La amigdalitis, también conocida como anginas, es una inflamación de una o ambas amígdalas. Las amígdalas son dos masas de tejido de forma ovalada situadas a ambos lados de la parte posterior de la garganta y que poseen células relacionadas con la respuesta inmunológica del organismo, especialmente para la lucha contra infecciones. Aproximadamente los virus son responsables de dos de cada tres casos de amigdalitis. La edad de máxima incidencia de este tipo (amigdalitis por causa bacteriana), es de 3 a 15 años. Es la más frecuente, y, aunque la edad predominante sea la ya especificada, en realidad puede contraerse a cualquier edad. Es una enfermedad muy común, no es un problema muy grave, pero si no se trata a tiempo y de la forma correcta puede causar enfermedades importantes que pueden afectar la vida del paciente y que se requieran su extirpación.
Existen dos tipos de amigdalitis, los cuales tienen importantes diferencias en cuanto a los síntomas, el desarrollo y el tratamiento de la enfermedad. Estas son:
La amigdalitis es causada con mayor frecuencia por virus y bacterias como son, el virus de la Influenza (gripe) o el virus Epstein Barr (que causa la fiebre glandular), entre otros, y la bacteria que la causa con más frecuencia es la Streptococcus beta hemolítico del grupo A. Otras cepas del Estreptococo y otras bacterias también pueden causar amigdalitis.
La causa más común del contagio de la amigdalitis no solo es el contacto con las secreciones de una persona infectada, sino también compartir el vaso, el plato o los cubiertos, además del contacto con las llagas de las infecciones estreptocócicas del grupo A en la piel.
Entre los síntomas de la amigdalitis están: inflamación en las amígdalas, aparición de placas de exudado (recubrimientos blancos o amarillos en las amígdalas), dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre, voz rasposa, apagada o ronca, glándulas inflamadas en el cuello, mal aliento, dolor estomacal, rigidez en el cuello y dolor de cabeza y oídos, entre otros.
Para aquellas infecciones de amígdalas leves que no necesiten de tratamiento, el médico no recetará antibióticos, pero sí le puede indicar analgésicos o antiinflamatorios para disminuir el dolor, y la hinchazón, así como reposo y tomar suficiente líquidos. Es probable que el paciente mejore de 7 a 10 días.
Si la amigdalitis está provocada por una infección bacteriana, el médico recetará una serie de antibióticos. Tomar Penicilina por vía oral durante 10 días es el tratamiento antibiótico más frecuente recetado para la amigdalitis provocada por Estreptococos del grupo A. Si el paciente es alérgico a la Penicilina, el médico recetará un antibiótico alternativo, acompañado de antiinflamatorios como el ibuprofeno y del consejo de tomar muchos líquidos.
Para tratar la amigdalitis frecuente, amigdalitis crónica o amigdalitis bacteriana, que no respondan al tratamiento con antibióticos, se puede recurrir a la cirugía para extirpar las amígdalas. Esta operación se llama amigdalectomía.
En primer lugar, el especialista realiza una exploración de la boca y la garganta del paciente para observar el estado de las amígdalas. Este concluirá que el paciente sufre amigdalitis si las amígdalas se encuentran enrojecidas, inflamadas o/y presentan manchas blancas. El especialista también puede decidir llevar a cabo una prueba rápida de exudado de garganta para ver si la bacteria de Estreptococo está presente. También puede realizar analítica de sangre y alguna otra prueba complementaria.
Entre los factores de riesgo de la amigdalitis están: la edad temprana que corresponde de 3 a 15 años si la amigdalitis es bacteriana y 2 años o menos si es viral, la exposición frecuente a gérmenes, las infecciones víricas, alergias, tabaquismo, cambios bruscos de temperatura, factores ambientales, y estado de inmunodeficiencia (defensas bajas).
Las complicaciones de la amigdalitis incluyen:
Para prevenir la amigdalitis es necesario:
La amigdalitis pertenece a la especialidad de la otorrinolaringología. Es la especialidad que trata fundamentalmente patologías de la cabeza y el cuello, la garganta, la nariz y los oídos.
No, porque la amigdalitis es la inflamación de las amígdalas. Puedes presentar los síntomas como dolor de garganta y dificultad para tragar, entre otros, que son parecidos a los de una faringitis (inflamación de la mucosa que cubre la faringe), pero no amigdalitis como tal.
Sí, la amigdalitis es más común en los niños más pequeños. Los adultos pueden contraer amigdalitis, pero no es tan común.
Es una enfermedad causada por bacterias que originan la inflamación de las amígdalas, la más común es la bacteria Estreptococo del grupo A, que provoca la infección.
La amigdalitis suele durar de 7 a 10 días.
No, la amigdalitis suele curarse sin dejar secuelas en los pacientes. En algunos casos se quedan hipertróficas (aumentadas de tamaño). En los pacientes que se necesite extirpar las amígdalas la única secuela que se presentará será la desaparición de esta, pero esto no suele presentar ningún problema en la vida del paciente.