La quimioterapia es un tratamiento farmacológico que puede ser utilizado en la mayoría de los cánceres que afectan al organismo. Su efecto se produce sobre las células tumorales produciendo su muerte, reduciendo el tamaño del tumor, o parando su crecimiento. Consigue en muchos casos la curación del paciente. Tiene también un efecto no buscado sobre las células sanas del organismo, lo que puede producir efectos secundarios.
El tipo de fármaco quimioterápico utilizado, las dosis, y el tiempo de tratamiento viene determinado por el estado del paciente, la evolución de la enfermedad, y el tipo de tumor. En ocasiones se utilizan combinaciones de fármacos. Por lo general, la dosis de quimioterapia que ha de administrarse se basa en la superficie corporal, que se determina con la talla y el peso corporal.
La administración de la quimioterapia se planifica por ciclos, es decir, tandas de administración del tratamiento. Según el esquema de tratamiento pautado por el oncólogo, la administración puede repetirse cada semana o cada 15 días, etc. Varios ciclos de quimioterapia conforman un tratamiento de quimioterapia, que por lo general dura al menos tres meses.
El lugar donde se administra el tratamiento habitualmente es el hospital de referencia del paciente, en la sección llamada Hospital de día, en salas habilitadas para tal fin. Sólo en determinadas circunstancias, en las que el paciente se encuentra más debilitado, es preciso su ingreso hospitalario.
La administración de la medicación se realiza por personal de enfermería cualificado.
Las vías de administración de la quimioterapia varían dependiendo del fármaco utilizado y el tumor a tratar:
La indicación del tratamiento quimioterápico depende del tipo de tumor que padece el paciente, su estado y extensión. El fin de la quimoterapia comprende su uso como tratamiento único del tumor con carácter curativo. También se puede utilizar antes de la cirugía o la radioterapia para reducir el tamaño del tumor, o lo que se llama quimioterapia neoadyuvante. Se puede utilizar después de la realización de una cirugía de extracción del tumor o de la radioterapia para asegurar una eliminación completa de las células tumorales, es lo que se llama quimioterapia adyuvante. También puede utilizarse como tratamiento paliativo para reducir el tamaño del tumor y los síntomas que puede producir, aumentando la calidad de vida del paciente.
La quimioterapia se realiza con el fin curativo de la enfermedad tumoral, ayudando a la destrucción del tumor, o de forma paliativa para control de los síntomas producidos por el tumor. Es uno de los tratamientos contra el cáncer más utilizados.
Dentro de los riesgos de la aplicación del tratamiento con quimioterapia se comprenden:
El paciente debe informar al médico de las posibles alergias a fármacos que pueda padecer, así como de las enfermedades y los tratamiento habituales que realice.
Antes de la aplicación de cada ciclo de quimioterapia, el médico evalúa el estado del paciente y determina los efectos colaterales del tratamiento previo, realizando siempre una analítica de sangre para evaluar la situación de las células sanguíneas.
Usualmente, tras los primeros ciclos de tratamiento, el paciente no suele notar muchos efectos secundarios. Según avanzan los ciclos y según la situación clínica del paciente estos efectos pueden hacer presencia en la vida habitual. Es usual que los paciente sientan cansancio en los primeros días de la administración del tratamiento, recuperándose progresivamente en las semanas sucesivas antes de los siguientes ciclos.
Es importante que la dieta y actividad física se adapten a las posibilidades del paciente, realizando comidas variadas y apetecibles, ya que es habitual la pérdida de apetito.
Hay que cuidar la higiene y evitar situaciones que puedan propiciar el padecimiento de determinadas infecciones como catarros, etc, que puedan empeorar la situación clínica del paciente y retrasar el tratamiento de los ciclos posteriores de quimioterapia.
Si el paciente presenta mal estado general y fiebre alta debe acudir siempre a urgencias hospitalarias.
Con la aplicación de la quimioterapia, habitualmente se produce la reducción del cáncer y la disminución de los síntomas que éste produce. El éxito total es la eliminación de la enfermedad por completo.
Después de la administración de cierto número de ciclos, el oncólogo indicará la conveniencia de realización de pruebas de imágen y análisis de sangre para evaluar su efecto y la posible reducción de la enfermedad. Estos resultados se explicarán al paciente en las consultas de revisión de oncología. El oncólogo, al igual que el médico de familia, harán un seguimiento del paciente y de los posibles efectos adversos que puedan aparecer con la aplicación del tratamiento.
La duración habitual de la administración de quimioterapia intravenosa puede rondar de 2 a 6 horas, aunque dependerá del tipo de tratamiento pautado y la situación del paciente.
Los ciclos de quimioterapia vienen determinados por el tipo de fármaco administrado, la situación, y tipo de cáncer del paciente. Cada ciclo comprende el día de administración de la medicación y el periodo de recuperación tras su administración, hasta el siguiente día que toque volver a administrarlo.
La quimioterapia tiene efectos secundarios debidos en gran medida a su posible acción en células sanas del organismo. Estos efectos secundarios pueden ser: disminución de las células sanguíneas con aparición de anemia, disminución de las defensas, aparición de molestias gastrointestinales como náuseas o vómitos, diarrea, alteración de la mucosa oral, cansancio o debilidad, fatiga, pérdida de pelo, alteración de la piel y las uñas, etc.
Es el tratamiento quimioterápico administrado por vía oral, utilizado sólo con determinados fármacos, y en tipos de tumores y situaciones clínicas. Habitualmente puede producir síntomas secundarios como náuseas o vómitos.
En sí la administración de la quimioterapia no es dolorosa, puede serlo la punción venosa para la colocación de la vía de administración y los posibles efectos secundarios que de su acción se deriven. En la zona de administración puede aparecer enrojecimiento, hinchazón o dolor como posibles complicaciones.