La espondilosis, también conocida como osteoartritis o artritis vertebral, es un proceso degenerativo y progresivo de los discos intervertebrales, que puede provocar la pérdida de estructura y función espinal normal. Es una patología que está caracterizada principalmente por el desgaste de los discos que se encuentran entre las vértebras de la columna. Dicha pérdida de volumen provoca episodios de dolor que pueden llegar a ser incapacitantes. Los discos intervertebrales son los que dan soporte a la columna al proveer amortiguación natural para mantener diferentes posturas. Este trastorno puede afectar las diferentes regiones de la columna como son cervical (cuello), torácica (parte media de la espalda), y lumbar (parte baja de la espalda). Es una enfermedad muy común, es más frecuente en hombres que en mujeres y en personas entre los 40 a 60 años.
Los tipos de espondilosis se clasifican según la zona de la columna vertebral más afectada por la enfermedad, como son:
La espondilosis, como muchas de las otras condiciones degenerativas que afectan a huesos y articulaciones, es producto de una vida de presión anormal y desgaste excesivo de la estructura ósea, debido a potenciales abusos físicos y al envejecimiento. Los discos actúan como amortiguadores entre las vértebras de la columna vertebral. Hacia los 40 años, los discos vertebrales de la mayoría de las personas comienzan a deshidratarse y a encogerse, lo que crea mayor contacto de los huesos entre las vértebras. La distribución inadecuada de la presión sobre la columna vertebral, las malas posturas por largos periodos de tiempo, las hernias en los discos, el crecimiento excesivo de huesos y la deshidratación de los discos, podrían ser otras causas.
El principal síntoma de la espondilosis es el dolor en las diferentes zonas de la espalda, cercana al área desgastada, que puede parecer una distensión muscular. El dolor puede ser leve o profundo, y tan intenso, que incluso el paciente no puede moverse. Los síntomas a menudo se presentan de manera lenta con el tiempo, pero pueden comenzar o empeorar súbitamente. La inflamación o hernia de los discos vertebrales puede provocar dolor de cabeza, de espalda o inmovilidad de la zona afectada, lo cual también puede causar espasmos musculares y una crisis de dolor.
El objetivo del tratamiento de la espondilosis es aliviar el dolor, ayudar a mantener las actividades habituales tanto como sea posible, y evitar lesiones permanentes a la médula espinal y los nervios. Entre las opciones más comunes de tratamiento tenemos: la fisioterapia, que contribuye a reducir la incomodidad sufrida y a aliviar las tensiones entre los discos vertebrales, masajes especializados, quiropráctica, osteopatía, y las terapias de compresas frías en casa. El uso de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios es común cuando el dolor se agudiza. En el último de los casos y solo cuando el paciente experimenta limitaciones en el movimiento, dolor insoportable o pérdida de la sensibilidad, el médico podría contemplar la opción quirúrgica. La cirugía para espondilosis se basa en aliviar la presión existente en la médula espinal y los nervios.
Para el diagnóstico y el tratamiento de la espondilosis se realizan pruebas como: radiografías, ya que con esta prueba el desgaste o la hernia discal serán visibles fácilmente. También puede realizarse una resonancia magnética o una tomografía axial computarizada, en las cuales el médico o especialista puede definir si el desgaste de los discos es el causante del dolor.
Entre los factores que aumentan el riesgo de tener la espondilosis están: la edad, ya que mientras más se envejece más riesgo se tiene de padecer esta enfermedad, los trabajos que requieren hacer movimientos repetitivos del cuello, adoptar una postura incómoda, el sobrepeso, tener una mala nutrición, ya que la descalcificación ósea es un factor principal para sufrir esta enfermedad, predisposición genética, tabaquismo y las lesiones traumáticas anteriores parecen aumentar el riesgo de espondilosis, entre otros factores.
Si la médula espinal o las raíces nerviosas se comprimen gravemente como resultado de espondilosis el daño puede ser permanente. Otras complicaciones podrían incluir:
Para prevenir esta enfermedad es necesario:
Las especialidades médicas a las que pertenece la espondilosis son la ortopedia, que es la especialidad médica y quirúrgica dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y lesiones del sistema musculoesquelético. La neurocirugía, que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de trastornos del cerebro, la médula espinal, la columna vertebral y los nervios periféricos de todas partes del cuerpo.
La espondilosis lumbar baja es la que se da cuando el desgaste de los discos intervertebrales se encuentra en la región lumbar, la cual comprende entre las vértebras L1 a L5.
La espondilosis presenta signos degenerativos en el cuerpo vertebral, con deformaciones y osteofitos (espolones óseos) que son proyecciones de hueso en forma de pico de loro.
La zona lumbar de la espalda comprende entre las vértebras L1 y L5.
La zona cervical de la espalda comprende entre las vértebras C1 a C7.