El latigazo cervical o síndrome del latigazo cervical es un conjunto de síntomas, signos y lesiones, producidas por una transferencia de energía desde atrás o desde un lado al cuello, resultado de una aceleración-desaceleración provocada, sobre todo, por accidentes con vehículos de motor, pero también por otro tipo de accidentes como inmersiones en agua, por ejemplo. Su frecuencia exacta no se conoce bien, ya que depende de distintos parámetros que influyen (región, número de coches/habitante…etc), pero se estima que en España un 15% de los accidentes de tráfico derivan en un síndrome de latigazo cervical. Su gravedad se puede valorar en moderada, ya que repercute en la vida habitual del paciente que lo padece de forma importante, siendo motivo de incapacidad temporal de forma frecuente, por el dolor y la incapacidad funcional que produce.
Existe una clasificación basada en la gravedad de la afectación del latigazo cervical (clasificación del Quebec Task Force), según la cual se considera:
La causa del latigazo cervical es un traumatismo en la columna cervical con producción de una hiperextensión de la misma, seguida de una hiperflexión brusca de la columna, desencadenando una variedad de lesiones anatómicas en el cuello: lesión de partes blandas en músculos y nervios con aparición de hematomas, aplastamientos discales, distensión o rotura de ligamentos vertebrales, compresión de raíces nerviosas, arterias vertebrales e incluso fractura de alguna apófisis vertebral (saliente de las vértebras). Estos traumatismos pueden ser producidos en un accidente de tráfico, un accidente deportivo o una caída.
El latigazo cervical se manifiesta con síntomas como dolor cervical, que puede llegar a ser muy intenso, pudiéndose irradiar hacia la parte superior de la espalda y los brazos y provocar limitación para el movimiento del cuello. Habitualmente aparece tras las primeras 6-72 horas después del accidente. Además, se acompaña de otros síntomas, como contracturas musculares del cuello y de la espalda, alteraciones de la sensibilidad, sobre todo en los brazos y manos, con sensación de adormecimiento, hormigueo, o sensación de “calambres”. Pueden aparecer además otros síntomas como dolor de cabeza (cefalea), vértigo y mareo, dolor al tragar (disfagia), dolor en la mandíbula, u hombro doloroso. Asociados a estos síntomas físicos pueden aparecer otros psicológicos, debidos al sufrimiento del propio accidente o traumatismo, como el síndrome de estrés postraumático.
El tratamiento se basa en reposo relativo, administración de fármacos analgésicos y antiinflamatorios, así como de relajantes musculares. En ocasiones se asocia con inmovilización del cuello con collarín blando, aunque su uso en ocasiones es controvertido, sobre todo cuando se hace de manera prolongada, ya que puede precipitar situaciones de atrofia muscular por desuso que empeoran el pronóstico. Pueden recomendarse técnicas de fisioterapia con programas de ejercicio y movilidad, apoyadas en ocasiones con otras técnicas, como aplicación de corrientes analgésicas tipo TENS (estimulación transcutánea), la utilización de microondas y onda corta y ultrasonidos…etc.
Para el diagnóstico es fundamental la anamnesis (interrogatorio clínico) y la exploración física, incluyendo la exploración neurológica. Además, se realizan pruebas complementarias como:
El desencadenante del latigazo cervical es la transmisión de un mecanismo de energía de aceleración-deceleración de alta energía que se transfiere al cuello (habitualmente por un accidente de tráfico por alcance posterior).
El especialista que realiza el manejo de esta patología es el Traumatólogo.
El esguince cervical grado 1 es la lesión producida por una extensión seguida de una flexión brusca del cuello, que produce un estiramiento de las partes blandas cervicales (músculos, ligamentos y tendones), sin apreciación macroscópica de lesión, con aparición de dolor leve cervical.
El efecto latigazo referido al mecanismo que sufre el cuello cuando sufre la fuerza de una energía brusca de aceleración y deceleración habitualmente en un accidente de tráfico, que le produce una hiperflexión e hiperextensión forzadas máximas que determinan la posibilidad de desarrollo de lesiones en partes blandas, huesos, nervios y arterias del cuello.
Es un conjunto de síntomas, signos y lesiones producidas por una transferencia de energía desde atrás o desde un lado al cuello, como consecuencia de una aceleración-desaceleración provocada sobre todo, por accidentes con vehículos a motor.
Es la pérdida de contacto entre las superficies articulares de las vértebras, que puede afectar de forma frecuente a la articulación entre la primera y la segunda vértebra (articulación atlanto-axoidea).