiva, para asegurar la salud financiera de una empresa, es imprescindible mantener una visión clara del flujo de caja, realizar proyecciones financieras realistas y establecer políticas de inversión y ahorro prudentes.
Gracias al Center for Financial Services Innovation (CFSI) podemos identificar 8 indicadores para evaluar el estado de salud financiera y que, a su vez, actúan como base para cuidar y garantizar la salud financiera personal:
Si la salud financiera empresarial es importante, la de los empleados no lo es menos. El estrés por afrontar las deudas o la incertidumbre financiera impacta directamente en el rendimiento laboral.
Una vez que hemos definido qué es la salud financiera, tanto en la empresa como en el ámbito personal, resulta fácil aportar ejemplos.
Un ejemplo de salud financiera de una empresa podría ser una compañía con un fondo de emergencia suficiente (entre 3 y 12 meses de gastos) para afrontar situaciones económicas complejas, sin afectar a la estabilidad laboral de sus empleados ni a su actividad. Por otro lado, un empleado con salud financiera personal adecuada es aquel que tiene ahorros (destina al fondo de emergencia cerca del 20% de su sueldo), un presupuesto bien gestionado y planes de inversión a largo plazo, asegurando su tranquilidad frente a las incertidumbres del día a día.
Una buena salud financiera personal, familiar o empresarial es clave para poder hacer frente a imprevistos y afrontar los planes de futuro a los que se aspira. Tal y como anticipamos, el estrés financiero -tanto de empleados como de empleadores- puede convertirse en un factor de distracción y ansiedad, pudiendo mermar la eficiencia y la satisfacción en el trabajo. Desde Savia Empresas apostamos por el servicio de videoconsultas de psicología en el trabajo no solo para abordar las cuestiones habituales, sino también para proporcionar herramientas y estrategias que ayuden a la estabilidad en la salud mental y rendimiento laboral. Infórmate sin compromiso.