Las pruebas genéticas son un examen médico que analiza el ADN (ácido desoxirribonucleico) de una persona, para detectar una enfermedad genética y determinar si es portador de los genes de algunos trastornos hereditarios. También sirve para saber la ascendencia de una persona.
Las pruebas genéticas suelen utilizarse para diagnosticar el tipo de enfermedad que tiene una persona. Del mismo modo, determinan si una persona es portadora de una enfermedad o si hay alguna de las mismas presente en su familia.
Entre los tipos de pruebas genéticas están:
Es una prueba totalmente sencilla y no requiere de preparación previa. No es necesario tomar ningún medicamento previo y no hace falta ir en ayunas. Si la muestra a recoger es saliva, es mejor no comer nada unas cuatro horas antes de la prueba, así se evita que esté contaminada con restos de alimentos. También se recomienda no acudir a la cita con los dientes lavados, para no alterar el test.
Una prueba genética se realiza de forma muy sencilla, se analiza una muestra de sangre, de piel, de cabello o de otro tejido de una persona a fin de estudiar su ADN, sus cromosomas o proteínas y detectar si existe alguna modificación o mutación asociada a alguna enfermedad genética.
Estas se hacen en una muestra pequeña de fluido o tejido del cuerpo, ordinariamente sangre, pero algunas veces saliva, células del interior de la mejilla, células de piel o fluido amniótico (el fluido que rodea al feto en formación).
La muestra se envía luego a un laboratorio que se especializa en pruebas genéticas. El laboratorio envía los resultados de las pruebas al médico o al asesor genético que las solicitó.
En las pruebas genéticas no se conocen complicaciones relevantes. Son unas pruebas completamente seguras que no producen riesgos para las personas que se someten a las mismas.
Los resultados de la prueba genética pueden tardar varias semanas en obtenerse desde que se recoja la muestra para estudiarla. Estos test tienen poca variabilidad.
Un test positivo puede ser determinante en el caso de enfermedades puramente genéticas, pero en otros casos solo indica una probabilidad de desarrollar o no una enfermedad en el futuro.
Por el contrario, un resultado negativo normalmente indicaría que no se ha encontrado la alteración en el gen, del cromosoma o la proteína estudiados. Es decir, indicaría que una persona no está afectada por una determinada enfermedad, que no es portadora de una mutación genética concreta, o que no corre un riesgo superior al normal de presentar dicha enfermedad. También pueden darse resultados ambiguos o inconcluyentes.
El coste de una prueba genética puede oscilar entre los 150 y los 1.000 euros, la diferencia va a depender del laboratorio de genética y también de la naturaleza y la complejidad de la prueba.
Las pruebas de ADN determinan la paternidad, comparando la secuencia de ADN del padre, del niño/niña y de la madre. Esta prueba tiene diferentes variantes con distintas finalidades, y una de ellas sería la pruebas de paternidad.
Sí, se puede remontar mucho en la genealogía de una persona con las pruebas de ADN, se estima que se puede remontar hasta 8 generaciones atrás.
Las pruebas de ADN no son dolorosas, son muy sencillas de realizar, y no requieren hospitalización, ni reposo una vez realizadas.