Más de la mitad de las mujeres lo ha experimentado, sobre todo en la juventud. El dolor menstrual puede iniciarse incluso antes del sangrado menstrual y permanecer durante los dos o tres primeros días. Se puede notar en la pelvis, la zona lumbar o en los muslos. En ocasiones se asocia a náuseas, vómitos o diarrea.
Para entender qué lo motiva y por qué ciertas circunstancias lo eliminan o atenúan es importante tener una idea de qué ocurre en el cuerpo de la mujer durante su ciclo menstrual. Este repaso fisiológico es interesante, pues existe una gran desinformación al respecto y muy habitualmente durante mi vida profesional he detectado que muchas pacientes creen que durante sus reglas eliminan el óvulo no fecundado, y eso no tiene nada que ver con lo que realmente ocurre.
El ciclo menstrual más común dura aproximadamente 28-30 días entre el primer día de una regla y el primer día de la siguiente (pero no significa que pase nada anormal si dura entre 25 y 35 días). Se divide en dos fases: la primera fase desde que viene la regla hasta la ovulación, segunda fase desde la ovulación hasta la siguiente regla. Así pues en ciclos de 28 días ovulamos el día 14, si el ciclo es más corto o más largo la fase que se modifica es la primera, pues desde la ovulación hasta la siguiente regla siempre hay un plazo más o menos constante de 14 días. Y a nivel ginecológico se observan modificaciones a lo largo del ciclo en dos niveles: útero y ovarios, simultáneas y paralelas. Intentaré a continuación explicarlo brevemente:
A nivel ovárico, desde el primer día del ciclo se inicia el crecimiento progresivo de una pequeña bolsita de líquido llamada folículo, que contiene el óvulo. Cuando adquiere determinado tamaño y madurez, aproximadamente a los 14 días de haber tenido la regla, esta bolsita se rompe y deja salir al óvulo en el acontecimiento llamado ovulación, que será captado por la trompa donde puede ser fertilizado por un espermatozoide. Si no se produce esa fertilización, el óvulo desaparecerá imperceptiblemente en pocos días.
En el interior del útero existe un tejido que recubre todas sus paredes internas llamado endometrio que durante toda la primera fase del ciclo va creciendo para llegar a su máximo de madurez y grosor en el momento de la ovulación, y su finalidad es actuar a modo de “colchón” para que si ha habido fecundación el embrión pueda alojarse en él cómodamente y lo alimente hasta que construya su placenta.
A nivel ovárico observaremos durante esta fase de ciclo la “cicatriz” que ha dejado el folículo cuando se ha roto para dejar salir al óvulo que tendrá un importante papel en la secreción de unas determinadas hormonas
A nivel del endometrio, si no ha habido fecundación y embarazo, empieza un proceso de degeneración de todo ese tejido que hemos construido y no ha sido útil durante dos semanas. El proceso culminará el día que se inicia la regla, cuando “se derrumba” completamente dejando las paredes interiores del útero “descarnadas” con lo que sangran unos cuantos días hasta que el nuevo tejido endometrial del nuevo ciclo lo recubre.
Ahora que entendemos todo lo que sucede durante el ciclo menstrual comprenderemos por qué duele la regla: en el endometrio, durante la segunda fase de un ciclo en el que ha habido ovulación, se generan unas hormonas llamadas prostaglandinas que son las responsables del dolor menstrual. Las células endometriales acumulan estas hormonas y cuando se deshacen durante la regla liberan las prostaglandinas que causan contracciones uterinas y, por tanto, el dolor.
Así que podemos concluir que la regla sólo duele si el ciclo es ovulatorio. Es por este motivo por el que normalmente las niñas no suelen tener dolores de regla durante el primer-segundo año de reglas, pues sus ciclos no son ovulatorios, así como las usuarias de anticonceptivos hormonales tampoco porque esos tratamientos inhiben la ovulación y secundariamente la producción de prostaglandinas y el dolor.
Por tanto, para aliviar la dismenorrea tenemos que incidir en relajar las contracciones uterinas, disminuir la producción de las prostaglandinas o inhibir la ovulación. Ante una mujer con reglas dolorosas, lo primero es descartar que no haya alguna patología subyacente que las provoque, así que deberíamos consultar al ginecólogo. Si todo está bien se considera que es una dismenorrea primaria (sin causa orgánica) y si es necesaria una pauta terapéutica los tratamientos que han demostrado efectividad son:
Y, alternativamente, sin suficiente evidencia científica, se ha planteado que también pueden atenuar el dolor estas medidas: