La microcirugía en huesos es una operación que se realiza mediante un microscopio quirúrgico de gran aumento, que permite trasplantar segmentos de tejidos vascularizados en el hueso, al que también acompañan músculos, piel y extremidades como dedos y articulaciones.
Consisten en la reconstrucción de numerosos defectos y malformaciones de diferentes partes del cuerpo como la cabeza y cuello, así como de extremidades superiores e inferiores. También trata los reimplantes con colgajos provocados por accidentes o traumatismos, lesiones que afectan el sistema nervioso o trasplantes de extremidades, con la capacidad de minimizar las secuelas de la zona donante.
Su función principal es la reconstrucción, reparación de vasos sanguíneos, nervios y otras estructuras de pequeño tamaño.
Con este procedimiento se realiza una reconstrucción microquirúrgica, se administra anestesia general y se utiliza un microscopio quirúrgico de gran aumento, instrumentos y suturas especiales.
Primero se desbrida (quitar, retirar) todo el tejido cicatricial que está dañado y luego se toma de otra parte del cuerpo una porción de fragmento óseo vascularizado, como por ejemplo del fémur o del hueso peroné, o cualquier otra parte del cuerpo que el cirujano decida, y se coloca en la zona donde está la lesión o traumatismo.
Se realiza una reconstrucción de los tejidos blandos y la piel mediante el uso de injertos o colgajos pediculados osteo musculocutáneos (porciones de piel, con músculo y grasa de otra parte del cuerpo). Si los colgajos son de gran tamaño necesitan irrigación y vascularización para sobrevivir, por eso deben ser trasplantados con sus vasos sanguíneos (arterias y venas) que se conectan con otros vasos sanguíneos para recobrar la vascularización y formar la anastomosis (conexión de vasos sanguíneos entre sí).
La preparación de una microcirugía en huesos va a depender del tipo de intervención que se va a realizar, el especialista solicitará una preparación u otra. En general es necesario realizar un examen físico completo, analíticas de sangre, y se debe hacer una tomografía computarizada para poder estudiar la profundidad y tipología de la lesión.
El paciente debe estar en ayunas 8 horas antes de la intervención, así como evitar medicamentos anticoagulantes como la aspirina.
También debe evitar el consumo de alcohol y fumar, ya que estos hábitos alteran el proceso de cicatrización en la lesión.
La recuperación dependerá del tipo de lesión, donde se realiza la cirugía y del paciente. Es un proceso lento y largo, ya que se busca que esas uniones o anastomosis (unión de unos elementos anatómicos con otros de la misma planta, animal o estructura mineral) permanezcan constantes y no se obstruya.
El paciente debe guardar reposo, ingresado en el hospital de 5 a 7 días para observación, y si hubiese un rechazo o signo de que se ha obstruido esas uniones, tratar de repararla lo más pronto posible volviendo a intervenir quirúrgicamente si es necesario. Una vez dado el alta debe de estar en reposo relativo 1 semana o más y con alguna persona que le pueda ayudar en sus necesidades diarias. El médico va a decidir cuándo empezará a realizar sus actividades diarias, como ir al trabajo o realizar ejercicios, ya que va a depender de la evolución de la lesión.
Estos tienen un porcentaje muy alto de éxito.
Se busca que la extremidad recupere su función y la capacidad de carga. Un hueso trasplantado no solo se adapta a su función, sino también a su anatomía. Son procesos muy lentos, pero con resultados muy satisfactorios para el paciente.
La microcirugía es una técnica que se realiza con un microscópico aumentado o lupas y gafas y con instrumentos microquirúrgicos, y su utilidad principal es la reparación de vasos sanguíneos, nervios u otras estructuras de pequeño tamaño. La cirugía normal se utiliza en términos más generales y comunes y consiste en una manipulación mecánica de estructuras anatómicas mediante instrumental quirúrgico normal, con la finalidad de realizar un tratamiento o un diagnóstico.
Sí, esta técnica permite reconstruir un hueso de calidad y con adecuada resistencia mecánica ósea (principios mecánicos que rigen el comportamiento de los huesos).
En principio sí, pero a medida que los tejidos se reparan y se renuevan y comienza el proceso de cicatrización y aceptación del procedimiento realizado, el dolor se extingue progresivamente hasta desaparecer.
Sí, es conveniente guardar todo el reposo que sea necesario y que el médico indique lo más conveniente para evitar complicaciones y obtener los resultados deseados.
Sí, en relación con transferencias óseas o lesiones, craneal, miembros superior e inferior y lesiones traumatológicas.