La apnea del sueño es un trastorno en el cual la respiración se detiene y recomienza repetidas veces mientras se duerme. Es posible que se tenga apnea del sueño si se ronca sonoramente y si la persona se siente cansada, inclusive después de una noche completa de sueño. La apnea del sueño ocurre con mucha más frecuencia en adultos mayores. Los hombres son dos veces más propensos a tener apnea del sueño que las mujeres, sin embargo, el riesgo aumenta en las mujeres con sobrepeso y también después de la menopausia, raramente, pero también puede ocurrir en niños. Es común y en ocasiones puede ser grave.
Existen 3 tipos de apnea del sueño estas son:
En condiciones normales, cuando las personas duermen, la vía aérea está permeable, es decir, pueden respirar con tranquilidad, sin embargo, en algunas fases del sueño los tejidos se cierran y bloquean la vía respiratoria causando la apnea.
Los ronquidos son la manifestación más visible que puede alertar al paciente sobre la posibilidad de tener apnea del sueño. Algunos otros síntomas de la apnea del sueño son: ronquidos fuertes que, por lo general, son más prominentes en la apnea obstructiva del sueño, despertares abruptos acompañados de falta de aire, despertarse con la boca seca o con dolor de garganta, problemas de atención, dificultad para permanecer dormido, somnolencia diurna excesiva, irritabilidad, dolor de cabeza por la mañana, cansancio permanente, falta de energía, disfunción sexual, sudores nocturnos o falta de energía.
La apnea del sueño no suele resolverse por sí sola, pero sí que puede tratarse. Existen diferentes opciones terapéuticas, que deben ser seleccionadas según la gravedad del cuadro. De esta forma, en algunas ocasiones pueden indicarse simplemente medidas de autocuidado, como perder peso o dormir en determinadas posturas, realizar ejercicios, y evitar el consumo de alcohol o sedantes. Otros remedios son dispositivos bucales que puestos en la boca logran un adelantamiento de la mandíbula y disminuyen los ronquidos.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes con apnea del sueño moderada o grave, necesitarán el empleo de una mascarilla nasal de presión positiva continua en las vías respiratorias llamada CPAP. El aire se transmite a través de un tubo hasta una mascarilla que se ajusta en la nariz y en ocasiones en la boca, evitando los trastornos respiratorios y normalizando el transcurso del sueño.
No obstante, en algunas ocasiones es necesaria la cirugía. Esta suele convertirse en una opción solamente después de que otros tratamientos han fallado. Por lo general, se recomienda probar los demás tratamientos durante al menos tres meses antes de considerar la cirugía. El objetivo de la cirugía para la apnea del sueño es agrandar las vías respiratorias a través de la nariz o la garganta, que pueden vibrar y causar los ronquidos o que pueden bloquear las vías respiratorias superiores y causar la apnea del sueño.
Para el diagnóstico y tratamiento de la apnea del sueño, es necesario realizar una polisomnografía nocturna. Durante esta prueba, conectan al paciente a un equipo que controla la actividad del corazón, la de los pulmones y la del cerebro, los patrones de respiración, el movimiento de piernas y brazos y los niveles de oxígeno en sangre mientras duerme. En algunos casos se pueden realizar pruebas del sueño en casa. Por lo general, en estas pruebas se miden el pulso, el nivel de oxígeno en sangre, el flujo de aire y los patrones de respiración. Si se tiene apnea del sueño, los resultados de la prueba mostrarán una reducción en el nivel de oxígeno durante las apneas y aumentos subsiguientes con el despertar.
Los factores desencadenantes y de riesgo de la apnea de sueño incluyen: sobrepeso, vías respiratorias estrechas, sexo masculino (las apneas del sueño predominan en los varones), la edad, antecedentes familiares, el consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes, fumar y padecer congestión nasal.
Las complicaciones de la apnea del sueño incluyen:
Para prevenir la apnea del sueño es necesario:
El otorrinolaringólogo es el médico especialista entrenado en el diagnóstico y tratamiento de las patologías de nariz y garganta, entre ellas la apnea del sueño.
La disnea es la dificultad respiratoria que se manifiesta como una sensación de falta de aire en los pulmones.
La respiración que se vuelve lenta es llamada bradipnea.
Un broncoespasmo es una contracción anormal del músculo liso de los bronquios, que puede provocar un estrechamiento u obstrucción aguda de las vías respiratorias.
La sibilancia es un ruido inspiratorio o espiratorio agudo que aparece en el árbol bronquial como consecuencia de una estenosis (estrechez de las vías respiratorias).
Sí, pero esto solo ocurre por pequeños momentos bastante rápidos, y si se presenta este síntoma se debe consultar a un médico.