La neuropatía o neuropatía periférica es una enfermedad marcada por una función alterada de los nervios periféricos y que es el resultado de una lesión de los los mismos. A menudo provoca debilidad, entumecimiento o insensibilidad y dolor, por lo general en las manos y en los pies. También puede afectar otras partes del cuerpo.
Los nervios periféricos son una serie de cables que conectan al sistema nervioso central, médula espinal y encéfalo con el resto de las partes del cuerpo y por ellos circula el impulso nervioso. Esto ocurre cuando las células nerviosas, o neuronas, se dañan o se destruyen, lo cual distorsiona la manera en que las neuronas se comunican las unas con las otras así como con el cerebro. La neuropatía puede afectar a un nervio o tipo de nervio, o una combinación de los mismos. Es más frecuente en un 60-80% en personas que sufre de Diabetes mellitus. Puede afectar a todas las edades, aunque las personas mayores tienen mayor riesgo de padecerla y es más común en hombres que en mujeres.
Es una enfermedad muy común, la gravedad va a depender del tipo de lesión nerviosa, y es importante tratarla y controlarla, ya que afecta mucho la calidad de vida de las personas que la padecen.
Las neuropatías pueden incluir más de 100 tipos y se pueden clasificar según su forma de comienzo y evolución y según el tipo de lesión nerviosa, entre otros.
La causa más común de la neuropatía es la Diabetes mellitus. Los niveles altos de azúcar en la sangre durante un período largo de tiempo pueden causar daño a los nervios. También se pueden ver asociadas a otros trastornos del metabolismo secundario o mal funcionamiento del hígado, riñón o las glándulas tiroideas. Otras causas pueden incluir: traumas o presión en el nervio, consumo excesivo y prolongado de alcohol, trastornos autoinmunitarios como artritis reumatoidea o lupus, enfermedad renal crónica, infecciones como VIH/SIDA, herpes, hepatitis C, niveles bajos de vitamina B1, B6, B12 o de otras vitaminas, intoxicación debido a metales pesados como el plomo, ciertos trastornos hereditarios y el síndrome del túnel carpiano.
Los síntomas de una neuropatía incluyen: aparición gradual de entumecimiento, cosquilleo u hormigueo en los pies o las manos que pueden extenderse hacia arriba y afectar las piernas y los brazos, dolor intenso, punzante y pulsátil, sensación de congelación o de quemazón, calambres, sensibilidad extrema al tacto, debilidad o parálisis muscular si se ven afectados los nervios motores, pérdida de la coordinación y caídas, cambios de color de la piel, sudoración, contracciones musculares, reflejos nerviosos alterados y dolor a la compresión del tronco nervioso.
Los objetivos del tratamiento son controlar la afección que causa la neuropatía y aliviar los síntomas. Los medicamentos son una opción de tratamiento si solo se padecen síntomas ligeros, los analgésicos como los antiinflamatorios no esteroideos (Ibuprofeno, Naproxeno…etc), pueden ser útiles.
Si las molestias son mayores, hay que acudir a otros medicamentos más potentes. La fisioterapia siempre es un arma útil en el proceso de rehabilitación, pero esta debe ser personalizada. Incluye la estimulación eléctrica de los nervios a través de pequeñas dosis de corriente en la piel a diferentes frecuencias, la realización de ejercicios diseñados para fortalecer los músculos debilitados y técnicas de masajes, entre otras.
Hay pacientes que requerirán el uso de dispositivos de ayuda como aparatos ortopédicos, bastones o férulas, ya que es muy recomendable que las personas con neuropatías protejan las áreas de su cuerpo en las que han perdido sensibilidad, para evitar cualquier complicación como cortaduras y quemaduras.
Se recomienda una mejor nutrición, comer una dieta rica en nutrientes específicos para ayudar a mejorar la neuropatía, como, vitamina B, B1, B12, ácido fólico y antioxidantes.
Para el diagnóstico y tratamiento de la neuropatía es necesario realizar las siguientes pruebas:
No se conoce un factor específico que puede desencadenar la neuropatía.
Los factores que aumentan el riesgo de una neuropatía incluyen: Diabetes mellitus, consumo excesivo de alcohol, deficiencias vitamínicas (particularmente de las vitaminas del grupo B), trastornos renales, hepáticos o tiroideos, enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y el lupus, exposición a toxinas y antecedentes familiares de neuropatía, entre otros factores.
Las complicaciones incluyen:
La mejor manera de prevenir la neuropatía es:
La neuropatía pertenece a la especialidad de neurología, que es la parte de la medicina que se ocupa de la anatomía, la fisiología y las enfermedades del sistema nervioso.
Una mononeuropatía es la que ocurre cuando es un solo nervio el que está dañado, situado fuera del cerebro y la médula espinal (neuropatía periférica). Suelen ser de adaptacion aguda, tienen causas evidentes como traumatismo y afección motora y sensitiva en la distribución de una raíz o un nervio periférico aislado. Estas pueden ser simples y múltiples.
La neuropatía periférica, asociada a la Diabetes mellitus es la forma más frecuente de neuropatía.
Una polineuropatía se refiere a que muchos nervios en diferentes partes del cuerpo están comprometidos. La neuropatía puede afectar los nervios que suministran la sensibilidad o causan el movimiento.
La neuropatía desmielinizante es un trastorno neurológico caracterizado por debilidad progresiva y función sensorial alterada en las piernas y los brazos. El trastorno, que en ocasiones se denomina polineuropatía crónica recurrente, es causado por daño en la vaina de la mielina (la cubierta grasa que cubre y protege las fibras nerviosas) de los nervios periféricos.
Una neuropatía idiopática es un trastorno neurológico en el sistema nervioso periférico de causa desconocida.