El pie diabético es una complicación frecuente de la diabetes, producida por la afectación de los nervios y las arterias de los pies de la persona que la padece, que provoca pérdida de sensibilidad y una mala circulación de la sangre en los mismos. Estas dos circunstancias hacen más probable que se produzcan cortes, erosiones y heridas en los pies que, de no tratarse de forma rápida y adecuada, pueden evolucionar hacia la formación de úlceras, que pueden llegar a necesitar la amputación progresiva del miembro afectado. Dependiendo de la edad, sexo y tipo de población, la incidencia en los países de nuestro entorno de pie diabético oscila entre el 4 y el 10% de los pacientes diabéticos y la de padecer una úlcera en los pies está en torno al 15%, estimándose que, de estos, aproximadamente la tercera parte provocarán la amputación. Por lo tanto es un proceso que si bien en fases iniciales puede parecer leve puede llegar a ser muy grave.
Existen diferentes tipos de pie diabético según la causa que lo ha producido:
Existen además diferentes sistemas para medir la gravedad de la afectación del pie diabético en función de varios criterios, siendo las más utilizadas la clasificación de Meggitt-Wagner y la clasificación de Gibbons.
Las causas que provocan el pie diabético es una afectación neuropática que afecta a las terminaciones nerviosas del pie, produciendo pérdida de sensibilidad y una afectación vascular, sobre todo de las arterias del pie, que dificulta la circulación sanguínea. Ambos factores inciden en la producción de diversos tipos de heridas que pueden llegar a ulcerarse.
Los síntomas del pie diabético van a depender de la causa principal que los produce.
Asociado a la neuropatía diabética se pierde la percepción del dolor, se producen deformidades en determinadas zonas del pie por debilitamiento de la musculatura y sequedad de los pies.
Asociado a la enfermedad vascular, se produce dolor al caminar que obliga a pararse y que se conoce como “síndrome del escaparate” o claudicación intermitente, dolor en reposo, cambios en la coloración del pie, edemas (acúmulo de líquidos) y trofismo de la piel (cambios en la configuración de la piel, que se vuelve seca y fina).
El tratamiento más importante para el pie diabético es la prevención de la formación de úlceras. Cuando estas ya han aparecido, se deben tratar mediante curas locales que favorezcan la cicatrización de las mismas. Para ello es necesario el desbridamiento cuando existe tejido necrótico (retirada del tejido muerto ennegrecido) ya sea mediante el uso de pomadas que realizan desbridamiento enzimático o de forma manual y la aplicación de hidrogeles y apósitos hidrocoloides que favorezcan el crecimiento del tejido de granulación. Cuando existen signos de infección se deben utilizar o bien pomadas antibióticas en las curas o bien tomar antibióticos por vía oral o endovenosa si se precisa. Si la afectación vascular es importante puede requerir la intervención de un cirujano vascular para una más completa valoración. En caso de presencia de dolor se tratará con analgésicos.
El diagnóstico del pie diabético se realiza mediante la exploración física del paciente. No obstante, puede ser necesaria la realización de alguna prueba complementaria para hacer más eficaz el tratamiento, como la realización de cultivos del exudado de la úlcera en busca del germen causante de la infección, o la realización de eco-doppler para valorar el estado de la circulación sanguínea en la pierna y radiografías para descartar la osteomielitis. Se completa con análisis de sangre para valorar niveles de azúcar, proteínas y coagulación.
Los factores desencadenantes del pie diabético son la presencia de heridas que evolucionan a úlceras en pacientes con neuropatía y enfermedad vascular periférica como complicación de la diabetes que padecen.
Son factores de riesgo de padecer pie diabético aquellos pacientes con:
Las complicaciones del pie diabético son:
La prevención del pie diabético requiere:
Los especialistas que intervienen en el cuidado del pie diabético son, las enfermeras, para la realización de las curas y educación sanitaria, el área de endocrinología para cuidados de la diabetes, y dermatólogos y cirujanos vasculares para úlceras con mala evolución.
La úlcera isquémica es la herida que se produce por una insuficiencia de riego sanguíneo que provoca la muerte de las células y se manifiesta por placas negras en la piel.
El pie diabético es una complicación frecuente de la diabetes originada en la neuropatía y vasculopatía periférica que esta provoca, y que puede originar úlceras graves en los pies.
La úlcera diabética es la herida que se produce como consecuencia de padecer una diabetes y sus complicaciones en las terminaciones nerviosas y en los vasos sanguíneos. El lugar más frecuente donde se manifiesta es en los pies.
El cuidado de los pies en los pacientes diabéticos tiene como objetivo evitar la aparición de heridas que puedan provocar una ulceración. Para ello hay que mantener una serie de cuidados generales y otros específicos de los pies como:
El mal perforante plantar también se le conoce como úlcera neuropática que es un tipo de lesión del pie diabético y se le considera la complicación más grave producida por la neuropatía diabética. Se localiza en las zonas que soportan más presión del pie y su inicio es indoloro por lo que suele detectarse ya en fases evolucionadas.