La tromboflebitis o trombosis venosa es la formación de trombos en una o varias venas de las piernas, obstruyendo la normal circulación de la sangre. La tromboflebitis se da entre 20 y 100 por cada 100.000 habitantes, y la incidencia va a aumentar con la edad de los pacientes y su progresiva inmovilidad. Es más frecuente en pacientes con cáncer en el primer año tras la quimioterapia, y también aumenta en las tres primeras semanas tras el parto. Es una enfermedad considerada leve. La urgencia más frecuente que produce es el tromboembolismo pulmonar.
Los tipos de tromboflebitis son:
La causa principal de la tromboflebitis es la formación de un coágulo, que se va a formar en una vena, ya sea profunda o superficial, y que puede producirse por una hipercoagulabilidad de la sangre o bien por enlentecimiento de la circulación venosa.
Los síntomas de la tromboflebitis son: enrojecimiento de la zona, aumento del tamaño de la zona afectada, dolor, calor y mayor sensibilidad de la vena.
En la exploración física del paciente se puede palpar la zona del trombo y el engrosamiento de la vena afectada, que presenta dolor a la palpación.
El tratamiento incluye fármacos antiinflamatorios y analgésicos en los casos de las tromboflebitis superficiales. En los casos de trombosis profundas se tratará con anticoagulantes que pueden ser tipo Heparina en un inicio y más tarde anticoagulantes orales.
El uso de medias de compresión venosa o de vendas, que comprimen las zonas venosas de modo decreciente, pueden mejorar el proceso.
Se realizará analítica de sangre para valorar la coagulación, se pueden realizar eco doppler para encontrar la zona del trombo y, en algunos casos más complejos, se va a usar la venografía, que permite ver el árbol venoso al completo de una determinada zona.
Son factores desencadenantes de la tromboflebitis los estados de hipercoagulabilidad, las situaciones de inmovilidad mantenida y el uso de catéteres.
Son factores de riesgo para la tromboflebitis: la inmovilidad mantenida como un largo viaje en avión, el uso de catéteres, las fracturas a nivel de miembros inferiores o a nivel de pelvis, los partos en las últimas tres semanas, las cirugías de abdomen o pelvis, la cirugía de rodilla o caderas, la obesidad, el embarazo, los tratamientos con cáncer, fumar y los anticonceptivos orales.
Las tromboflebitis superficiales se van a tratar por médicos de familia, ya que su tratamiento es sencillo. En el caso de trombosis venosas profunda y sus secuelas, se deben tratar por el cirujano vascular.
Cuando las venas se hinchan se produce un acumulo de sangre en las mismas y lo que ocurre es una dilatación de ellas, al dilatarse y dejar de funcionar de forma correcta las válvulas que hay en su interior, la sangre se queda acumulada y en este proceso el cúmulo sanguíneo puede evolucionar a formarse un trombo en la zona.
La flebitis infecciosa es el proceso en que se produce una inflamación de la vena por una causa infecciosa, lo más frecuente es que se dé cuando se ha tenido un catéter intravenoso situado en la zona. Este catéter se va a infectar, en general por bacterias que se encuentran en la piel y que suelen ser Estafilococos. Precisan retirar el catéter en primer lugar y someter al paciente a tratamiento antibiótico.
Un trombo es la presencia de coágulo a un determinado nivel, que puede ser arterial o venoso. En el caso de trombos en la mano puede ser causada por la tromboangeitis obliterante o enfermedad de Buerger, su causa es la inflamación y la formación de coágulos en pequeños vasos sanguíneos de manos y pies. En esta enfermedad se van a producir más coágulos en las arterias que en las venas. Se produce con mayor frecuencia en personas fumadoras muy importantes.
El tromboembolismo pulmonar es la presencia de un trombo o bien de un émbolo (trombo que se forma en una vena y desde esta se traslada a otro sitio), que se va a situar en una de las venas pulmonares impidiendo el correcto intercambio de gases en el pulmón.