La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis que se da en la columna vertebral, produciendo la inflamación de las vértebras, así como la zona articular que une la columna con la pelvis. Se conoce también por los nombres de espondilitis reumatoide, espondiloartritis anquilosante, enfermedad de Bechterew y espondilitis deformante. Suele ser más frecuente en hombres que en mujeres, sus causas no son conocidas, pero en la mayoría de los casos el factor genético y climático influyen. Es una enfermedad que pertenece a la especialidad de reumatología y es considerada como grave.
Se diferencian tres tipos de espondilitis:
La causa de la espondilitis anquilosante no es certera al 100%, pero sí se ha descubierto que el factor genético afecta al 90% de los pacientes, al tener un gen hereditario, el HLA-B27 en su organismo
Los síntomas varían según cada paciente y el grado de la enfermedad, siendo los más habituales:
El tratamiento para esta enfermedad se basa en la toma de medicamentos específicos para tratar los síntomas y dolores, tales como analgésicos e inhibidores.
Es muy conveniente que el paciente, además, realice terapia fisioterapéutica para reducir los dolores y fortalecer su cuerpo, ya que el fisioterapeuta le indicará los ejercicios más adecuados a realizar.
Por último, aunque no es muy frecuente, el paciente puede acabar requiriendo de una intervención quirúrgica si sus huesos y articulaciones están muy dañados y requieren una reconstrucción, una prótesis o incluso ser reemplazados.
El médico realizará una exploración física al paciente midiendo bajo puntos de presión su reacción, así como la limitación de movimientos de la columna.
También se realizará un diagnóstico por imagen, mediante una resonancia magnética para conocer el alcance de la enfermedad y el estado en el que se encuentra, completando ambas exploraciones con una analítica de sangre para buscar la presencia del gen HLA-B27 o analizar los factores que causan dicha inflamación en las articulaciones.
Los factores que desencadenan este tipo de artritis son principalmente dos: la herencia genética al tener el gen HLA-B27 (siendo el desencadenante más común), y también por las condiciones del medioambiente donde habite el paciente, ya que los gérmenes de este pueden provocar que se desarrolle o no la enfermedad.
En este tipo de enfermedad los factores de riesgo son: el sexo, ya que es más frecuente en hombres que en mujeres, la edad, al iniciarse en la juventud o al inicio de la etapa adulta, y, por último, la herencia genética, ya que si en los antecedentes familiares existe el gen HLA-B27), se puede heredar y genera mayor riesgo de padecerla.
La espondilitis anquilosante no se puede prevenir, pero sí diagnosticar a tiempo, por ello, se recomienda a los pacientes que conozcan los antecedentes médicos de sus familiares que se realicen chequeos médicos periódicos.
La especialidad médica que trata la espondilitis anquilosante es la reumatología.
El término anquilosante significa rígido, por tanto, en esta enfermedad lo que se produce es la rigidez de la columna vertebral.
La espondilitis anquilosante no es una enfermedad terminal, pero bien es cierto que reduce la vida de quien la padece en unos 10 años, ya que en muchas ocasiones se derivan otras enfermedades fruto de ella.
Sí. Hay una serie de ejercicios terapéuticos que deben ser guiados por un terapeuta para que el paciente sienta mejoras en su día a día.
Afecta principalmente a la columna vertebral, pero también puede afectar a otros huesos y articulaciones del cuerpo.