Actualizado el 10/01/2022
Una de cada cuatro personas adultas va a experimentar un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida. Por suerte, existen tratamientos eficaces que pueden ser de gran ayuda en la mayoría de los casos.
El tratamiento más eficaz contra la ansiedad es aquel que combina la psicoterapia y los psicofármacos.
El tratamiento de la ansiedad suele componerse de psicoterapia y tratamiento farmacológico que se pueden usar por separado o de manera conjunta. El objetivo es disminuir la sintomatología que presenta el paciente y la interferencia que este trastorno produce en su rutina diaria y su calidad de vida.
El objetivo es que el paciente pueda modificar conductas y aprender a manejar las circunstancias que le predisponen a la aparición de los síntomas de la ansiedad. La técnica psicoterapéutica de elección es la terapia cognitivo-conductual, basada en la interrelación existente entre los pensamientos, los sentimientos y las acciones.
En primer lugar, se suelen utilizar medicamentos antidepresivos destinados a prevenir los episodios de ansiedad, regulando el estado anímico del paciente. Para ello se utilizan inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina o noradrenalina. Se suelen usar en dosis superiores a las requeridas para tratar la depresión.
Por otro lado, se utilizan tratamientos farmacológicos destinados a controlar los episodios o crisis de ansiedad. Habitualmente incluyen medicamentos del grupo de las benzodiazepinas, capaces de controlar los síntomas con rapidez, aunque no deberían administrarse de forma prolongada debido a sus efectos adversos.
Los distintos tratamientos para la ansiedad dependen del tipo de trastorno específico que pueda tener el paciente (trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de estrés postraumático, etc.), así como la intensidad de los síntomas y la afectación con la que la ansiedad interfiere en la vida del paciente.
El riesgo del tratamiento para la ansiedad se basa fundamentalmente en los posibles efectos adversos que presentan los fármacos que se utilicen en cada caso.
Las benzodiazepinas no solo producen dependencia, sino que además cuando se toman durante largos periodos de tiempo causan tolerancia, es decir, que se necesitan cada vez más dosis del medicamento para conseguir el mismo efecto terapéutico.
Por todo ello, las benzodiazepinas se prescriben durante cortos periodos de tiempo y a la mínima dosis posible.
La psicoterapia y la farmacoterapia han demostrado mejores resultados cuando se utilizan de manera conjunta que por separado.
El efecto del tratamiento farmacológico antidepresivo requiere de un intervalo de 4 a 8 semanas para que empiecen a notarse los cambios en el estado anímico del paciente. Los fármacos ansiolíticos (benzodiazepinas) tienen un efecto más rápido y se utilizan habitualmente al inicio del tratamiento y en los episodios de crisis.
Los efectos de los fármacos y la psicoterapia se evalúan de forma periódica en las consultas de revisión. El tratamiento psicoterapéutico presenta habitualmente unos efectos más a largo plazo, ya que el paciente aprende una manera diferente de afrontar las circunstancias que pueden desencadenar el episodio de ansiedad. El tratamiento farmacológico puede ser modificado, ajustando la dosis, modificando o combinando fármacos, etc., en función de la situación y evolución del paciente.
Las causas por las que se desarrolla el trastorno de ansiedad no están claramente definidas. La ansiedad y el estrés pueden considerarse reacciones normales como método de adaptación del individuo a una circunstancia exigente. Sólo cuando ese estado supone una merma en sus actividades cotidianas y su calidad de vida, se puede considerar como patológico.
Sí, dentro de la valoración médica y psicológica de los pacientes con ansiedad se pueden utilizar diversas escalas de valoración de la ansiedad: Escala de Ansiedad de Goldberg, Escala de Hamilton para la Ansiedad, Clinical Anxiety Scale, Physician Questionnaire, Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad, etc.
Los síntomas que produce la ansiedad se pueden dividir en dos niveles de afectación, físico y psicológico.
En el plano físico, algunos de los síntomas de la ansiedad incluyen:
Si el estado de agitación por la ansiedad es muy elevado, también se pueden producir alteraciones del sueño, la alimentación y de la respuesta sexual, entre otros.
En el plano psicológico, se puede producir, entre otros síntomas:
Bibliografía