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Clamidia

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La clamidia es un tipo de bacteria especial que tiene un comportamiento a caballo entre una bacteria y un virus. Existen tres tipos de clamidia que pueden afectar a las personas, pero en este caso hablaremos de la Chlamydia Trachomatis, que es causante de una infección ginecológica. Las otras dos especies son causantes de infecciones respiratorias.

Existen tres tipos de clamidia que pueden afectar a las personas, pero en este caso hablaremos de la Chlamydia Trachomatis, que es causante de una infección ginecológica. Las otras dos especies son causantes de infecciones respiratorias.

Cómo se transmite y qué síntomas provoca

La transmisión de la infección por clamidia es por vía sexual, afecta tanto a hombres como a mujeres y puede ser completamente asintomática. Cuando causa síntomas son muy variados:

  •         Uretritis, es decir, síntomas de inflamación de la uretra que pueden confundirse con una infección de orina. En varones puede acompañarse de secreción purulenta por el meato uretral y de dolor testicular.
  •         En mujeres también se puede observar esa secreción a través del orificio del cuello uterino, pus que proviene del interior del útero y por tanto estar afectando los genitales internos en una entidad que se llama enfermedad inflamatoria pélvica, que se define como una infección de gravedad moderada-severa, que afecta útero y trompas, con potencial de afectar toda la cavidad abdominal y lesionar las trompas permanentemente, hecho que conllevaría problemas para la fertilidad femenina.
  •         Si se transmite por sexo anal puede ocasionar inflamación del recto con dolor rectal y secreción anormal mucosa o hemática por el ano.
  •         En personas con un determinado grupo genético puede ocasionar un síndrome general que afecta los ojos, las articulaciones y la piel llamado Síndrome de Reiter.

Otras consecuencias de la clamidia

En los casos de gestantes afectadas por clamidia podemos encontrarnos con recién nacidos contagiados por este germen durante el parto al que pueden causar conjuntivitis, motivo por el cual es norma aplicar una pomada antibiótica ocular a todos los bebés que nacen en centros sanitarios. Si no se trata, una infección ocular neonatal por clamidia puede ocasionar problemas graves o incluso ceguera.

No en nuestro medio, pero en algunos países de Asia, África y América, existen unas cepas concretas de clamidia que ocasionan una pequeña úlcera genital que pasa desapercibida y cura en pocos días, pero posteriormente puede ocasionar una grave inflamación de los ganglios de la zona que pueden formar grandes colecciones de pus y una severa afectación general.

Otras cepas de clamidia pueden causar una conjuntivitis que se transmite de persona a persona favorecida por las malas condiciones higiénicas. Es una de las principales causas de ceguera en países subdesarrollados.

A quién afecta

La incidencia es difícil de calcular, pues el 70% de las infecciones son asintomáticas y, al ser una infección de transmisión sexual, es mucho más frecuente en determinados grupos de población de riesgo.

Tratamiento efectivo

Una vez planteado este contexto apocalíptico hemos de dar un mensaje tranquilizador ya que a pesar de que la infección tiene una alta prevalencia, en la mayoría de los casos las infecciones son leves y además el tratamiento antibiótico es altamente efectivo, así que el reto es saberla diagnosticar y tratar. Hay que tratar también a las parejas sexuales del sujeto infectado.

El diagnóstico es fácil con unas pruebas de laboratorio sencillas pero específicas, así que hay que sospecharla, porque los medios de cultivo que se usan habitualmente no son buenos para detectarla.

Prevención

Como la transmisión es mediante relaciones sexuales no protegidas, tanto orales, vaginales como anales, con la persona infectada, la manera de prevenir la infección es mediante el uso del preservativo en todas las prácticas sexuales y durante todo el contacto. La persona infectada puede perfectamente no ser consciente de ello pues un alto porcentaje son asintomáticas. Y la infección no deja inmunidad, así que tras haber recibido tratamiento y solventado la infección conviene mantener las mismas medidas de precaución pues el recontagio es posible.

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