El absceso periamigdalino es una acumulación de pus y bacterias, que se produce como consecuencia de una amigdalitis complicada. En general se produce por el estreptococo pyogenes tipo A, en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Su aparición suele ser unilateral, solo el 3 % es bilateral y se da más en el polo superior de la amígdala. Se dan unos 30 casos por cada 100.000 habitantes /año y la propagación de la infección hacia las zonas posteriores de la garganta es una urgencia médica. Se trata de una enfermedad leve salvo complicaciones.
Los tipos de abscesos se pueden clasificar en función de la bacterias que los producen:
Los tipos de absceso según afecten una o dos amígdalas.
Las causas del absceso amigdalino es una amigdalitis que se complica, puede ser por flora multibacteriana aunque la más frecuente es por el streptococo pyogenes
Los síntomas son fiebre elevada de más de 38, escalofríos, dolor intenso garganta, dificultad para tragar, dolor en la zona del cuello y oído donde se encuentra el absceso, adenopatías cervicales importantes y dolorosas.
El tratamiento será el tratamiento del dolor de modo adecuado; antitérmicos, se procederá al drenaje del absceso por medio quirúrgico, también se puede realizar un drenaje con aguja guiada por ecografía.
Tras el drenaje era necesario el tratamiento con antibióticos entre ellos la amoxicilina con clavulánico será la más eficaz. En casos de alergia deberá de ser sustituido por eritromicina.
En los casos que se sospeche o por el cultivo se vea la presencia de gérmenes anaerobios se van usar metronidazol como antibiótico, además de la amoxicilina o la penicilina.
Las pruebas complementarias serán: analítica de sangre para contaje de los glóbulos blancos, pruebas de imagen como TAC y ecografía que permitirán conocer la extensión y tamaño del absceso, en algunos casos se puede realizar endoscopia para valorar si está obstruida la vía aérea, y por último, la punción del absceso para extraer material para cultivo y antibiograma que permita un mejor tratamiento del proceso.
El factor desencadenante es la extensión de una amigdalitis no tratada, o tratada de forma incorrecta.
No existen factores de riesgo para el absceso amigdalino en niños y adolescentes, en adultos el fumar puede aumentar el riesgo de sufrir esta enfermedad.
Tratamiento adecuado con antibiótico de los procesos amigdalinos infecciosos y no fumar.
El absceso amigdalino va a ser tratado por el otorrinolaringólogo
Los abscesos en la garganta o abscesos retrofaríngeos se producen por la acumulación de pus tras infección en la zona de la faringe, ya sea en amígdalas, adenoides o senos nasales. Esa infección se va a diseminar hacia la zona ganglionar donde las células encargadas de la defensa del organismo intentarán mantenerla y evitar su diseminación. Esto formará una bolsa de pus, en cuyo interior se encuentran las bacterias rodeadas de los glóbulos blancos.
El flemón periamigdalino o absceso periamigdalino es una bolsa llena de pus, que se puede visualizar en la zona de alrededor de las amígdalas, entre la zona del pilar posterior amigdalino y la angina. Su apariencia es abultada y enrojecida y causa fiebre y obstrucción de la vía respiratoria del paciente.
Las amígdalas inflamadas son cuando en las amígdalas se encuentran aumentadas de tamaño respecto a lo normal. El material de las amígdalas está formado por tejido que se encarga de la defensa del organismo evitando que los gérmenes lleguen a lugares más profundos.
Es por ello que, en ocasiones por procesos víricos o bacterianos, las amígdalas se inflaman, aumentan su tamaño y se muestran rojas, esto se traduce en dolor local y en algunas ocasiones en fiebre
El pus está formado por glóbulos blancos muertos, que rodean a las bacterias que han invadido el organismo. Cuando hablamos de pus en la garganta, nos referimos a una colección de aspecto amarillo que se encuentra pegada en las amígdalas y que suele presentar mal olor. Se puede despegar de las amígdalas con dificultad.
Las placas en la garganta se ven con inflamación en la zona amigdalar, que se encuentra enrojecida y se ve un punteado blanco amarillento adherido a las mismas y difícil de despegar. Este material purulento suele tener mal olor y da un aspecto aframbuesado a las amígdalas.