El tracoma es una enfermedad ocular crónica infecciosa, de etiología bacteriana, altamente contagiosa, que se produce por una bacteria que vive dentro de las células llamada Chlamydia trachomatis, que compromete a la córnea y a la conjuntiva del ojo. Se propaga mediante el contacto directo con los ojos, los párpados y las secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas. También puede contagiarse mediante la manipulación de elementos infectados, tales como ropas, pañuelos, toallas…etc, y a través de moscas que han estado en contacto con el microorganismo. El tracoma es una de las causas evitable de ceguera más frecuente en el mundo. Esta afección se puede presentar en todo el mundo, pero se ve con mayor frecuencia en zonas rurales de países en desarrollo. La mayoría los casos de tracoma que provocan ceguera ocurren en regiones pobres de África, América del sur, y algunos países asiáticos. Afecta con frecuencia a niños, pero puede darse a cualquier edad y es más común en mujeres que en hombres. Si la enfermedad se mantiene durante un tiempo prolongado y después de años de infecciones repetidas, la parte interior del párpado puede verse afectada tan severamente. El párpado se vuelve hacia dentro del ojo y las pestañas rozan el globo ocular, dando lugar a cicatrices en la córnea (parte frontal del ojo). Si no se trata esta afectación da lugar a la formación de opacidades corneales irreversibles y ceguera.
Existen 4 estadios o tipos de tracoma que se basan en la evolución de la enfermedad, que son:
El tracoma es causado por la bacteria intracelular Chlamydia trachomatis, la cual puede producir afección ocular aguda y crónica. Existen distintos serotipos de esta bacteria, que producen el tracoma ocular que son los tipos A, B, Ba y C.
El tracoma se propaga por el contacto con la secreción de los ojos o de la nariz de una persona infectada. Las vías de transmisión pueden ser las manos, la ropa, las toallas y los insectos. En los países en desarrollo, algunos vectores como las moscas atraídas por los ojos infectados, se alimentan de esas secreciones, con lo cual también son un medio de transmisión.
También los recién nacidos pueden adquirir la infección al momento del parto si la madre presenta esta bacteria en su zona genital, ya que es una bacteria de transmisión sexual.
Los síntomas del tracoma incluyen: picazón e irritación leve de los ojos y de los párpados, enrojecimiento ocular, lagrimeo, secreción de los ojos que contiene mucosidad o pus, sensibilidad a la luz, hinchazón de los párpados, dolor de ojos, opacidad de la córnea, pestañas invertidas (triquiasis), úlceras y cicatrices, entre otros síntomas.
Las opciones de tratamiento del tracoma dependen de la etapa de la enfermedad. En las primeras etapas del tracoma, los antibióticos únicamente pueden ser suficiente para eliminar la infección. Se suele usar un tratamiento sistémico que se realiza con Tetraciclina y Eritromicina. Esta última es de mejor elección y el antibiótico más usado hoy en día para el tracoma, ya que tiene menos efectos secundarios y además se administra en una sola dosis. También se acompaña un tratamiento tópico de forma complementaria donde se usa Tetraciclina y Eritromicina ocular.
El tratamiento de las etapas posteriores del tracoma, incluso las deformidades dolorosas del párpado, puede exigir cirugía.
En la cirugía de rotación del párpado (rotación tarsal bilamelar), el médico hace una incisión en el párpado marcado y rota las pestañas hacia fuera de la córnea. El procedimiento limita el avance de la cicatrización corneal y puede ayudar a prevenir una posterior pérdida de la visión.
Si la córnea se nubló lo suficiente como para afectar de forma grave la visión, el trasplante de córnea puede ser una opción para mejorar la visión. Sin embargo, con frecuencia, este procedimiento no tiene buenos resultados con el tracoma.
Para el diagnóstico y tratamiento del tracoma es necesario realizar una exploración física o enviar una muestra de bacterias de los ojos a un laboratorio para analizarla.
El factor desencadenante principal del tracoma es el contacto directo o indirecto con la bacteria Chlamydia trachomatis.
Los factores que aumentan el riesgo de padecer tracoma incluyen: exposición a la bacteria de la Chlamydia trachomatis, pobreza extrema, es, principalmente, una enfermedad de las poblaciones extremadamente pobres de países en desarrollo. En cuanto a la edad, es más frecuente en niños pequeños, y en cuanto al sexo, las mujeres tienen mayor riesgo de contraer la infección que los hombres. La escasez de agua y condiciones de hacinamiento con mala higiene y moscas también son factores de riesgo, ya que las personas que viven en estrecho contacto corren mayor riesgo de propagar la infección.
Las complicaciones del tracoma incluyen:
Para prevenir un tracoma es necesario:
El tracoma pertenece a la especialidad de enfermedades infecciosas, que es la especialidad médica que se encarga del estudio, la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades producidas por agentes infecciosos, y la oftalmología, que es la especialidad que estudia el ojo y sus afecciones.
Es una bacteria o microorganismo intracelular obligado, que infecta, principalmente, la mucosa del cérvix, el recto, la garganta, la uretra y la conjuntiva, transmitidas por medio de secreciones infectadas. Es el patógeno de transmisión sexual más común y es la causa bacteriana más frecuente de dichas enfermedades y que afecta tanto a hombres como a mujeres.
El tracoma puede ocurrir en todo el mundo, pero es más frecuente en países en desarrollo como, en Medio Oriente, África del Norte, África Subsahariana y las regiones del sur de Asia y China.
No, la ceguera causada por el tracoma es irreversible.
Es una inflamación bilateral (en ambos ojos) de la conjuntiva, una conjuntivitis alérgica estacional, que se presenta más frecuentemente en niños y durante los meses más cálidos del año.