La angioplastia es el tratamiento de una enfermedad vascular. Sirve para abrir vasos sanguíneos obstruidos mediante técnicas mínimamente invasivas.
La angioplastia se realiza bajo anestesia local, en ocasiones con aplicación de una sedación suave para que el paciente esté más tranquilo. Se lleva a cabo en el área de hemodinámica del hospital donde se va a realizar, en una instancia parecida a un quirófano, con un equipo de rayos X.
Una vez situado el paciente en la camilla de exploración con la anestesia puesta, el médico realiza una punción en una arteria de la ingle o del brazo con una aguja delgada. A través de esa punción se introduce un tubo fino, llamado catéter, en la arteria. El médico, de forma progresiva y bajo la visión y el control de una imagen radiológica realizada en el momento, conduce el catéter a través de los vasos sanguíneos hasta llegar a la arteria enferma en la que se ha producido una obstrucción, y que puede estar localizada en el corazón, el riñón, que puede ser una arteria carotídea… etc. Se administra contraste radiológico o tinte especial, que facilita ver las imágenes obtenidas por los rayos X de la zona obstruida de la arteria a tratar. El catéter tiene en su extremo un pequeño balón de látex que al introducir el catéter está desinflado. Cuando se ha llegado a la zona que hay que tratar, se infla el balón con el fin de romper la placa que obstruye la luz de la arteria y así mejorar su calibre y el paso del flujo de sangre a través de ella. En ocasiones, además, se coloca un pequeño dispositivo o endoprótesis vascular llamado stent, que es una malla metálica fina con forma de pequeño tubo, que se pone dentro de la arteria para evitar que se vuelva a obstruir, manteniéndola abierta.
La angioplastia puede ser sencilla o muy compleja, y existen otros métodos que se utilizan a veces además de la dilatación con balón, como la aterectomía rotacional (destrucción de la placa de colesterol que obstruye el vaso sanguíneo con un tipo de taladro que la rompe en pequeños trozos), la aspiración de trombo… etc.
La angioplastia dura de una a tres horas habitualmente, aunque puede ser más prolongada en el tiempo, en función de la complejidad y la situación del paciente.
La angioplastia está indicada para aquellas ocasiones en las que existe un estrechamiento u obstrucción de un vaso sanguíneo. Puede producirse por la aparición de una placa de colesterol o placa de ateroma (quiste de grasa) en su pared, que va aumentando de tamaño hasta que ocluye de forma total o parcial la luz del vaso, o porque, además, en esa placa se produzcan pequeñas heridas que son taponadas con la producción de coágulos de sangre que contribuyen a ocluir la luz arterial. Es una técnica frecuentemente utilizada en las arterias del corazón, cuando el paciente sufre anginas de pecho o infartos debidos a la oclusión de una arteria coronaria por placas de ateroma. Estas placas de colesterol también pueden aparecer en otras zonas del árbol arterial como en las arterias carótidas, localizadas en el cuello, y que llevan la sangre al cerebro, o arterias periféricas, que llevan la sangre a los brazos o las piernas. La angioplastia es usada frecuentemente en los casos de obstrucción de las arterias renales o cuando existen obstrucciones en fístulas (conexión o canal anormal entre órganos, vasos o tubos) de diálisis renal.
El objetivo principal de la angioplastia es ensanchar una arteria obstruida para permitir el paso de la sangre a través de ella, y que pueda, así, aportar los nutrientes y el oxígeno necesario a los tejidos que irriga, reduciendo la probabilidad de que se produzca una muerte o infarto del tejido si esa obstrucción no se corrige y a los tejidos no llega la sangre suficiente o no llega nada de sangre. Esto es algo fundamental cuando se produce en el corazón, ya que puede llevar a la muerte del paciente por un infarto cardíaco.
La angioplastia no está exenta de riesgos, pero cuando se indica su realización siempre se considera que los resultados que se obtienen compensan esos posibles riesgos:
Tras la realización de la angioplastia, el paciente puede permanecer en el hospital, en observación, durante unas horas o hasta el día siguiente. Si todo ha ido bien y no han existido complicaciones se le dará el alta hospitalaria. En el informe de alta se le indicará al paciente los tratamientos farmacológicos que debe seguir después de la intervención.
Durante los días posteriores el paciente puede notar alguna molestia leve en la zona de la punción del catéter, pudiendo presentar un pequeño hematoma (moratón) que irá desapareciendo progresivamente a lo largo de la semana. Solo será necesaria la higiene diaria con agua y jabón, y la aplicación de un antiséptico como la povidona yodada. Si el paciente notara enrojecimiento, inflamación, dolor agudo en la zona de la punción o fiebre, debe acudir a su médico para ser evaluado.
Los resultados de la angioplastia dependen del tipo de lesión, pero superan el 90 % de éxito clínico en cuanto a la restauración de la circulación del flujo sanguíneo en el vaso afectado. Por lo que se mejora el pronóstico de la enfermedad que ha llevado a necesitar la realización de la angioplastia al paciente.
Después de la intervención, en el alta hospitalaria, se le indicarán al paciente las fechas de revisión en consultas para ver la evaluación y hacer un seguimiento de su situación.
Un stent es una pequeña malla fina en forma de tubo que se coloca en una de las arterias que llevan la sangre al tejido del corazón mediante la realización de una angioplastia. Se utiliza para poder desobstruir su luz y así permitir el paso de sangre por su interior. Se hace cuando existen placas de colesterol que producen esta obstrucción y desencadenan crisis de angina de pecho o infartos de miocardio. Algunos de los stent que se pueden utilizar llevan incorporado un fármaco que ayuda a evitar que esa obstrucción pueda volver a aparecer.
La angioplastia intraluminal coronaria es la técnica de revascularización de las arterias del corazón más frecuentemente utilizada, también llamada ACTP. Es útil para el tratamiento de eventos cardiovasculares que afectan al corazón, como infartos agudos de miocardio cuando se pueda realizar dentro de las primeras 3 horas desde el inicio de los síntomas, con el fin de desobstruir la arteria o arterias coronarias afectadas y conseguir así un menor daño en el músculo cardíaco.
En el sistema público de salud español, como cualquier otro tratamiento que se precise instaurar a un paciente, la seguridad social costea la instauración del stent y todos los procedimientos necesarios para su realización. En la sanidad privada depende del hospital o clínica. El precio puede variar según el tipo de stent y la característica del ingreso y procedimiento a realizar, pero en sí puede variar de 2.000 a 4.000 euros.
El cateterismo es un procedimiento de diagnóstico que utiliza la introducción de un catéter (un tubo flexible muy fino) en una arteria del brazo o de la pierna del paciente, y es dirigido hasta la región del árbol arterial que debe ser estudiada (corazón, riñón… etc.) pudiendo combinar distintas técnicas según el problema específico que se desea valorar. As, se puede estudiar con su realización el estado de las arterias del corazón, sus válvulas, el funcionamiento del músculo cardíaco o la existencia de malformaciones estructurales del corazón. También sirve para medir la presión existente dentro de las cavidades cardíacas (aurículas y ventrículos), y de los grandes vasos sanguíneos como la arteria aorta, así como para conseguir pequeños fragmentos de tejido cardíaco (biopsia) para su análisis anatomopatológico. Además de las arterias cardíacas, es utilizado para el estudio de arterias del riñón o de los brazos y piernas.