La craneotomía es una cirugía mayor que se realiza para abrir el cráneo, en ella se hace un colgajo óseo (se retira un trozo de hueso) para acceder al cerebro.
La craneotomía precisa en primer lugar rasurar el pelo del paciente. Se anestesia al paciente para practicar cortes en el cráneo y extraer un trozo del hueso craneal. La extracción se hace en la zona desde la cual se quiere acceder al cerebro. Al tiempo se realiza otro pequeño agujero por el cual se mete un endoscopio (tubo flexible con cámara en la punta) que permite visualizar en una pantalla la zona a operar. A través del endoscopio se mete el instrumental quirúrgico necesario para realizar la cirugía. Se finaliza colocando el trozo de hueso en su sitio con material de osteosíntesis salvo el caso de que haya edema cerebral en cuyo caso se deja sin poner para evitar daño sobre el cerebro.
La craneotomía está indicada en procesos como las edema (aumento del líquido), hemorragias, abscesos por infección y tumores cerebrales, para realizar cirugía de un aneurisma (dilatación arterial), en caso de daño en la duramadre (tejido que cubre el cerebro), en caso de fracturas craneales o epilepsia.
La craneotomía se realiza porque permite acceder al cerebro y poder reparar las lesiones que en él se encuentran para aliviar la presión intracraneal, retirar sangre o productos infecciosos que dañan el tejido cerebral y para extirpar tumores.
Los riesgos de la craneotomía son reacciones alérgicas a la anestesia, hemorragias e infecciones. Se puede producir convulsiones y entrar en coma. En ocasiones se produce inflamación cerebral, debilidad de los músculos, dificultad en la visión, la audición o para hablar.
La preparación para una craneotomía conlleva:
La recuperación de una craneotomía puede ser compleja. Por ello se ha de permanecer en una unidad de vigilancia intensiva durante al menos 24 horas. Se le harán preguntas frecuente para comprobar el buen funcionamiento cerebral. El paciente puede tener dolor que se aliviará con analgésicos. La cabecera de la cama del paciente estará elevada para tratar de evitar la inflamación en la cara y el cerebro. Se suele permanecer en el hospital como mínimo siete días. Las secuelas neurológicas como debilidad, alteración de la visión, dificultades para el habla pueden permanecer largo tiempo y el paciente puede necesitar rehabilitación hasta un año después de la cirugía.
Los resultados de la cirugía pueden ser variables, dependiendo en gran medida de la enfermedad por la cual se realizó. Así, en casos de hemorragias tras evacuar el hematoma, el paciente suele encontrarse bastante recuperado en un mes. Lo mismo ocurre con los aneurismas. Por contra los tumores pueden necesitar de tratamiento con quimioterapia y sí son muy extensos pueden dejar secuelas neurológicas al retirarlos.
La craneotomía frontal, es la que se realiza por encima de la órbita hasta la frente, y por detrás puede llegar hasta por encima de la oreja. Esta cirugía permite una abertura para llegar a los tumores ya sean primarios o metástasis de la zona del lóbulo frontal cerebral.
La craneoplastia es la cirugía que se realiza tras tres o seis meses de una craneotomía, en la cual no se pudo reparar el cráneo.
Esta cirugía suele realizarse en casos de traumatismos craneales que necesitan una descompresión cerebral urgente.
El objetivo es proteger al cerebro, evitar posibles convulsiones y reparar la estética craneal.
Las secuelas de la craneotomía tienen más que ver con el daño que pueda haber sufrido el cerebro que con la craneotomía. En casos de hemorragias o abscesos que se evacuan no tiene porque quedar ninguna secuela. En los casos de tumores puede quedar afectada desde el estado de ánimo del paciente a secuelas físicas como alteración de la audición o visión, dificultad para hablar o debilidad muscular.
La recuperación de una craneotomía será al menos de dos meses, tras una cirugía por hemorragia cerebral. En casos en que haya afectación neurológica, esta puede tardar hasta un año en superarse totalmente.
La craniectomía descompresiva, es la cirugía que se realiza en el cráneo para tratar la compresión del cerebro. Se realiza en casos de accidentes con edema cerebral o accidentes cerebrovasculares masivos, ya que al presionar el cerebro contra el cráneo este puede resultar dañado.