Las carillas dentales son una alternativa terapéutica muy socorrida en el tratamiento estético del llamado “frente anterior de la boca” (que es la zona que queda expuesta ante una sonrisa). Clásicamente, ha prevalecido el criterio médico-dental sobre el estético. Sin embargo, en el momento actual, no nos conformamos sólo con curar las afecciones de la boca, sino que buscamos la forma de conseguir la mejor sonrisa.
En el campo de la estética dental es muy importante contar con el apoyo de la Ortodoncia pues su movimiento dental nos permite corregir rotaciones y malposiciones, de gran perjuicio estético en el paciente. Otras afectaciones como la tinción del esmalte, unos bordes dentales irregulares, una fractura del borde del diente, unas encías enfermas o una caries pueden inducir una baja autoestima en el paciente y, en ocasiones, su aislamiento social.
Como es natural, todo puede relativizarse, pero no podemos olvidar que nuestra boca es una de nuestras principales cartas de presentación, que no la única. Es evidente que preferimos tener enfermos los dientes posteriores que los anteriores, pero no es nuestra elección… Asimismo, el impacto positivo que recibe el paciente al someterse a un tratamiento estético compensa, con creces, el esfuerzo económico que le ha representado.
Se trata de una capa realizada normalmente en material acrílico o porcelana que se coloca en la cara anterior del diente (idénticamente a una uña postiza colocada sobre la uña original). Se adhiere a la cara externa del diente de forma que cubre los defectos estéticos y confiere un aumento de dureza o resistencia a la pieza.
Los dos materiales más comúnmente empleados son la porcelana y el composite (es el mismo material acrílico blanco que se emplea para las obturaciones o empastes).
Suelen indicarse para corregir pequeñas alteraciones de forma y tamaño de los dientes, separaciones entre ellos (diastema), alteración del color y pigmentaciones en la superficie dental.
Cuando sólo un diente precisa tratamiento estético suele recomendarse la carilla de composite ya que sólo requiere una visita en consulta. No precisa la intervención del laboratorio protésico, y el coste es inferior.
Si el paciente requiere tratamiento en varias piezas dentales debe contemplarse la posibilidad de colocar carillas de porcelana (si el paciente puede permitírselo económicamente) dado que le conferirán más resistencia y durabilidad. Asimismo, al estar realizadas en el laboratorio el acabado será más nítido, natural y homogéneo que el manual.
En caso de malposición dental (rotación, apiñamiento…) puede verse dificultada la colocación de la carilla por falta de espacio por lo que optaremos por corregir inicialmente el problema ortodóntico y, posteriormente, el estético.
Del mismo modo, en caso de que el paciente sea bruxista y su motivo de consulta sea el desgaste dental debemos recomendarle abordar el problema de bruxismo mediante una férula de descarga pues también las carillas dentales se desgastarían si el rechinar de dientes persiste.
Como ves, a pesar de ser un tratamiento estético, no siempre está indicado realizarlo. Es importante la valoración del profesional. ¿Qué podríamos concluir? Que si estás contento con tu sonrisa no la cambies bajo ningún concepto, es el principal motivo para dejarla tal y como está. Si no lo estás, puedes consultarlo con tu odontólogo en tu siguiente visita. El tratamiento estético dental no sólo satisface al paciente, sino también al profesional que lo realiza. Nuestra mayor recompensa/satisfacción es brindarle un espejo tras finalizar el tratamiento estético, ya que, en ese momento, su primera sonrisa nos la dedica a nosotros.