La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana producida por la picadura de una garrapata que transmite la bacteria, es también conocida como borreliosis de Lyme o borreliosis. Se transmite por la picadura de una garrapata, sobre todo en países de Europa y Norteamérica, siendo más frecuentes de marzo a noviembre y en zonas boscosas. Pertenece a la especialidad de infectología, y es una enfermedad considerada de tipo leve.
No existen diferentes tipos de enfermedad de Lyme, pero sí se diferencian 4 tipos de garrapatas que pueden transmitir la enfermedad:
Siendo las dos primeras las que afectan a Europa.
La enfermedad de Lyme tiene su origen en la picadura de una garrapata portadora de la bacteria Borrelia burgdorferi y Borrelia mayoni.
Estas bacterias entran en el organismo de las personas mediante la picadura de una garrapata, infectando su organismo al llegar la bacteria a la sangre del paciente.
Para que se transmita la bacteria, la garrapata debe estar en el cuerpo del paciente entre uno y dos días.
Tras la picadura de una garrapata es normal que la zona este inflamada y con un bulto rojo. Sin embargo, si días después aparecen estos síntomas el paciente debe acudir al médico:
Los dos últimos síntomas se dan en situaciones más graves, cuando la enfermedad está más avanzada y puede provocar mayores daños en la salud del paciente. Por ello es importante acudir al médico ante la presencia de los primeros síntomas.
El principal tratamiento para hacer frente a la enfermedad de Lyme está basado en antibióticos, bien por vía oral durante unos 15 días aproximadamente, bien por vía intravenosa si la enfermedad afecta a la parte del sistema nervioso central.
Para detectar la enfermedad de Lyme se realiza primeramente una exploración física del paciente, observando si existe la presencia de eritemas migratorios, ya que estos son muy distintivos.
Otras dos pruebas a realizar son la enzimoinmunoanálisis de adsorción, por la cual se detecta si existen anticuerpos para la bacteria. En caso de dar positivo se realiza una segunda prueba para confirmar, llamada inmunotransferencia, y que detecta en este caso la existencia de proteínas contra la bacteria.
El principal factor desencadenante de esta enfermedad es la picadura de una garrapata.
No obstante, el no protegerse con la ropa adecuada en zonas donde estos insectos son abundantes o revisar a nuestras mascotas y jardines ante la búsqueda de su presencia, también pueden provocar que la contraigamos. Por lo que la prevención es muy importante en este caso.
Existen diversos factores por los cuales puede incrementar el riesgo de contraer la enfermedad de Lyme:
Es una enfermedad tratada por la medicina general y la especialidad de infectología.
El riesgo de contraer la enfermedad de Lyme tras una picadura de garrapata es de entre un 1% y un 3%, por lo que es un nivel de riesgo muy bajo.
Si se diagnostica en las primeras etapas la enfermedad de Lyme es curable, y si los síntomas son más graves como dolores articulares, del sistema nervioso o el corazón, estos pueden quedarse crónicos, aunque en pocos casos sucede.
Suelen picar en las orejas, axilas, piernas y brazos.
El especialista en infectología y los médicos de medicina general o especialistas según el avance de la enfermedad.
Si padeces la enfermedad de Lyme deberás mantener un tratamiento a base de antibióticos durante 15 ó 20 días para eliminar la bacteria que la provoca del organismo.
Si no se trata la enfermedad, las consecuencias se agravarán, pudiendo provocar síntomas más graves como dolores articulares crónicos o problemas neurológicos.