La meningitis es una enfermedad infecciosa, que afecta a las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. La incidencia de la meningitis oscila entre 0,87 a 2,76 casos por cada 100.000 habitantes al año, el 80% de las meningitis son víricas, el resto son bacterianas y de éstas la mayoría están causadas por el meningococo y neumococo. Pueden producir coagulopatías. En estos casos, las infecciones presentan una mayor gravedad. Las meningitis víricas son enfermedades leves mientras que las meningitis bacterianas son enfermedades graves que pueden poner en peligro la vida de la persona.
Los tipos de meningitis son:
La causa de meningitis es la infección vírica o bacteriana. Los virus producen el 80% de las infecciones, los más frecuentes son los enterovirus y los menos frecuentes son el virus del herpes simple. En otros países, los virus transmitidos por picaduras de insectos como el virus del Nilo o el virus de la encefalitis de San luis o de California, también pueden producir meningitis. Las infecciones bacterianas más frecuentes son por meningococo y producen hasta el 60% de las infecciones bacterianas, seguidas del neumococo y la listeria.
Los síntomas de la meningitis se inician con malestar general, fiebre, dolores musculares y tos, que más tarde evolucionan a fiebre alta, con dolor intenso de cabeza, vómitos incoercibles, molestias por la luz y puede acompañarse de sensación de somnolencia, alteración de estado mental. En niños suele aparecer llanto e irritación y respiración rápida.
El tratamiento de las meningitis víricas será sintomático con analgésicos y, si fuera necesario, sueros intravenosos. En caso de las infecciones por herpesvirus, se dará tratamiento con aciclovir, y en casos de meningitis por HIB, se dará tratamiento antirretroviral. El resto de los virus sólo precisan tratamiento sintomático y se resuelven por sí mismos.
El tratamiento de las infecciones por bacterias serán antibióticos, siendo los más utilizados: ceftriaxona y la penicilina a altas dosis, dependiendo del germen que la haya producido.
El diagnóstico de una meningitis comienza con una sospecha diagnóstica por la exploración clínica del paciente, en la cual habrá fiebre alta y rigidez de nuca en la exploración. En los casos más graves puede haber petequias, son pequeñas lesiones hemorrágicas que aumentan rápidamente en la piel, y es un síntoma de gravedad. Una analítica de sangre indicará una alteración en los glóbulos blancos y se realizar una toma de líquido céfalo-raquídeo que se cultiva para saber qué germen produce la infección y qué antibiótico es el óptimo para tratarlo.
El factor desencadenante es una infección por parte del germen implicado. En algunos casos, puede ir precedido en casos de meningitis bacterianas por procesos infecciosos en oídos.
Los factores de riesgo para meningitis es el contacto con una persona que desarrolla la enfermedad. Por tanto, ante presencia de la enfermedad de tipo bacteriana, se procede a dar profilaxis antibiótica al colectivo que ha tenido contacto con el paciente, tanto familiares como compañeros de trabajo o colegio si fuera necesario.
En las meningitis víricas no hay complicaciones. En las meningitis bacterianas pueden dar como complicaciones como:
Los mecanismos de prevención de la meningitis son:
La meningitis puede ser tratada por médicos de enfermedades infecciosas y en caso necesario, por médicos intensivistas.
La meningitis se contagia a través de las gotitas de flujo, que son las pequeñas gotas de saliva que se despiden al toser, o estornudar. Por eso es importante ante un caso de meningitis tratar a las personas que han tenido un contacto íntimo con el enfermo, para evitar que distribuyan la bacteria o puedan sufrir la enfermedad.
La meningitis bacteriana es una enfermedad potencialmente grave, que puede dar secuelas a las personas que la sufren tanto adultos como niños, pudiendo producir sordera, pérdida visual, daño cerebral, daño renal y daño cardíaco. Aunque la mayoría de las personas tratadas precozmente no sufren alteraciones posteriores.
La meningitis vírica no es peligrosa salvo la meningitis por VIH, ya que está meningitis va acompañada por la infección por dicho virus.
La meningitis deja como secuelas la sordera, ceguera o alteración visual, daño renal, daño cardiaco y retraso mental.
La meningitis neumocócica es la enfermedad que se produce por la infección de las meninges por la bacteria neumococo. Es una enfermedad más frecuente en adultos y la segunda causa de meningitis en niños mayores de 2 años.
Hay varias vacunas frente a la meningitis ya que hay varios gérmenes que producen la enfermedad.
La vacuna frente al meningococo B está indicada a partir de los 2 meses de edad y se pone a los más pequeños en tres dosis. En los niños más mayores se pone en dos dosis y en personas adultas inmunodeprimidas se pondrán dos dosis separadas entre, al menos, seis meses.
La vacunación frentes meningococo C será a los 4 meses, a los 12 meses, y a los 12 años.
La vacuna frente a neumococo conjugada será los 2 , 4 y 11 meses. Es una única dosis en adultos.
La vacunación de haemophilus será a los 2, 4 y 11 meses.