Los hipopresivos son una serie de ejercicios que intentan conseguir una mejora postural y una mayor tonificación tratando de encontrar la postura correcta con la menor presión para el resto del cuerpo.
En este tipo de ejercicios es muy importante el control respiratorio que es similar al del yoga.
El entrenamiento une la tensión muscular en el abdomen profundo junto con el control respiratorio.
Es un buen ejercicio para después del parto ya que ayuda a tonificar los músculos abdominales profundos.
Lo recomendable es hacer sesiones de unos 30 minutos que se realizará tras otros ejercicios, estos sirven para tonificar, pero nunca para adelgazar.
Son ejercicios que están indicados en los casos de flacidez abdominal al fortalecer no solo el recto anterior, sino los oblicuos y los transversos.
En el periodo de rehabilitación postparto, la tonificación de la zona abdominal y el suelo pélvico será muy importante para un correcto mantenimiento de estas zonas tras el parto evitando las pérdidas de orina que se producen por relajación del suelo pélvico.
Este tipo de ejercicios puede tener beneficios en las relaciones sexuales teniendo mayor satisfacción en las mismas. Los resultados son más rápidos en mujeres, pero si el hombre los realiza de forma continua también tendrá buenos resultados.
En las personas con entrenamiento deportivo también se conseguirán buenos resultados ya que al tonificar el diafragma se permite un mayor desarrollo de la zona torácica y mejores resultados cardiovasculares.
En los ejercicios hipopresivos, como su nombre indica, se trata de conseguir una hipopresión en la zona abdominal.
Son diferentes ejercicios que intentan producir una contracción del músculo del diafragma durante la espiración, esto produce una presión negativa sobre la zona del abdomen dando lugar a una contracción refleja de la musculatura del suelo pélvico. El suelo pélvico es el grupo muscular que se encuentra en la parte baja del abdomen, podemos decir que en el cierre del abdomen en su parte inferior.
Con estos ejercicios se consigue una mayor tonificación de músculos abdominales y pélvicos. Éstos reducen las incontinencias urinarias, lo prolapsos uterinos, las lumbalgias, las rectificaciones posturales y la flacidez abdominal.
No están indicadas en personas con hipertensión arterial porque las apneas se pueden traducir en aumento de la presión arterial y esto podría dar un problema a la persona que la padecen.
Está contraindicada para las mujeres embarazadas por la presión que se ejerce sobre el útero, pero si puede ser un buen entrenamiento previo al embarazo y por supuesto tras el parto para recuperar la forma física.
La preparación para estos ejercicios se basa sobre todo en el control diafragmático que dentro de la técnica será lo más difícil de aprender. Se trata de la base de la técnica y por ello es necesario en un principio acudir a un profesional que nos enseñe de modo correcto la técnica. Es esta contracción del diafragma lo que nos permitía contraer el suelo pélvico y por tanto lo que nos dará la mejora en esta técnica.
Los resultados son buenos. En algunos casos se han descrito mejoría incluso tras una mínima sesión de 20 min, con reducción de la cintura y aumento de la capacidad pulmonar, mejora la flexibilidad y mantiene mejor la postura.
Cuanto más a largo plazo se mantengan, mayores serán los beneficios a nivel torácico abdominal así como un mayor control de las incontinencias urinarias y mejoras en la satisfacción en las relaciones sexuales.
La hipotensión postural o hipotensión ortostática es la bajada de presión arterial que se produce en una persona al cambiar de postura, normalmente al ponerse de pie.
Se considera cuando hay una bajada de 20 milímetros de mercurio en tensión sistólica, vulgarmente conocida como el alta, y de 10 milímetros de mercurio en la tensión diastólica, conocida vulgarmente como la baja.
La gimnasia abdominal hipopresiva trata de producir una contracción del diafragma en apnea dando lugar a una succión de los órganos abdominales y de forma consecuente producir una contracción del suelo pélvico, lo cual se traduce en un fortalecimiento del suelo pélvico asociado a una disminución del diámetro de cintura.
Además, mejorará la zona lumbar consiguiendo menos dolor en esta zona, una mayor flexibilidad y mayor control de la situación postural de todo el cuerpo.
Los mareos ortostáticos son los mareos que se producen cuando ante el cambio de postura normalmente al ponerse de pie, ya sea desde una postura de sentado o tumbado, durante unos breves segundos se produce una bajada de tensión de 20 milímetros de la sistólica y unos 10 milímetros de la diastólica. Lo que produce una sensación de vahído que suele duran unos breves segundos. Es recomendable durante este tiempo mantenerse quieto para evitar caerse.
En primer lugar, deberemos crear una presión negativa en el abdomen por ello se inicia echando todo el aire posible y contrayendo el diafragma y los serratos.
Hay tres posturas que se pueden realizar de forma sencilla en casa. Son las posturas de Hestia,esta postura se realiza en el suelo sentado con los pies cruzado, como un indio, se trata de estirarse como si fuéramos hacia el techo, se mantiene la mirada al frente y apoyamos las palmas que se realizará sentada en 90 grados, ponemos las manos por encima de nuestras rodillas procedemos a respirar tres o cuatro veces y por fin realizamos una expulsión del aire y nos quedamos sin respirar a la vez que abrimos las costillas.
La postura Demeter: pondremos los pies paralelos separados, desde esta posición inhalamos y escalaremos aire y en apnea, posteriormente haremos el mismo movimiento en apnea aproximadamente un palmo, colocaremos los dedos gordos de la crestas iliacas y trataremos de llevar los codos hacia delante luego echaremos el cuerpo hacia delante y procederemos a coger aire y echarlo, posteriormente abrimos los brazos hacia fuera y al echar el aire doblaremos los brazos hacia adelante , una vez se ha respirado así tres veces tras exhalar el aire realizaremos el ejercicio en apnea.
La postura de Venus, procederemos a estirar la espalda, extender los brazos y flexionar ligeramente las rodillas procederemos a respirar tres veces con normalidad y tras ello realizaremos un apnea de unos diez segundos.