La blefaritis es una enfermedad que afecta a los párpados. Se trata de una inflamación del borde palpebral (de los párpados) que suele acompañarse de conjuntivitis, denominándose entonces blefaroconjuntivitis. Se trata de una alteración que puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, siendo más propensas las personas mayores de 50 años. Es una patología relativamente común, con una afectación leve-moderada, pero muy persistente y molesta para los pacientes.
Las blefaritis se pueden dividir según la zona de afectación del párpado. Así existen las blefaritis anteriores, que afectan a un tipo de glándulas llamadas de Zeiss y Moll, o las blefaritis posteriores, con afectación de las glándulas denominadas Meibomio.
No existe una causa específica de la blefaritis, sino factores de riesgo que pueden desencadenar la enfermedad y la aparición de infección asociada por bacterias.
Los síntomas de la blefaritis son escozor, quemazón ocular o sensación como de cuerpo extraño en el ojo, sobre todo por la mañana al despertar, con dificultad para despegar las pestañas. Aparecen pequeñas escamas en el borde del párpado, cerca o encima de las pestañas. Hay enrojecimiento del borde del párpado y, a veces, puede haber una alteración en el crecimiento de las pestañas (madarosis) en dirección al globo ocular, irritando la córnea (parte central transparente del ojo) y la conjuntiva (parte blanca del ojo). En algunos casos la blefaritis puede producir fiebre.
El tratamiento consiste en la limpieza diaria de bordes palpebrales con jabones neutros suaves (es esencial en su tratamiento la limpieza de los párpados) y lágrimas artificiales. A veces se usan toallitas húmedas específicas para realizar esa limpieza. En casos más complicados se puede aplicar una pomada antibiótica, y en ocasiones se asocia a pomadas con corticoides.
En el caso de las blefaritis en las que se sospecha de la existencia de una infección se pueden realizar cultivos de exudado (en la legaña), o hemocultivos (cultivos en la sangre) si hay fiebre, los cuales sirven para determinar cuál es el agente que produce la infección.
También se puede realizar una tinción de Gram, que es una técnica de laboratorio de microbiología que permite identificar los distintos tipos de bacterias que producen la infección, según se coloree su superficie.
El padecimiento de dermatitis seborreica, dermatitis atópica o la rosácea pueden ser un factor de riesgo para la aparición de la blefaritis. Así mismo, lo son el uso de sustancias irritantes en la zona de los párpados o sustancias que tengan componentes a los que el paciente es alérgico.
La blefaritis puede complicarse y asociarse a otras patologías del ojo como:
La prevención de la blefaritis se basa en la higiene exhaustiva de los párpados. La limpieza habitual diaria del borde de los párpados ayuda a eliminar las bacterias y los restos de “piel muerta” y disminuye la probabilidad de padecer esta patología.
La blefaritis es una patología que inicialmente puede ser diagnosticada y tratada por el médico de familia y, en caso de mala evolución, resistencia al tratamiento o aparición de complicaciones, será el oftalmólogo el encargado de realizar el seguimiento y tratamiento.
Es aquella producida por el uso habitual de agentes que producen la irritación del párpado, como anestésicos locales, antibióticos, fármacos para el tratamiento del glaucoma o medicamentos en colirio que se usan para dilatar la pupila (midriáticos).
Si se tiene alergia a una sustancia específica al hacer contacto directo con el párpado, se ha de evitar el contacto con todos los productos que contengan dicha sustancia.
Si se tiene alergia a sustancias ambientales como ácaros, hongos, pólenes, epitelios animales, etc, se debe evitar permanecer tiempo prolongado en sitios donde puedan estar aumentados estos componentes en gran concentración (el campo, sitios donde haya animales, lugares con suciedad, etc), y usar gafas de sol para evitar en lo posible el contacto directo con ellos al ser transportados por el aire.
Es muy raro que se produzca una pérdida total de la visión por el padecimiento de una blefaritis. Si se producen complicaciones importantes como alteraciones en el crecimiento de las pestañas que hagan que se irrite la córnea, se pueden producir queratitis que alteren parte de la visión si persiste el daño.
Sí, uno de los síntomas más frecuentes que pueden padecer el paciente que padece blefaritis es la sensación de cuerpo extraño, “como si tuviera arenilla en los ojos”, producida por la propia inflamación palpebral y el aumento de la sequedad de la conjuntiva ocular.