El quiromasaje es una técnica de terapia alternativa basada en la aplicación de masajes de manera manual, ejercidos sobre la piel, los músculos y el tejido adiposo, pudiendo aportar beneficios con la manipulación de un profesional cualificado en la materia, para relajar la musculatura y estimular su vascularización, siempre que sean aplicados sobre lesiones que no contraindiquen la aplicación de masajes. Es una técnica menos agresiva que otras terapias realizadas con las manos, consiguiendo una disminución del dolor del paciente de forma más relajante, agradable y sedante.
El quiromasaje integra técnicas de varios tipos de masajes manuales, según la zona a tratar y el objetivo a conseguir, aunque está muy frecuentemente orientado a las afecciones musculares, de relajación, favorecer la recuperación deportiva, etc.
Se pueden aplicar mediante la presión y fricción de las manos sobre los tejidos blandos corporales, un compendio de diferentes tipos de masajes clásicos u otras técnicas más innovadoras: masaje sueco, masaje turco, masaje oriental como maniobras de masaje japonés, masaje Tui Na, masaje tailandés, el Shiatsu, digitopuntura, masaje sensitivo, técnicas miofasciales, masajes americanos como el masaje swedish… etc.
En una consulta de quiromasaje, el paciente se sitúa en una camilla, en un ambiente tranquilo y relajado. El quiromasajista inicialmente realiza una aproximación en la palpación de la zona afectada, haciendo una evaluación de los tejidos para detectar la presencia de tensiones y el tono muscular con sus manos y así poder plantear qué tipo de masaje es más adecuado para favorecer el alivio del paciente.
Posteriormente se realiza el masaje o técnica elegidos, primero sobre el punto más afectado y de forma progresiva extendiendo los movimientos y fricciones sobre toda la zona sobre la que se quiere aplicar el masaje, todo ello puede llevarse a cabo con las aplicaciones de cremas o aceites.
La duración de cada sesión puede oscilar de 30 a 60 minutos.
Puede ser beneficioso para pacientes que presenten:
El quiromasaje se realiza para conseguir estados de relajación y bienestar, ya que las manipulaciones realizadas por el quiromasajista pueden aumentar esta sensación agradable y placentera. Puede ser útil por ello para conseguir, por ejemplo, un estado de tranquilidad cuando se padecen problemas de nerviosismo. Así mismo pueden ayudar a la absorción de determinadas cremas, aceites y lociones.
El quiromasaje no se puede considerar como una terapia médica contrastada y reglada de ninguna patología, ya que no es una ciencia sanitaria regulada y controlada con titulación oficial. Su ejercicio se basa en la experiencia de las manipulaciones sobre el cuerpo que se han realizado desde épocas ancestrales en diferentes culturas, pero no hay grandes estudios realizados con toda la seguridad del método científico que puedan avalar que sus aplicaciones producen un contrastado y eficaz resultado como tratamiento. Por eso, aunque los masajes pueden ayudar a que los pacientes obtengan beneficios como la relajación y el bienestar, antes de someterse a cualquier tipo de manipulación se debe estar seguro, si se presenta cualquier síntoma o patología, de que no hay ninguna contraindicación para su aplicación.
Para ello, es aconsejable que se consulte primero a un médico y que sea él quien realice un diagnóstico de si existe una patología, pudiéndole informar si puede ser perjudicial o no la aplicación de un quiromasaje.
Hay veces en las que, aunque desde el punto de vista de una persona sin formación médica, pueda parecer que las manifestaciones de dolor, edema, inflamación, limitación funcional, etc, están asociados a algún proceso banal que se pueda beneficiar de los masajes, estos signos y síntomas pueden estar relacionados con patologías más o menos graves que puedan complicarse al aplicar manipulaciones no controladas por personal no formado en ciencias de la salud, como por ejemplo problemas de coagulación y trombos en los vasos sanguíneos, patologías infecciosas de la piel o articulaciones, fracturas, quemaduras, úlceras… etc.
Es recomendable antes de aplicar cualquier tratamiento de quiromasaje, si se padece alguna enfermedad, consultar con el médico para informarse de si existen contraindicaciones según la enfermedad para la aplicación de cualquier masaje. El propio experto quiromasajista debe informarle siempre antes de las limitaciones y contraindicaciones que la técnica puede conllevar.
Por lo demás, no se requiere ninguna preparación especial. Se aconseja acudir con ropa cómoda a la consulta y no llevar joyas puestas.
Las aplicaciones de masajes en aquellos casos en los que no haya contraindicación médica pueden proporcionar al paciente un estado de relajación, así como una sensación de bienestar. Las consecuencias de estos tratamientos se pueden reflejar en:
Los quiromasajistas recomiendan aplicación de masajes relajantes de forma general en todo el organismo, manipulaciones como fricciones suaves, pinzados rodantes, amasamientos, etc, que aporten a los pacientes de fibromialgia sensación de bienestar y ayuden a la relajación física y mental.
Los masajes aplicados en embarazadas deben obviar siempre la región abdominal. Si la paciente presenta algún tipo de complicación o síntoma en el embarazo debe siempre antes consultar a un médico y asegurarse que la aplicación de un masaje no está contraindicada. La aplicación de masajes en la embarazada debe tener un fin relajante.
Siempre que los pacientes no padezcan alguna enfermedad que contraindique la aplicación de masajes, el quiromasaje puede aportar beneficios en el control del dolor, como terapia acompañante en el proceso de rehabilitación de las limitaciones funcionales que se pueden tener en algunas afecciones musculares como contracturas; pueden mejorar los procesos de estrés y ansiedad al aportar al paciente un momento de relajación y tranquilidad, fomentando el bienestar emocional y psíquico de la persona.
Según el tipo de masaje o técnica a aplicar el precio puede variar de una sesión a otra. De forma general cada sesión puede rondar de los 30 a 40 euros por sesión. Habitualmente en los centros que aplican estas terapias se pueden adquirir bonos de distintas sesiones que hacen abaratar el precio por sesión.
No, hay diferencias claras e importantes entre la formación de cada uno de estos profesionales.