El molusco contagioso también conocido como molluscum contagiosum, es una enfermedad infecciosa producida por un virus conocido como poxvirus, que produce pápulas en la piel de menos de 5 mm.
Es una enfermedad que se da con mucha frecuencia en climas fríos, se transmite a niños de 8 a 12 años y tiene mucha relación con el baño en piscinas públicas.
En climas cálidos la infección es rara, pero puede transmitirse entre menores de un año en las guarderías. Tiene un pico máximo de incidencia entre los 2 y 4 años.
En adultos jóvenes tiene que ver con las relaciones sexuales, y suele aparecer en la zona púbica. Es una enfermedad leve.
No se puede hablar de diferentes tipos de molluscum pero sí de diferentes virus que dan lugar a la enfermedad. Aunque todos ellos producen la misma clínica, estos son MCV I, MCV II, MCV III, MCV IV, de ellos el más frecuente es el MCV I que produce hasta el 90% de las infecciones.
La causa del molusco es la infección por el virus pox-virus en sus diferentes subespecies siendo la más frecuente la MCV I.
El síntoma del molusco contagioso es la presencia de pápulas de aspecto blanco céreo. Las pápulas son múltiples, presentan hundimiento central y suelen tener como máximo 5 mm. Se sitúan en grupos que pueden tener un borde enrojecido. Pueden autoinocularse o transmitirse por contacto a otros individuos. En el caso de los niños, se presenta sobre todo en la cara y los pliegues del cuello. En adultos pueden encontrarse en la zona púbica cuando se contagia por contacto sexual. En paciente con inmunosupresión por VIH, puede presentar un crecimiento muy rápido.
Las lesiones pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo salvo palmas de manos y plantas de pies.
En la mayoría de las ocasiones, las lesiones se autoeliminan sin necesidad de tratamiento:
Por último, en pacientes inmunodeprimidos se pueden usar agentes que aumentan la inmunidad como son el imiquimod y la cimetidina.
El diagnóstico del molusco contagioso es un diagnóstico clínico, pero en algunos casos se pueden examinar las lesiones al microscopio. Tras el curetaje, para estar seguro del diagnóstico, se usan tinciones de giemsa. Esta tinción marca los cuerpos de inclusión característicos de estas lesiones.
El contacto con otra persona infectada o con agua de baño que contenga el virus.
Contacto con personas que presenten lesiones o con fomites que contengan el virus, como toallas o el agua del baño. La inmunodepresión facilita la infección y la propagación del virus.
El molluscum contagioso va a ser tratado por el dermatólogo.
El contagio del virus se realiza por el contacto del virus con la piel sana, ya sea a través de fomites, de agua del baño o contacto directo con personas que tengan las lesiones.
El curetaje dermatológico se realiza con un pequeño instrumental. Una especie de pequeña cucharilla que presenta una superficie cortante, dicha superficie se sitúa en la parte inferior de la lesión que se quiere retirar, y se procede a realizar un movimiento como de recogida con una cuchara. La lesión quedará en la cubeta de la cuchara pudiendo ser enviada al laboratorio para su examen.
Las lesiones de molusco contagioso pueden desaparecer de forma espontánea en las personas inmunocompetentes en períodos de hasta tres años, aunque la mayoría suelen desaparecer entre uno y dos años. Por ello, en muchos casos, el dermatólogo sólo debe vigilar las lesiones, sin tratarlas esperando a su resolución espontánea.