Las aftas bucales, también conocidas como llagas, úlceras bucales y estomatitis aftosa recurrente, son pequeñas lesiones benignas que se producen en la mucosa de la boca. Suelen ser de forma redondeada u oval, con una base de color blanquecino o amarillento y rodeadas por un área roja, no son contagiosas pero sí muy dolorosas.
Representan una de las dolencias bucales más comunes, un 20% de la población ha sufrido esta afección en algún momento de su vida y puede que un 40% las vuelva a padecer. Son más frecuentes en mujeres que en hombres y en adolescentes y adultos jóvenes, y tienden a disminuir su incidencia con el paso de los años.
Es una enfermedad que suele ser leve, sin embargo, en algunas ocasiones, puede ser síntoma de enfermedades más serias.
Existen tres tipos de aftas bucales, estas son:
La causas de las aftas bucales son desconocidas, aunque se considera que pueden estar relacionadas con una reacción inmunológica del organismo frente a las bacterias comunes de la flora bucal, falta de vitaminas, en especial la B12, influencia de ortodoncias o prótesis dentales, traumas locales, como mordeduras accidentales, una limpieza dental agresiva, falta de algunos minerales en la alimentación, en especial de hierro y el ácido fólico, y/o cambios hormonales.
También pueden tener relación con una infección o con tener sistema inmunitario deprimido, estrés emocional, tabaquismo así como cierta predisposición genética y alergias a determinados alimentos.
En la mayoría de los casos, las aftas aparecen en las superficies interiores de las mejillas y los labios, la lengua, la superficie superior de la boca y la base de las encías. Entre los síntomas de las aftas bucales están: una o varias heridas pequeñas de color blanco y bordes rojos que suelen ser muy dolorosas a pesar de su pequeño tamaño, y un centro de color blanco o amarillo. El primer síntoma que producen es ardor o picor intenso, antes de que aparezca la lesión (1-3 días). En casos más extremos pueden producir fiebre y malestar general. Otro síntoma son los ganglios linfáticos inflamados.
Normalmente por lo general las aftas no requieren de ningún tratamiento. Suelen desaparecer o curarse en cuestión de 10-14 días sin dejar cicatriz. Pero es posible aliviar el dolor y reducir la inflamación. Existen medicamentos tanto tópicos como anestésicos para aliviar la sensibilidad al dolor, y antiinflamatorios para reducir la hinchazón de la lesión. También suelen utilizarse enjuagues orales. Si las úlceras son graves, es necesario acudir al médico para recibir un tratamiento apropiado. Los medicamentos recomendados pueden variar en función del origen de las aftas.
La pruebas complementarias para el tratamiento de las aftas bucales no son demasiadas. El médico puede dar el diagnóstico solo con observar y examinar las lesiones. Es posible que necesite análisis de sangre para ver si existe algún déficit nutricional, y en algunos casos puede solicitar una prueba de alergia o una biopsia, si el paciente tiene aftas recurrentes, virus, deficiencia de vitaminas o minerales, trastorno hormonal o algún problema autoimmune.
Entre los factores desencadenantes de las aftas bucales están: falta de ciertas vitaminas y minerales en la alimentación, en especial el hierro, el ácido fólico o la vitamina B12, el tabaquismo, el estrés y los cambios hormonales.
Está enfermedad no presenta riesgos para la salud de las personas. Cualquier persona puede tener aftas, pero es más frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes, y más propensa también en mujeres que en hombres.
Las personas con aftas recurrentes han de saber que estas pueden deberse a que tengan antecedentes familiares. Esto puede ser por un factor hereditario, o también por un factor compartido en el medio ambiente, como ciertos alimentos o alérgenos.
Las aftas bucales no presentan complicaciones relevantes que puedan afectar la vida de los pacientes. En ocasiones si las aftas son recurrentes se debe descartar que estén asociadas a otras enfermedades. Algunas posibles complicaciones pueden incluir:
Para la prevención de las aftas bucales es necesario:
Las aftas bucales no pertenecen a ninguna especialidad en particular. Son diagnosticadas y tratadas en las mayoría de los casos por un médico general. En algunas ocasiones también el odontólogo las puede tratar.
Sí, son lo mismo las aftas y llagas, ambas son pequeñas úlceras que aparecen en la mucosa de la boca.
Sí, es posible tener aftas en la lengua. Las aftas aparecen en las superficies interiores de las mejillas y los labios, la superficie superior de la boca y la base de las encías.
Sí, las aftas bucales son muy dolorosas, también provocan molestias, ardor y picor.
Las aftas bucales pueden tardar en curar de 10 a 14 días, estas lesiones curan espontáneamente y sin dejar cicatriz.
La causas por las que aparecen las aftas bucales son desconocidas, aunque se considera que los motivos más comunes que pueden estar relacionados con su aparición son las infecciones virales, que afectan a la boca y que se manifiestan de este modo, ya que es el mecanismo de defensa del organismo a una reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal.