Cada vez son más las personas que reclaman productos y remedios naturales alternativos para sustituir y/o complementar a los tratamientos de síntesis actuales. Desde los años 70 ha habido un resurgimiento de las llamadas medicinas alternativas, entre las que se encuentra la fitoterapia. Este nombre hace referencia a una ciencia basada en la utilización de las plantas medicinales y sus derivados con una finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, aliviar o curar enfermedades y trastornos de salud. A continuación, repasaremos los puntos fuertes de la fitoterapia, que los tiene, pero también sus limitaciones, lo que obliga a hacer un buen uso de estos recursos naturales. Y es que, como veremos, natural e inocuo no son sinónimos.
Desde la antigüedad, el ser humano se ha ayudado de los recursos vegetales naturales que ofrecía su entorno para aliviar sus dolencias o proporcionarse bienestar. Ya en la época prehistórica, el hombre utilizó plantas medicinales para tratarse sin tener un conocimiento sobre ellas, sino de manera instintiva como hacen los animales. Posteriormente, con el paso de la agricultura se inició el cultivo de plantas medicinales y elaboración de remedios. En esos tiempos el uso de las plantas medicinales iba unido a ritos mágicos representados por figuras como “el curandero” o “el chamán”.
Más adelante, la fitoterapia se fue implantando y desarrollando en distintas culturas, como la egipcia, a través del papiro de Ebbers (1500 a.C.); la china, a través de su medicina tradicional de más de 3.000 años de antigüedad; la India, donde se desarrolló la medicina ayurveda; o en Grecia, a través de Dioscórides que fue el gran recopilador de la fitoterapia en el siglo I de nuestra era. La fitoterapia evolucionó a lo largo de la historia, experimentando un crecimiento importante tanto en su estudio como en su aplicación en tratamientos y permitiendo un mayor uso de vegetales con acción terapéutica.
Una planta medicinal es un recurso, cuya parte o extractos se emplean como droga medicinal en el tratamiento de alguna afección. La parte de la planta empleada medicinalmente se conoce con el nombre de droga vegetal, y puede suministrarse bajo diferentes formas galénicas: cápsulas, comprimidos, crema, decocción, elixir, infusión, jarabe, tintura, ungüento, etc.
Todas las plantas tienen en su composición diversas sustancias que poseen distintas propiedades. Podemos encontrar:
La investigación científica ha permitido descubrir una variada gama de principios activos, de los cuales los más importantes desde el punto de vista de la salud son los aceites esenciales, los alcaloides, los glucósidos o heterósidos, los mucílagos y gomas, y los taninos. Existen en las plantas otros principios activos relevantes denominados nutrientes esenciales, como las vitaminas, los minerales, los aminoácidos, los carbohidratos y las fibras, los azúcares diversos, los ácidos orgánicos, los lípidos y los antibióticos.
A nivel popular, está muy introducida la creencia de que las plantas medicinales, al contrario de los fármacos de síntesis, carecen de efectos secundarios y que pueden consumirse sin ningún tipo de precaución. Esta creencia se ve reforzada por la ausencia de advertencias en la mayoría de los envases. A continuación, detallamos las ventajas y desventajas que nos puede ofrecer la fitoterapia como terapia alternativa a la medicina alopática.
Como podemos advertir, la aplicación de la fitoterapia como terapia alternativa presenta ventajas, pero también limitaciones que conviene considerar. Lo más importante a la hora de optar por un tratamiento fitoterapéutico es acudir a un profesional de la salud que tenga conocimientos complementarios de fitoterapia y pueda valorar en conjunto el caso en cuestión. Porque recuerda: un remedio y un veneno difieren en la dosis.