La cavitación es una técnica no quirúrgica no invasiva, que utiliza ultrasonidos de baja frecuencia, los cuales generan una reacción controlada y repetida de microburbujas de vacío, seguidas de su propia implosión. Se utiliza para eliminar la grasa localizada, rompiendo y disolviendo la estructura de las células adiposas. El organismo elimina posteriormente la grasa a través de la orina o el sistema linfático.
La cavitación consiste en la aplicación de ultrasonidos de baja frecuencia con una intensidad suficiente (menos de 100KHz) mediante un aparato específico. Por medio de un efecto térmico y mecánico, se rompen las células grasas o adipocitos en la región a tratar. Y es que, los ultrasonidos provocan en el líquido intersticial del tejido adiposo (líquido que hay entre las células, en este caso grasas), cambios rápidos de presión con la formación de microburbujas, lo que lleva a la ruptura de las membranas de las células grasas y con ello a su destrucción, fragmentando su contenido, lo que favorece su metabolización y eliminación natural del organismo.
Normalmente se necesita una docena de sesiones de unos 40 minutos (con un intervalo de tres días entre cada una de ellas), para obtener resultados apreciables en las zonas a tratar donde se concentren las células grasas. Después de cada sesión, se suelen emplear técnicas de drenaje como masajes o presoterapia, para ayudar a la eliminación de los fragmentos de grasa y toxinas resultantes tras el tratamiento por medio del sistema linfático, y así evitar que se reabsorban de nuevo. Esta eliminación se ve favorecida además si se aumenta la hidratación del organismo, bebiendo hasta 1.5 litros de agua para aumentar el filtrado renal. También es recomendable seguir una dieta baja en calorías en los días anteriores a aplicar el tratamiento.
La cavitación está indicada para aquellos pacientes que tienen acúmulos de grasa localizada o celulitis, preferentemente mayores de 20 años y que no padezcan alguna enfermedad que contraindique su uso.
Su beneficio principal es la eliminación de grasa localizada, por lo que en aquellos pacientes en los que, a pesar de realizar dietas y ejercicio y bajar su peso, no consiguen eliminar la grasa de determinadas zonas como el abdomen o la región superior de los muslos (las “cartucheras”). Esos acúmulos grasos, pueden beneficiarse de este tratamiento y conseguir los objetivos deseados.
Esta técnica se utiliza también para eliminar la “piel de naranja” devolviendo el aspecto normal a la piel de las zonas tratadas, al tiempo que mejora la circulación, se eliminan toxinas y aumenta el tono y la elasticidad de los tejidos.
La cavitación estética tiene el beneficio adicional de estirar la piel durante el proceso, volviéndose mucho más elástica, lo que puede ser una alternativa a tratamientos reafirmantes que están destinados a eliminar el exceso de piel floja.
Antes de la realización de la terapia se aconseja lo siguiente:
Pueden aparecer efectos secundarios leves al terminar las sesiones, como enrojecimiento de la zona tratada, sed excesiva, aumento del diámetro del área tratada (por la disolución de la grasa), náuseas o dolor en rodillas y tobillos (si el profesional accidentalmente trató sobre el nervio ciático). Todos estos efectos suelen desaparecer en las siguientes horas y/o días tras el tratamiento.
Tras la terapia hay una disminución del perímetro y volumen de las zonas tratadas donde se acumula la grasa en el organismo. Se han descrito descensos de hasta 4 kilos de masa grasa, 3 kilos en región abdominal y 400 gramos en extremidades inferiores.
Los resultados a largo plazo pueden variar debido a cambios en el organismo como consecuencia, dependerán de la pérdida o el aumento de peso, la edad de los pacientes, la aparición de embarazo posterior u otras circunstancias no relacionadas con la cavitación.
Hay muchas personas que deciden aplicar el tratamiento en casa. Para ello, antes de hacerlo, debemos asegurarnos de que no padecemos ninguna enfermedad que contraindique su uso.
Existen varios tipos de máquinas que pueden usarse en el domicilio. Elegir la máquina de cavitación más adecuada es una tarea que debemos tener muy en cuenta, y no siempre la mejor es la máquina más cara. Lo mejor es conocer cuáles son las que tienen una mejor relación calidad precio.
Se deben utilizar las medidas de protección y seguridad adecuadas si se desea usar este tipo de maquinaria en casa. No se debe utilizar el tratamiento por un tiempo muy prolongado y además siempre se debe realizar con unas gafas de protección.
La presoterapia (conocida técnicamente como drenaje linfático mecánico), es un sistema de compresión controlada que funciona con bombas neumáticas. Puede ser una buena aliada para conseguir la reducción de volumen y celulitis. Está diseñada para aumentar la circulación y el flujo linfático, así como para mejorar el aclaramiento del líquido extracelular y el flujo de oxígeno a través del cuerpo y reducir los edemas.
La técnica de cavitación puede usarse cuando se quiere tratar el acúmulo específico de materia grasa en determinadas zonas del organismo cuando no se consigue mediante la dieta y el ejercicio. Se usa como tratamiento estético para disminuir la “piel de naranja” o celulitis, y además aumentar la elasticidad de los tejidos con la eliminación de toxinas.
La cavitación en el abdomen se realiza aplicando ultrasonidos de baja frecuencia en las zonas abdominales donde se haya producido un acúmulo de materia grasa. Con ello, se produce la destrucción y licuación de esa grasa, que es reabsorbida por el organismo a través del sistema linfático, reduciendo el volumen abdominal.
La cavitación se utiliza en los miembros inferiores con la aplicación de ultrasonidos de baja frecuencia para reducir las famosas “cartucheras”, acúmulos grasos o celulitis que aumentan el volumen de la región superior del muslo. Sirven para tratar la “piel de naranja”, obteniendo la reducción de la materia grasa (adipocitos) concentrada habitualmente en la parte superior de muslos y glúteos.