La gripe A es también conocida como gripe influenza A, gripe, gripe porcina y/o nueva gripe es una enfermedad vírica que puede afectar a toda la población, independientemente de la edad y el sexo. Tiene una gran capacidad de difusión, pertenece a la especialidad de medicina general y es considerada una enfermedad de tipo leve.
La gripe puede ser ocasionada por tres tipos diferentes de virus:
La gripe A es una enfermedad vírica ocasionada por el virus de la llamada gripe porcina A/H1N1.
Este virus es muy contagioso y se transmite de una persona contagiada a una sana mediante vía aérea al toser, estornudar o besarse, es decir, al entrar en contacto gotitas de los fluidos del paciente contagiado con una persona sana.
La gripe A presenta unos síntomas similares a los de cualquier gripe genérica, con la diferencia que en la gripe A son de mayor gravedad. Algunos de estos síntomas son:
La gripe A es un virus, por lo que normalmente si los síntomas no son muy graves el tratamiento es similar al de una gripe común.
El paciente debe permanecer en cuarentena hasta que se recupere, tomando analgésicos y medicamentos para la descongestión nasal.
Sin embargo, en casos de mayor gravedad se suelen emplear medicamentos antivirales que bloquean la enzima de la neuraminidasa, la cual se encarga de propagar el virus por el cuerpo del paciente.
El uso de antivirales debe estar indicado bajo prescripción médica y hay que emplearlos con cautela, ya que sino el virus puede volverse inmune.
Para diagnosticar si el paciente padece gripe A, el médico evaluará los síntomas que estén presentes y tomará una muestra de la nariz o de la faringe para enviarla al laboratorio y someterla a la prueba del PCR (reacción en cadena de la polimerasa), un proceso por el cual se duplica el ADN del paciente mediante la enzima de la Taq Polimerasa para ver si existe el virus de la gripe A.
La gripe A es una enfermedad vírica que se transmite por vía aérea, por tanto, el principal factor desencadenante se da al entrar en contacto con una persona que padezca la gripe A.
De manera que, si una persona sana entra en contacto con una que padezca gripe A, al toser, estornudar, darle la mano o besarse, entre otras acciones, el paciente sano suele quedar contagiado.
También puede transmitirse por el aire sin entrar en contacto físico con el paciente infectado.
Los factores de riesgo que pueden propiciar que una persona padezca gripe A con mayor probabilidad son:
Ante la presencia de síntomas de la gripe A el paciente debe acudir a su médico de cabecera, que será el encargado de tramitar las pruebas para el diagnóstico.
La gripe A y la gripe común son ocasionadas por el mismo virus, pero de distinta apariencia, de forma que el sistema inmunitario del organismo no reconoce a la gripe A como una gripe común y por ello afecta a más población.
La gripe A se contagia mediante vía aérea, esto es, al entrar en contacto con alguien que la padezca o por el aire.
El paciente infectado de gripe A puede contagiar al resto de personas incluso un día antes de que presente los primeros síntomas y hasta 7 días después del inicio de la enfermedad.
Los síntomas de la gripe suelen desaparecer por completo a las dos semanas.
La fiebre es uno de los síntomas que remite antes, aproximadamente a los 5 días.