Fisura anal o fisura ano-rectal o úlcera anal. Es una lesión generalmente primaria, producida por traumatismos en la zona local. Se da en adultos de edad media y en mujeres durante el embarazo. Es una enfermedad leve.
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Las fisuras anales se clasifican según su origen y la forma que tienen en:
La fisura anal se produce por un desgarro en la zona del ano debido a diferentes causas o esfuerzos.
Estos desgarros se producen ante un aumento en la tensión muscular del tejido anal y como resultado se produce una fisura en el ano.
Los síntomas de una fisura anal son variados, destacando:
Para tratar una fisura anal se requiere el uso de ungüentos o cremas en la zona del ano para reducir los dolores y ayudar a la cicatrización, además es importante ampliar el consumo de fibra y de líquidos para que las heces que se formen sean más blandas y se facilite la evacuación durante el periodo de curación.
También se puede indicar la toma de otros medicamentos de ingesta oral para una mayor relajación de los esfínteres y/o aplicar baños de agua caliente para relajar el esfínter y mejorar la cicatrización.
En algunos casos es necesario recurrir a la cirugía para conseguir cerrar la fisura, sobre todo si es una fisura crónica o de difícil solución.
Para diagnosticar la fisura anal puede valer con un simple examen físico, en el que el médico examinará la superficie del ano y la fisura y en caso de que al paciente no le resulte doloroso realizará un tacto rectal (inserción de un dedo enguantado en el interior del recto).
Según la forma de la fisura y el lugar donde se haya producido se puede conocer la causa por la que se ha originado.
En algunos casos se pueden pedir más pruebas como una sigmoidoscopia o colonoscopia, pruebas parecidas por las cuales se introduce un tubo flexible con una cámara en el interior del colon para observar.
La fisura anal suele desencadenarse por factores como el estreñimiento, lo que provoca el esfuerzo anal para la expulsión de heces; la formación de heces grandes y/o duras cuya evacuación puede provocar la fisura; diarrea crónica y enfermedades de inflamación intestinal.
Hay una serie de factores de riesgo por los cuales un paciente puede tener mayor riesgo de padecer una fisura anal, los de mayor riesgo son;
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La especialidad médica encargada de tratar la fisura anal es la gastroenterología y en caso de intervención, el cirujano general.
Una fisura anal es una herida o corte en la zona del ano, mientras una hemorroide es una mala vascularización de los vasos sanguíneos del ano, lo que provoca su inflamación.
El más común es el tratamiento con productos naturales como el aloe vera ya que posee grandes poderes cicatrizantes.
Hay ejercicios que ayudan tanto a prevenir las fisuras anales como a ayudar en su curación. Algunos de estos ejercicios son yoga, caminar y baños calientes para favorecer la circulación del flujo sanguíneo.
Las más frecuentes son hemorroides, abscesos, incontinencias, fístula, fisura y cáncer.
Una hemorroide centinela es un síntoma que informa de que el paciente padece una fisura anal, ya que este tipo de hemorroide es distinta a las normales al no tener vasos sanguíneos dilatados sino pliegues cutáneos.
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