La hipercalcemia se define como el aumento de concentración en la sangre por encima de 10,5 mg/dl. Es una alteración relativamente común cuya incidencia va ligada a la de su causa más frecuente que es el hiperparatiroidismo primario y las neoplasias. Las alteraciones que se desencadena si aumenta la concentración de calcio de forma importante, determinar un posible riesgo grave que puede afectar a la vida del paciente.
El 90% de los episodios de hipercalcemia se producen por el hiperparatiroidismo con hiperproducción de la paratohormona (PTH), y por patologías malignas tumorales y por enfermedades granulomatosas. Se pueden dividir por lo tanto las causas en aquellas que producen un exceso de flujo de calcio hacia la sangre como el hiperparatiroidismo primario producido por tumores en la glándula paratiroides o por la neoplasia endocrina múltiple, mieloma múltiple, osteosarcomas, metástasis de cáncer de amam y otras neoplasias. También en pacientes con tratamiento con litio, hipervitaminosis D, hipertiroidismo, inmovilización, intoxicación por vitamina A, enfermedad de Addison,
Además, se puede producir por una reducción en la eliminación de calcio en el organismo asociado a insuficiencia renal producido por un hiperparatiroidismo secundario, intoxicación por aluminio, síndrome de leche-alcalinos (causado por el consumo excesivo de leche y ciertos antiácidos). También se puede reducir la eliminación de calcio por la toma de fármacos como diuréticos tiazídicos, litia, teofilina, ácido acetilsalicílico, enfermedades endocrinas como feocromocitoma, acromegalia, etc…
Según sea más elevada o menos la concentración de calcio, la sintomatología será más o menos florida. Pueden aparecer síntomas generales como deshidratación, pérdida de peso, anorexia, prurito (picor en la piel) y polidipsia (aumento de la sed e ingesta de agua). Cuando las cifras suben por encima de 12 mg/dL aparecen alteraciones como poliuria (aumento de orina), diabetes insípida nefrogénica, litiasis de repetición (piedras en el riñón), etc. También aparecen síntomas neuromusculares como debilidad, cansancio, atrofia de los músculos, digestivas como náuseas y vómitos, estreñimiento, pancreatitis, etc. y por último cardiológicos con alteración del impulso nervioso del corazón. Cuando se producen aumentos por encima de 15mg/dL provoca estupor, somnolencia, coma, hiperemesis (vómitos copiosos), insuficiencia renal o cardiaca e incluso la muerte.
Cuando la hipercalcemia produce síntomas o se presentan unas cifras mayores de 14 mg/dL constituye una urgencia médica se le debe administrar al paciente un tratamiento inmediato. Se hidrata al paciente administrando suero fisiológico por vía venosa de forma progresiva realizando controles y balances del equilibrio de iones en sangre (sodio, potasio, magnesio y calcio). En ocasiones precisa la administración de fármacos diuréticos para facilitar eliminar el exceso de líquidos que se puedan desencadenar. Si a pesar del tratamiento de rehidratación los niveles de calcio persisten altos, se administran fármacos que inhiben la resorción ósea de calcio (que vaya calcio de los huesos a la sangre) con medicamentos llamado bifosfonatos. Otro fármaco administrado sólo en situaciones resistentes específicas es la calcitonina, o el nitrato de galio. Los esteroides son útiles así mismo en aumentos de la concentración de calcio debido a tumores hematológicos, o un aumento patológico de la vitamina D. Si hay insuficiencia renal el paciente puede precisar tratamiento con diálisis.
El médico realizará varias determinaciones analíticas para realizar la confirmación del aumento en sangre de calcio, así como determinación de proteínas y albúmina en una bioquímica, junto con creatinina, urea y fósforo. También un análisis de orina básico con sedimento de orina.
Una vez confirmado, solicitará la determinación en sangre de la paratohormona (paratohormona) intacta y vitamina D para realizar una búsqueda del origen de la hipercalcemia.
Si se sospechan enfermedades malignas, enfermedades endocrinas o hipercalcemia hipocalciúrica familiar se realizarán determinaciones específicas, como gammagrafía de la glándula paratiroides, electrocardiograma, TAC craneal si hay afectación neurológica, radiografías, etc.
El factor desencadenante principal de la hipercalcemia es una alteración en los niveles de paratohormona (aumento).
La hipercalcemia puede ser tratada y diagnosticada por distintos especialistas como endocrinos (si su origen es una alteración de la glándula paratiroide por ejemplo), por un médico de familia, por un oncólogo, médico internista, etc.
El calcio alto de forma leve puede no desencadenar síntomas claros, pero si su aumento se produce sobre todo a partir de 12-14 mg/dL determinará la aparición de síntomas de afectación neurológica, renal, cardíaca y neuromuscular que pueden llegar a comprometer la vida del paciente.
Se diría que existen alimentos que pueden dificultar la absorción del calcio o predisponer a que el cuerpo elimine más calcio, con lo que pueden favorecer la aparición de una disminución del calcio en la sangre, aunque de forma directa los alimentos no descalcifican los huesos y no son un elemento único para que ello suceda. Entre los alimentos que pueden influir en disminuir el calcio en el organismo están aquelloscomo el café, té, chocolate, etc. Las dietas hiperproteicas ricas en carnes con escaso aporte de otros alimentos, las comidas con mucha sal, las bebidas gaseosas, los alimentos grasos, bebidas alcohólicas, etc.
Un exceso de vitamina D puede derivar en la presencia de niveles altos de calcio en la sangre (hipercalcemia), lo que determina la aparición de alteraciones en la glándula paratiroides, en los riñones, los tejidos blandos y los huesos de forma fundamental.
De forma habitual el organismo está preparado para eliminar los incrementos de vitamina C que no precisa, de tal manera que normalmente no existe una “intoxicación” por vitamina C. Sí puede originar molestias gastrointestinales o favorecer la presencia de cálculos renales un aumento grande de su concentración por aporte excesivo.
De forma normal el cuerpo es capaz de adquirir con la alimentación y el efecto del sol en la piel, todas aquellas vitaminas necesarias para su normal funcionamiento. En ocasiones, existen en el organismo alteraciones que dificultan la adecuada absorción de estas vitaminas o, por el contrario, es una alimentación inadecuada, poco variada e incompleta, la que favorece que el cuerpo no consiga las vitaminas necesarias. En este sentido es importante resaltar la importancia del déficit de vitamina B12 y vitamina D, ya que pueden determinar la aparición de síntomas y alteraciones importantes en el organismo. Así la falta de B12 puede desencadenar la aparición de alteraciones neurológicas importantes, así como la falta de vitamina D puede dar lugar a alteraciones en el metabolismo del calcio y daños en la masa ósea.