La hipersensibilidad o hiperreactividad bronquial (HRB) es la respuesta anormal y exagerada de la vía respiratoria y la mucosa bronquial y responsable del origen de broncoespasmo. No es una enfermedad por sí misma. Se refiere a que los bronquios reaccionan más de lo habitual frente a muchos estímulos, como infecciones, alergias, aire frío, contaminación, ejercicio, tabaco, etc. La hiperreactividad bronquial es una característica, un rasgo del asma. Puede ser debida a alguna alergia y también puede aparecer como resultado de infecciones de los bronquios y persistir durante mucho tiempo. Suele ser más frecuente en niños y adolescentes, aunque puede ocurrir a cualquier edad, también en personas que realizan alguna actividad física frecuente. Es una afección muy común, la gravedad va a depender de las causas que la provocan, ya que, si no se trata adecuadamente, puede derivar a complicaciones más serias.
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No se conocen variantes de esta enfermedad.
No está claro por qué algunas personas contraen hiperreactividad bronquial y otras no, sin embargo, es probable que se deba a una combinación de factores ambientales y genéticos (hereditarios). La hiperreactividad bronquial puede también presentarse en algunos pacientes (aunque no todos) con la fiebre del heno, fibrosis quística, bronquitis crónica e incluso puede detectarse en algunas personas sin enfermedad respiratoria. También puede aparecer de forma transitoria tras infecciones respiratorias o exposiciones a irritantes. La causa que produce la hiperreactividad bronquial en los pacientes con asma se desconoce, aunque parece que, en parte, puede ser debida a una ruptura de la integridad de la mucosa bronquial ocasionada por una inflamación persistente, principalmente a base de eosinófilos, que se detecta en todos los pacientes asmáticos, incluso en los más leves.
Los síntomas pueden incluir:
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El tratamiento para la hiperreactividad bronquial puede ser el mismo que para el asma. El tratamiento, generalmente, implica aprender a reconocer los desencadenantes, tomar medidas para evitarlos y controlar la respiración para garantizar que los medicamentos diarios para el asma mantengan los síntomas bajo control.
Los medicamentos adecuados dependen de una serie de cuestiones, como la edad, los síntomas, los desencadenantes de la hiperreactividad bronquial y lo que sea más efectivo para mantener los síntomas bajo control.
Los medicamentos preventivos de control a largo plazo reducen la inflamación de las vías respiratorias que produce los síntomas. Los inhaladores de alivio rápido (broncodilatadores) abren rápidamente las vías respiratorias inflamadas que restringen la respiración.
En algunos casos, es necesario tomar medicamentos contra la alergia. Existen diversos medicamentos que tienen efecto antiinflamatorio en la mucosa bronquial, pero los más potentes y eficaces son los corticoides (cortisona) inhalados. Para el tratamiento inmediato, se utilizan broncodilatadores, que normalmente se administran por vía inhalatoria.
Las pruebas complementarias para el diagnóstico de la hiperreactividad bronquial pueden incluir: pruebas de alergias, examen de sangre o piel para ver si una persona es alérgica a ciertas sustancias, gasometría arterial (normalmente se lleva a cabo sólo con pacientes que están sufriendo un ataque de asma grave), radiografía de tórax y pruebas de la función pulmonar, entre otras pruebas.
En las personas con vías respiratorias sensibles, los síntomas pueden desencadenarse por la inhalación de sustancias llamadas alérgenos o desencadenantes. Los más comunes incluyen: animales (caspa o pelaje de mascotas), ácaros del polvo, ciertos medicamentos (ácido acetilsalicílico o aspirina y otros AINE), cambios en el clima (con mayor frecuencia el clima frío), químicos en el aire o en los alimentos, moho, polen y humo del tabaco, entre otros desencadenantes.
Entre los factores que aumentan el riesgo de padecer hiperreactividad bronquial están: tener un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con asma, tener una afección alérgica, como dermatitis atópica o rinitis alérgica (fiebre del heno), ser fumador, exposición al tabaquismo pasivo, y exposición a desencadenantes en el ámbito laboral, como los productos químicos utilizados en las industrias de la agricultura, la peluquería y la fabricación, entre otros factores.
Las complicaciones de la hiperreactividad bronquial pueden incluir:
La mejor forma de prevenir la hiperreactividad bronquial es evitar los factores que puedan desencadenar los síntomas.
La hiperreactividad bronquial pertenece a la especialidad de neumología, está es la rama de la medicina que está dedicada a la evaluación, prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías del aparato respiratorio.
El asma es una afección en la que se estrechan y se hinchan las vías respiratorias, lo cual produce mayor mucosidad. Esto podría dificultar la respiración y provocar tos, silbido al respirar y falta de aire.
La hiperreactividad bronquial es una característica, un rasgo del asma. Por lo que podría ser lo mismo.
Se refiere a que los bronquios reaccionan más de lo habitual frente a los estímulos del frío.
El té de jengibre es una gran alternativa para aliviar la hiperreactividad bronquial de manera natural. La cebolla también contiene un flavonoide llamado quercetina que ayuda a relajar los bronquios y disminuir la constricción de las vías respiratorias. El belcho (efedra) contiene efedrina y seudoefedrina, sustancias broncodilatadoras que expanden las vías respiratorias para ayudar a respirar más fácilmente. Pero se recomienda que si el paciente tiene algún síntoma respiratorio acuda al médico.
El ajo era usado como un medicamento natural mucho antes de ser usado como condimento. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, ha sido considerado como uno de los remedios caseros más eficaces contra el asma. Tomar jugo de limón mezclado con agua ayuda a evitar que la mucosidad se acumule en los bronquios, mejora la respiración y limpia el aparato respiratorio de bacterias y gérmenes que podrían dificultar el paso del aire. La cúrcuma es una especia con propiedades antiinflamatorias y expectorantes, lo que la convierte en una gran opción para curar el asma naturalmente. El té de jengibre es una gran alternativa para aliviar el asma de manera natural. Aunque existen estos remedios naturales, lo más recomendable es acudir al médico.
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