Actualizado el 10/01/2022
La psicología infantil está centrada en el estudio del comportamiento de los niños, teniendo en cuenta el desarrollo físico, cognitivo, social y afectivo, que se produce en las primeras etapas de la vida.
La Psicología Infantil aborda el comportamiento, el desarrollo y las necesidades psicológicas de niños, adolescentes y de sus familias. De este modo, se encarga del estudio y tratamiento de los problemas psicológicos que se pueden producir dando lugar a patologías como autismo, hiperactividad, adicciones, acoso, etc.
Determinadas situaciones relacionadas con el desarrollo de los niños y adolescentes pueden influir en su comportamiento:
De este modo, el análisis de los factores ambientales y biológicos puede permitir comprender su comportamiento y la presencia de trastornos en el ámbito social, emocional y afectivo o en el aprendizaje.
Los psicólogos infantiles trabajan para prevenir y tratar patologías y trastornos a través de la investigación, la educación y la atención directa al paciente. Entre sus funciones también está promover conductas que mejoren la salud psicológica y física y tratar el comportamiento y los aspectos emocionales que tienen lugar en los más jóvenes.
La intervención psicológica infantil se sirve de técnicas diferentes a las utilizadas con adultos. El psicólogo infantil debe partir de un conocimiento profundo en otras áreas de la psicopatología, incluyendo la psicología evolutiva, de la educación y el desarrollo neurocognitivo, entre otras.
El proceso de evaluación psicológica debe utilizar unas herramientas psicométricas adaptadas a las características de los pacientes en edad infantil. Una de las evaluaciones previas necesarias es el grado de desarrollo neurocognitivo del niño. Además, para llevar a cabo una evaluación psicológica se deberá tener en cuenta que los tiempos de trabajo son menores, puesto que los niños son más propensos al agotamiento y la pérdida de atención.
Los trastornos psicológicos más habituales en niños tienen una repercusión directa en su manera de comportarse, aprender y manejar las emociones, lo que suele causar problemas en sus actividades y suele ser motivo de preocupación en sus padres.
Entre los trastornos más comunes destacan:
Otras afecciones que afectan el aprendizaje, el comportamiento y las emociones de los niños incluyen las discapacidades del aprendizaje y del desarrollo y patologías como el autismo. Además, se cuentan también el consumo de sustancias, especialmente en adolescentes, y las autolesiones.
Es importante tener en cuenta que las habilidades comunicativas de los niños, especialmente los de menor edad, son limitadas. Esto es todavía más notorio cuando se trata de describir e identificar emociones, afectos y sentimientos. De este modo, se hace indispensable que el psicólogo infantil domine las herramientas y técnicas psicológicas necesarias para trabajar con los más jóvenes interaccionando con ellos de una forma natural.
En este sentido, se pueden utilizar técnicas basadas en el dibujo, los juegos, así como la representación y expresión corporal.
Es importante la implicación de la familia y, en su caso, de los educadores del niño a la hora de afrontar una terapia o evaluación psicológica infantil. De este modo, los padres o adultos a cargo del niño deberán acudir previamente a una cita con el psicólogo infantil para preparar la estrategia.
La duración de las terapias en psicología infantil puede ser muy variable y dependerá de la patología y las características de partida de cada niño. A grandes rasgos, las terapias infantiles suelen durar unos meses hasta que se nota una mejoría en el niño, y posteriormente tendrán lugar citas concretas para revisar que la evolución es la adecuada.
En cualquier caso, la realización de una evaluación psicológica ante un comportamiento anormal o llamativo para los padres o educadores no conlleva necesariamente la presencia de una patología o trastorno psicológico ni la necesidad de una terapia.
La psicología analiza la situación psicológica y emocional del individuo para generar pautas de mejora que puedan redundar en un mayor bienestar y calidad de vida, enfrentando trastornos y patologías. La psicología infantil tiene en cuenta, además, el entorno y las circunstancias biológicas del niño haciendo un especial hincapié en el desarrollo físico y emocional.
Los psicólogos infantiles están especializados en la rama de la psicología infantil, por tanto, conocen el desarrollo de los niños y cómo abordar los trastornos y patologías que se pueden dar en esta etapa de la vida.
La psicología infantil desarrolla terapias mediante juegos o de manera colectiva con la participación de los padres o familiares para que el niño se sienta a gusto durante su puesta en marcha y pueda comportarse de forma espontánea.
No existe una edad mínima recomendada para acudir al psicólogo. Ante disfunciones en el desarrollo y el comportamiento de los pequeños siempre es recomendable consultar con un profesional.
La psicología infanto-juvenil es aquella que centra su estudio y tratamiento en pacientes desde su nacimiento hasta llegar a la etapa adulta.
Los niños y adolescentes constituyen un colectivo especialmente vulnerable ante situaciones estresantes inesperadas de carácter global como la pandemia de la COVID-19. Entre los principales riesgos a los que han estado expuestos destaca el estrés psicosocial. La cuarentena, la hospitalización del niño o un familiar son situaciones que pueden generar altos niveles de estrés. Además, la limitación de acceso a los servicios de salud mental durante los momentos más graves de la pandemia ha agravado los problemas psicológicos previos del niño o provocado nuevos problemas. Este hecho ha sido especialmente grave en el caso de colectivos con patologías como la diversidad funcional o el autismo.
Bibliografía