El frío es la sensación que se puede expresar ante las bajas temperaturas. Hay personas que tienen lesiones cutáneas importantes al estar en contacto con objetos fríos, bajas temperaturas o vientos fríos y desaparece al aumentar la temperatura. Aunque es un trastorno poco frecuente, puede repercutir de manera importante en aquellas personas que lo padecen. Si quieres saber más sobre la alergia al frío, qué es, qué lo causa, síntomas y su tratamiento, continúa leyendo.
La alergia al frío o urticaria a frigore es una forma de urticaria crónica que se caracteriza porque el paciente presenta lesiones en la piel tipo habones, enrojecimiento, prurito y edemas ante las bajas temperaturas o cambios bruscos en el termostato, el lavado o inmersión en agua, o la ingestión de bebidas o alimentos fríos. También, en ocasiones, puede ir acompañado de síntomas constitucionales como mareos, dolor abdominal o desvanecimiento.
Existen diferentes tipos de alergia al frío o de urticaria a frigore:
Hasta ahora, es poco conocida la causa directa de este tipo de alergia. Varios estudios incluyen rasgos hereditarios hasta tal punto que existe una enfermedad descrita como urticaria a frigore familiar, en la cual, el frío desencadena la liberación de histamina y de anticuerpos tipo IgE como los presentes en cualquier tipo de alergia que reaccionan ante los antígenos de la piel que dependen del frío. Esta enfermedad se transmite de forma dominante y se inicia desde la infancia.
También, en algunos casos, se ha asociado a procesos infecciosos previos, sobretodo infecciones víricas de vías respiratorias superiores, rubéola y mononucleosis infecciosa, picadura de insectos, enfermedades tiroideas y medicamentos. Este tipo de urticaria es autolimitada y desaparece varios meses después de mejorar la causa que lo produce.
Las manifestaciones clínicas dependen del factor precipitante (viento frío, ingestión de líquidos, inmersión, contacto con objetos fríos, …). El paciente puede presentar prurito, enrojecimiento (eritema) o ronchas, en aquellas zonas expuestas a las bajas temperaturas. Estas lesiones pueden aparecer entre 5 y 30 minutos después del primer contacto y pueden remitir después de 2 horas.
También se puede presentar edema en los labios, orofaringe y angioedema, sobre todo en aquellas personas que tienen contacto con alimentos y bebidas frías o exposiciones intensas como baños de inmersión.
En aquellos casos graves, pueden producirse reacciones anafilácticas severas con hipotensión y síncope, dolor abdominal y disnea severa que puede ocasionar la muerte del paciente.
El tratamiento consiste principalmente en adoptar medidas contra el frío como llevar ropa adecuadamente abrigada, evitar la ingesta de bebidas frías, para controlarlo, se pueden utilizar termómetros para líquidos que previamente se colocan en las bebidas.
En algunos casos, se puede tener respuesta a antialérgicos de uso común como la cetirizina y desloratadina, pero en dosis de 3 a 4 veces superior a la de una simple urticaria aguda. Es importante destacar que, si la alergia al frío es de carácter familiar, se va a presentar poca respuesta a los antialérgicos. En casos graves que no responden a este tipo de fármacos puede indicarse prednisona o ciclosporina.
El diagnóstico de una alergia al frío es difícil, ya que no existe ningún alérgeno que pueda causar la sensibilidad. No obstante, pueden realizarse pruebas en casa como la del cubo de hielo, esta consiste en la aplicación de hielo envuelto en plástico en la piel del antebrazo durante 5 minutos. A partir de ese tiempo, se puede observar la aparición de un habón o roncha en el área de contacto con el hielo. Si aparece antes de este tiempo, se considera más grave la alergia. En ocasiones, este test es negativo a la primera realización, por lo que se aconseja repetirlo, pero exponiendo el antebrazo al cubo de hielo durante 15 minutos.
Existe un dispositivo llamado Tempest que, además de poder realizar el diagnóstico de la alergia al frío, permite probar con diferentes temperaturas para detectar la temperatura umbral crítica para el paciente, a partir de la cual comenzarán a aparecer las lesiones alérgicas.
El principal factor desencadenante es el frío. Es importante reconocer el umbral crítico del paciente a partir del cual se inician las lesiones cutáneas, o si presenta síntomas constitucionales como mareos, hipotensión, angioedema o síncope.
Los factores de riesgo de la alergia al frio son:
Las complicaciones pueden ir desde leves con la aparición de lesiones en la piel tipo habones que pueden producir escozor, malestar general y edema (las complicaciones son mayores según sea la zona expuesta), hasta reacciones anafilácticas, mareos, síncope y muerte súbita.
Para prevenir una alergia al frío conviene tomar una serie de medidas cautelares como:
El estudio de la alergia frío es considerado multidisciplinario, ya que involucra al médico de cabecera, quien tiene el primer contacto con el paciente, al dermatólogo, que estudia e identifica las lesiones de la piel, cardiólogo y especialistas de medicina interna, quienes realizan los diagnósticos diferenciales con otras enfermedades.
La sensibilidad al frío es una reacción normal del organismo ante una temperatura baja, puede estar relacionado con un bajo porcentaje de grasa corporal o, en ocasiones, con enfermedades crónicas como el hipotiroidismo. No existen lesiones en la piel, a diferencia de en la urticaria.
El sudor frío es una reacción fisiológica normal del organismo ante una disminución de oxígeno en la sangre, como puede suceder cuando se está expuesto a un peligro, hipotensión o ansiedad.
El síndrome de Raynaud puede presentarse solo o acompañando a algunas enfermedades reumatológicas, se caracteriza por el estrechamiento de los vasos sanguíneos con la típica coloración azulada de pulpejo en dedos de las manos y los pies por la exposición al frío.
La temperatura normal de una persona se encuentra entre 35 y 37 grados centígrados.
El síndrome de Brugada está caracterizado por síncope y, en ocasiones, por muerte súbita, originado por arritmias ventriculares. Entre los factores de riesgo para la aparición de estas arritmias está el descenso de la temperatura.