La alopecia, también conocida como calvicie o pérdida de cabello, es una afección que se caracteriza por una disminución parcial o general de la densidad del pelo, que puede ser localizada o generalizada, temporal o definitiva, y cuyo origen se debe a distintas causas. La alopecia puede afectar solo el cuero cabelludo o todo el cuerpo. Es un problema médico muy frecuente, ya que afecta a más del 50% de hombres y a un 30% de las mujeres a lo largo de su vida, por lo que es más común en hombres que en mujeres. No es una enfermedad grave pero afecta la calidad de vida y a la autoestima de la persona.
Entre los tipos más comunes de alopecia están:
El estrés es una de las causas principales de la alopecia. Haber sufrido una enfermedad grave o una operación mayor pueden causar que pasados varios meses se pierda mucho pelo repentinamente, aunque normalmente es por estrés y suele ser temporal. También padecer problemas nerviosos de forma prolongada puede provocar una caída inusual del pelo.
Los cambios hormonales también pueden provocar la caída de pelo repentina. Es muy frecuente que mujeres que acaban de dar a luz a su bebé manifiesten una pérdida de cabello aguda. Durante el embarazo su cuerpo ha generado niveles altos de hormonas que hacen que el pelo que se debería caer no se caiga, por eso, al recuperar los niveles normales de hormonas ese cabello se cae y comienza el ciclo habitual del crecimiento capilar.
Otra causa para la pérdida de pelo o alopecia está vinculada a los factores hereditarios. El factor hereditario también afecta la edad en la que se comienza a caer el cabello, la velocidad con que se pierde y la extensión de la calvicie.
Ciertos medicamentos pueden causar la pérdida del pelo. Los medicamentos que pueden afectar negativamente al pelo son los anticoagulantes, anticonceptivos, antidepresivos y aquellos usados para tratar la gota, problemas de corazón o presión arterial alta.
Entre los síntomas de la alopecia están: pérdida gradual en la parte superior de la cabeza. calvas circulares o irregulares, generalmente del tamaño de una moneda, aflojamiento repentino del cabello, caída del cabello en todo el cuerpo y/o pérdida de la fuerza del pelo, que se vuelve más fino y quebradizo.
El tratamiento varía en función del tipo de alopecia. Por ello, es fundamental recibir un adecuado diagnóstico médico antes de comenzar un tratamiento. En el caso de la alopecia androgenética, los tratamientos médicos más efectivos son Finasterida y Minoxidil. Finasterida es una pastilla utilizada en los varones, que evita la acción de las hormonas masculinas selectivamente sobre el folículo piloso, siendo un tratamiento muy efectivo y seguro. Minoxidil es una loción que se aplica externamente y que se puede utilizar tanto en hombres como en mujeres. Ambos medicamentos son de uso diario y deben utilizarse hasta que se noten cambios drásticos.
Otra opción es el tratamiento quirúrgico, este tratamiento es recomendado cuando se pierde una cantidad de cabello excesivo. El tratamiento consiste en un trasplante capilar, en el que se traspasan cabellos de la zona de la nuca, que son genéticamente resistentes al proceso de calvicie, al área de alopecia.
Las pruebas complementarias para la alopecia son:
Entre los factores que desencadenan y que, a su vez, aumentan el riesgo de padecer alopecia están: la edad, los antecedentes familiares hereditarios, el estrés, la nutrición deficiente, determinadas enfermedades como la diabetes o el lupus, el embarazo… etc.
Entre las complicaciones de la alopecia están:
Para prevenir los tipos de alopecia temporales es necesario:
La alopecia pertenece a la especialidad de dermatología, que es la que se encarga del diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las enfermedades de la piel.
La alopecia areata es una enfermedad que provoca zonas despobladas de cabello en forma circular, generalmente del tamaño de una moneda.
La alopecia frontal fibrosante consiste en la pérdida gradual de pelo de la zona frontal de la cabeza, lo que provoca que el cabello nazca cada vez más lejos de la frente (las comúnmente conocidas como “entradas”).
La alopecia seborreica es un tipo de alopecia que está vinculada a una enfermedad de la piel como es la dermatitis seborreica. Se trata de una patología común, crónica y muy habitual, que no se contagia y que consiste en la aparición de inflamación con descamación en partes de la piel, donde hay muchas glándulas sebáceas que producen grasa.
La dermatitis seborreica, es una afección causada por: factores hereditarios (causa más importante), estrés, anemia, alimentación deficiente, cambios hormonales… etc.
La costra láctea es la forma coloquial de llamar a la dermatitis seborreica del lactante, o seborrea, que también se conoce como «caspa”. Es relativamente habitual en recién nacidos y niños de hasta tres años de edad y genera escamas gruesas de color blanco o amarillo que se forman sobre el cuero cabelludo.