La hipopotasemia o hipokaliemia es la disminución de la concentración de potasio en la sangre por debajo de 3.5 mEq/L. Es probablemente el trastorno electrolítico más frecuente, apareciendo hasta en el 20% de los pacientes ingresados en hospitales. Es frecuente en pacientes que toman algunos tipos de fármacos diuréticos.
Según la disminución de la concentración de potasio, la hipopotasemia se puede dividir en:
También puede existir una pseudo hipopotasemia cuando existe un aumento en la muestra de la sangre de glóbulos blancos.
La hipopotasemia puede ser debida a la pérdida de potasio por pérdidas a través de vómitos, diarrea o toma de diuréticos (diuréticos del asa o tiazidas) asociada a la pérdida de líquidos. También por la toma de otros fármacos como antibióticos a dosis elevadas (Penicilina, Ampicilina…etc), o fármacos laxantes, por la sudoración excesiva o quemaduras graves. También puede suceder en patologías donde existen alteraciones de los mineralocorticoides, como hiperaldosteronismo primario, toma de regaliz de forma muy frecuente, tratamiento con corticoides, disminución del flujo por la arteria renal por estenosis, o estrechamiento de su luz. En otras circunstancias se produce una disminución del potasio porque el existente a nivel sanguíneo y del líquido que existe fuera de las células se introduce dentro de estas. Esto ocurre por ejemplo cuando se corrige con insulina un aumento de la glucosa en los pacientes diabéticos, o la disminución de temperatura (hipotermia), o la alcalosis metabólica.
Además existen grupos de riesgo en los que por razones sociales, culturales o económicas tienen una disminución de alimentos ricos en potasio, pudiendo conducir hipopotasemia.
Los síntomas que aparecen en los pacientes dependen de la rapidez con la que disminuye el potasio y los valores en los que éste desciende. Así, los pacientes pueden presentar síntomas como cansancio, dolores (mialgias) o debilidad a nivel muscular, problemas digestivos como estreñimiento, íleo paralítico (alteración del movimiento intestinal), parálisis muscular que puede desencadenar alteraciones respiratorias, afectación cardíaca con aparición de arrítmicas, sobre todo en aquellos pacientes con antecedentes de patologías cardíacas. También pueden aparecer alteraciones del sistema nervioso central como irritabilidad, síntomas psicóticos, enlentecimiento del pensamiento o letargia, etc. Además, pueden aparecer alteraciones del funcionamiento del riñón (nefropatía intersticial, diabetes insípida, etc), o alteraciones metabólicas como intolerancia a los hidratos de carbono o alcalosis metabólica.
En los pacientes asintomáticos y con disminución moderada de potasio se realiza una reposición progresiva de este por vía oral, utilizándose el cloruro potásico (Potasion cápsulas®) de forma habitual. Se puede aumentar además el aporte de potasio en la dieta con zumos y otros alimentos ricos en potasio.
Cuando aparecen síntomas o exista una hipopotasemia grave se administra el potasio (cloruro potásico) de forma diluida en suero fisiológico por vía intravenosa de forma progresiva, con una monitorización constante del paciente para el control exhaustivo del potasio en sangre.
Para realizar el diagnóstico de la hipopotasemia y sus posibles causas se realiza una analítica de sangre con determinación de iones (potasio, sodio y magnesio, entre otros), resto de bioquímica con glucosa creatinina, urea y enzimas musculares. Según el caso, en la analítica se pueden determinar los niveles de renina y aldosterona. Además, se realiza un electrocardiograma.
El factor desencadenante de la hipopotasemia es la falta de aporte en la dieta de potasio, la pérdida aumentada de potasio debido a alteraciones del riñón u otras alteraciones extrarrenales o una distribución en el organismo diferente de la normal (aumento del potasio dentro de las células y disminución en el espacio extracelular).
La disminución persistente del potasio puede producir alteraciones como:
frutos secos, legumbres, zumos…etc.
La hipopotasemia puede tratarse según el grado de alteración que se presente por el médico de atención primaria, por un especialista en nefrología y en medicina interna. Si existen déficit graves se corrigen en los servicios de urgencias hospitalarias continuando la corrección con el ingreso del paciente.
Al disminuir la concentración de potasio en sangre se producen alteraciones en las funciones musculares apareciendo debilidad, dolores, atrofia de la masa muscular, parálisis, calambres, alteraciones del ritmo del corazón y de la función renal, estreñimiento, y alteraciones metabólicas y del sistema nervioso central.
La hiperpotasemia es una alteración hidroelectrolítica en la que se produce un aumento de la concentración de potasio en la sangre por encima de 5.5 mEq/L.
La concentración de potasio en sangre es normal si se sitúa entre 3,5 a 5,3 mEq/L.
Los alimentos que más potasio contienen son la leche en polvo, los quesos, carnes como liebre y el conejo, embutidos, peces, moluscos y crustáceos como la vieira, palometa, caviar, jurel, boquerón, surimi, caballa, salmón, pulpo, pez espada, percebe, pescados ahumados, los huevos, todos los frutos secos, todas las legumbres, verduras y hortalizas como la pimienta negra, el perejil, patata, ajo, espinaca, acelga, champiñón, trufa, col de Bruselas, cardo, escarola, brócoli, endivia, col, coliflor, remolacha, cereales y derivados como la harina de soja, germen de trigo, cebada, avena, maíz y frutas como dátiles, coco, grosella negra, plátano, aguacate, kiwi, y el melón.
Según los niveles en los que se sitúe el potasio por encima de la concentración normal de potasio en la sangre, los pacientes pueden estar asintomáticos hasta presentar alteraciones gastrointestinales como náuseas y vómitos, debilidad, hormigueo, íleo paralítico (alteración de la movilidad del intestino), dificultad para la deglución (difagia), dificultad para caminar, parálisis muscular y en casos graves alteración de la función del músculo del corazón y aparición de arritmia ventriculares graves que pueden producir la muerte. Todo ello se produce porque al elevarse el potasio en la sangre existe una alteración en la transmisión de los impulsos neuromusculares (entre los nervios que llevan la información y los músculos).