El cáncer de piel o tumor maligno de piel se produce por la alteración de las células de la piel, ya sea en las más superficiales, las más profundas o los melanocitos (células productoras de la melanina).
La incidencia de melanoma en España es de 9.7 por cada 100.000 personas, el cáncer espinocelular es de 42 por cada 100.000 habitantes y el basocelular de 118 por cada 100.000 habitantes.
A pesar que ha aumentado el número de diagnósticos de cáncer melanocítico, la mortalidad permanece estable. Es una enfermedad grave.
Los tipos de cáncer de piel son:
Los cánceres de piel se relacionan con la exposición a la luz solar, y tienen mayor frecuencia en las personas que presentan quemaduras solares con ampollas. Todas las longitudes de onda tienen peligro, pero en especial las de longitud de onda de entre 290-320 nm.
Los síntomas del cáncer de piel son lesiones que cambian de aspecto, que tienen bordes irregulares, lesiones con base enrojecida o heridas que no curan, también lesiones sobreelevadas y endurecidas.
El tratamiento para el cáncer de piel espinocelular y basocelular será la cirugía, dejando bordes libres de enfermedad, en algunos casos su dermatólogo puede recomendar una pomada de 5 Fluorouracilo como complemento de esta cirugía.
Para el tratamiento del melanoma se usa la cirugía, tratamientos adyuvantes y radioterapia.
La cirugía consiste en la extirpación del tumor con un margen libre de entre 2 y 5 mm. posteriormente y tras analizar los bordes, puede ser necesario ampliar otros 2-4 mm. los márgenes libres de enfermedad.
Como tratamiento adyuvante se usa Interferón en dosis altas durante 4 semanas y un total de 5 días a la semana, que será seguido de tratamiento con Interferón a dosis bajas 3 veces en semana durante 48 semanas.
La radioterapia se usa para las recidivas locales, con márgenes no libres de enfermedad, cuando hay más de 4 ganglios afectados o con un solo ganglio de más de 3 cm. de tamaño.
Las pruebas del cáncer de piel serán el examen dermatoscópico de la piel, ya sea por medio de la dermatoscopia digital, que permite almacenar diferentes lesiones de la piel e ir comparando su evolución, o por dermatoscopia tradicional.
Para el estudio de extensión es necesario hacer pruebas de imagen como radiología de tórax, escáner y en algunos casos PET.
El factor desencadenante del cáncer de piel son las radiaciones ultravioletas, ya sean de la luz solar o de camas de bronceado.
Las metástasis pueden producir daño en huesos, cerebro y pulmón.
Los especialistas en el control diagnóstico y seguimiento del cáncer de piel son los dermatólogos y los oncólogos.
La forma más peligrosa del cáncer de piel es el melanoma, que es el que mayor mortalidad presenta.
Solo el 1% de los cánceres de piel son hereditarios, pero si un familiar tuvo un melanoma, la posibilidad de que otro lo tenga aumenta 12 veces frente a un paciente sin este factor de riesgo.
Hay que tener en cuenta que el color de la piel y los ojos son hereditarios, y los fenotipos más blancos tienen mayor riesgo.
El carcinoma epidermoide de la piel es el que se genera a partir de las células de las capas más superficiales de la piel. Es un tumor que tiene relación con la exposición solar, esto hace que en la mayoría de los casos se produzca en zonas expuestas al sol.
El carcinoma de células escamosas es el carcinoma que se produce en la epidermis, que es la capa más superficial de la piel. Es un cáncer que puede ser localmente agresivo pero que no se suele diseminar a otros órganos.
La mortalidad en los cánceres espinocelulares y basocelulares es prácticamente inexistente, en cuanto al melanoma, este sí puede ser mortal, sobre todo en casos muy avanzados en su diagnóstico, por eso es necesario acudir a revisiones dermatológicas con asiduidad en aquellas personas de piel y ojos claros que presentan muchos nevus, o en aquellos casos que se observen cambios en una lesión previa.