La acetilcisteína es un fármaco usado como mucolítico, es decir, se encarga de hacer el moco menos viscoso y más fluido, activa el epitelio ciliado de las células del pulmón y, con ello, favorece el movimiento del moco hacia el exterior.
La acetilcisteína se usa en casos de procesos catarrales, en casos de bronquitis agudas y crónicasy puede usarse en neumonías.
Se usa también por actuar como antídoto en los casos de sobredosis de paracetamol, ya sea a nivel accidental o con intención de suicidio. En caso de usarse como antídoto, se debe usar mediante dosis intravenosa.
Se utiliza también por su acción mucolítica en niños que padecen fibrosis quística, para que el moco sea lo más fluido posible y ayudar a que el niño lo pueda expulsar, minimizando la posibilidad de infecciones pulmonares graves.
También es usado para prevenir la nefropatía producida por los contrastes iodados.
Los efectos secundarios de la acetilcisteína son raros, poco frecuentes, leves y desaparecen al suspender el fármaco:
Los fármacos mucolíticos no deben ser usados junto con fármacos antitusivos, ya que, al inhibir el reflejo de la tos, el moco fluidificado puede quedar dentro de los bronquios y dar lugar a una obstrucción bronquial.
Su uso junto con la nitroglicerina, da lugar a un efecto de la vasodilatación de esta última, lo que se puede traducir en más casos de cefaleas. La dosis a la que esto se puede producir es mucho más alta de la usada comúnmente, pero se debe tener en cuenta y evitar el uso de ambos fármacos a la vez, si es posible.
Sí, es cierto. Aquellos pacientes que sufren una sobredosificación de paracetamol, ya sea por error en la dosis, o por intento autolítico, pueden ser tratados con acetilcisteína por vía intravenosa como antídoto. En estos casos, las dosis son más altas, pudiendo llegar hasta 150 mg por kilogramo de peso por vía intravenosa, reduciéndose posteriormente la dosis según se mejoren las enzimas hepáticas.
La acción de la acetilcisteína en este caso es aumentar el glutatión, que es la vía por la cual el paracetamol, al actuar descendiendo, produce el daño hepático. El aumento de esta sustancia por la acetilcisteína hace que desaparezca la toxicidad. Se deben mantener monitorizadas tanto la cantidad de paracetamol en sangre, como las enzimas hepáticas.
La acetilcisteína se puede usar en niños.
En niños de entre 2 y 7 años se deben usar dosis de 100 mg cada 8 horas.
En niños mayores de 7 años se pueden usar dosis de adulto; 200 mg cada 8 horas o 600 mg en una única dosis.
Es poco frecuente su uso en niños en procesos banales como catarros o gripes, se usa sobre todo en los casos de fibrosis quística.
La acetilcisteína se debe usar en casos de tos con mucosidad abundante. Si la tos es seca, no es un buen fármaco a usar.
Los pacientes que tienen asma, no deben usar acetilcisteína, por el riesgo de este fármaco de producir un mayor broncoespasmo que puede agravar la situación del paciente.
La acetilcisteína tiene riesgo de broncoespasmo. Como esto es lo que ocurre en los procesos asmáticos, los pacientes con asma no deben tomar nunca acetilcisteína, ya que esta puede producir un ataque de asma aún mayor. Es una excepción a esto, situaciones con sobredosis de paracetamol, que ponen en peligro la vida del enfermo si no se usa como antídoto.
Los pacientes que tiene bronquitis pueden precisar de acetilcisteína para lograr que la expulsión de las flemas sea más fácil. Este fármaco fluidifica el moco y, además, aumenta el movimiento de los cilios de las células, lo que favorece su expulsión por parte del pulmón.