La insuficiencia respiratoria es un trastorno en el que no se produce una correcta oxigenación de la sangre debido a alguna patología o afectación pulmonar, de forma aguda, de forma crónica, o progresiva. Es una alteración que se da bastante que puede llegar a ser muy grave, ya que compromete la vida del paciente y que de forma más frecuente se da en paciente mayores con patologías de base.
Las causas que producen una insuficiencia respiratoria son aquellas alteraciones que afectan al normal funcionamiento del pulmón como aparición de edema en su tejido, obstrucción de las vías respiratorias, inflamación de sus tejidos, obstrucciones vasculares, infecciones, alteraciones anatómicas torácicas o pulmonares, alteraciones neurológicas…etc. De esta forma, se pueden enumerar una gran cantidad de enfermedades, alteraciones y situaciones que pueden determinar la aparición de una insuficiencia respiratoria: Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, sarcoidosis, neumonía, embolia pulmonar, insuficiencia cardiaca, infarto de miocardio, sepsis, permanencia en regiones de gran altitud, ahogamiento, politraumatismos, aspiración de un cuerpo extraño, apnea del sueño, escoliosis, intoxicaciones por drogas o alcohol, inhalación de gases y humos, fibrosis pulmonar…etc.
Se produce una dificultad respiratoria, sensación de falta de aire, respiración agitada, acelerada, debilidad, incapacidad para realizar grandes esfuerzos, coloración azulada de la piel, confusión, somnolencia, mareo, puede haber hasta pérdida de conocimiento. También aceleración del ritmo del corazón con sensación de palpitaciones por taquicardia, y, en ocasiones, aparición de arritmias. A veces, según la causa de la insuficiencia respiratoria se puede realizar una autoescucha de ruidos respiratorios anormales (sibilantes, etc).
Los pacientes que presentan una insuficiencia respiratoria aguda reciben tratamiento en la urgencia hospitalaria o, si su gravedad así lo determina, en los servicios de cuidados intensivos.
El tratamiento fundamental es el aporte de oxígeno que, en casos de gravedad extrema, se realiza mediante una ventilación mecánica no invasiva (mediante CPAP, máquinas que por medio de una mascarilla amplia aportan una presión positiva al final de la espiración al paciente) o por ventilación invasiva con intubación.
Además, debe tratarse la enfermedad de base que produce la insuficiencia respiratoria de forma específica.
Además de la exploración física y la anamnesis (interrogatorio clínico), que se le realiza al paciente, se puede realizar una prueba inicial básica e inocua que es la toma de la saturación de oxígeno en sangre con ayuda de un pulsioxímetro.
La prueba diagnóstica fundamental es la realización de una gasometría arterial, que ayuda a determinar a los médicos el tipo de insuficiencia respiratoria que sufre el paciente (hipóxica, hipercápnica o mixta), y la asociación con desequilibrios ácido-básicos de la sangre derivados.
Se puede acompañar para llegar al origen de la insuficiencia respiratoria con otras exploraciones como analítica de sangre, electrocardiograma, pruebas de imagen como radiografía de tórax, TAC torácico, ecocardiograma, angio-TAC pulmonar, determinación de tóxicos en orina…etc.
La insuficiencia respiratoria es un trastorno tratado por los médicos que trabajan en los servicios de urgencias (especialistas en medicina familiar, internistas…etc), por médicos intensivistas o por neumólogos.
La disnea es un síntoma físico que describe la sensación de falta de aire, fatiga, de no poder respirar adecuadamente que tiene el paciente.
El asma es una enfermedad crónica respiratoria producida por una hiperreactividad bronquial que deriva en la aparición de “ataques” de disnea o sensación de no respirar bien de duración variable, acompañada de tos, ruidos respiratorios como silbidos (sibilancias) y sensación de constricción debida al espasmo que se produce en los bronquios y cuyos precipitantes pueden ser varios.
La disnea de esfuerzo es la sensación de dificultad respiratoria cuando se realiza algún esfuerzo como subir escaleras, hacer ejercicio físico, etc.
La disnea paroxística es una sensación de dificultad respiratoria abrupta que aparece en el paciente cuando este está acostado, tumbado en horizontal, y que le obliga a incorporarse y sentarse para poder volver a respirar bien.
Es una pausa o suspensión transitoria de la respiración a la que habitualmente le sigue una respiración forzada y más profunda.