El infarto de miocardio es el daño que se produce en el músculo cardíaco cuando se produce el cierre de una arteria coronaria. También se denomina cardiopatía isquémica. Los casos entre 27 y 74 años son de 210 por 100.000 hombres y de 61 por 100.000 mujeres. Esta incidencia se va a multiplicar por diez a partir de los 75 años. Es una enfermedad grave que precisa de ingreso hospitalario urgente.
Los diferentes tipos de infartos son:
La causa del infarto miocardio es el cierre agudo de una arteria del corazón
Los síntomas del infarto de miocardio son: dolor torácico, que se puede extender a la garganta, al brazo, a la zona abdominal alta y a la espalda. El dolor se acompaña de sudoración y sensación de malestar profundo. Se trata un dolor opresivo, como si se tuviera una losa encima del pecho. Puede verse acompañado también de sensación de falta de aire y de muerte inminente.
El tratamiento se deberá hacer en unidades cardiológicas hospitalarias, en principio, se monitorizará al enfermo con un desfibrilador cercano, ya que la primera causa de muerte tras un infarto son las arritmias que este produce. Se deberá canalizar una vía intravenosa y suministrar al paciente tratamiento anticoagulante. Pueden ser necesarios nitratos y betabloqueantes e incluso morfina para descender el dolor. Tras la estabilización del paciente, se procederá a técnicas intervencionistas como la angioplastia para tratar de dilatar la arteria que está obstruida y, de esta forma, restituir el flujo sanguíneo, puede ser necesaria la colocación de un Stent (muelle dilatador), para mantener la arteria permeable. También se puede realizar una fibrinolisis por medio de sustancias intravenosas que tratan de deshacer el coágulo. En algunos casos puede ser necesario hacer cirugía de Bypass coronario, pero esta no se realiza de forma urgente, sino que se tiene que programar una vez el paciente se encuentre recuperado del episodio agudo.
Las pruebas complementarias serán:
La causa desencadenante será la obstrucción arterial coronaria.
Los factores de riesgo no prevenibles son: la edad en mayores de 65 años, el sexo, ya que es más frecuente en hombres aunque mueren más mujeres, y las personas con familiares de primer grado con infarto de miocardio, que tienen más probabilidad de tener un infarto que la población general.
Los factores de riesgo prevenibles son: tabaco, sedentarismo, mala alimentación, en especial la rica en grasas, consumo de drogas como la cocaína, hipertensión y diabetes mal controladas, y el estrés mantenido.
El infarto de miocardio deberá ser tratado por cardiólogos, aunque son los médicos de familia los que se deberán encargar del tratamiento de los factores de riesgo.
Tras un infarto pueden quedar secuelas, pero en general el paciente puede realizar una vida normal. Las secuelas pueden ser alteraciones en la capacidad del corazón para contraerse, que puede dar lugar a una insuficiencia cardíaca, y aneurismas cardíacos que pueden dar lugar a procesos de trombos.
La angina de pecho se da cuando se produce una falta de aporte sanguíneo al corazón y por tanto de oxígeno, pero que no llega a producir un daño en el miocardio. A veces recibe el nombre vulgar de “amago de infarto”.
En la mayoría de las ocasiones el infarto no tiene síntomas previos, de haberlos, será una angina de pecho, esto es, dolor retroesternal, que puede estar relacionado con el ejercicio o el estrés y que mejora en breves minutos o con reposo. Si se tienen estos síntomas siempre se debe de consultar a un médico.
Es cierto que hay mayor número de infartos en hombres que en mujeres, no obstante, la mortalidad por infarto es mayor en las mujeres, llegando a ser el doble que en los hombres.