Es una técnica de tratamiento utilizado en osteopatía donde se utilizan las manos para aplicar pequeñas presiones y movimientos rítmicos en cualquier zona ósea entre la cabeza y el sacro (parte inferior de la columna vertebral).
La terapia craneosacral se aplica en la consulta de un osteópata, en un ambiente silencioso, tranquilo y a temperatura agradable. El paciente se tumba en una camilla vestido de forma cómoda y el terapeuta palpa la región corporal que hay que tratar para sentir la dolencia.
El sistema cráneo sacral que se evalúa en esta terapia, se compone por el encéfalo, la médula espinal, el líquido cefalorraquídeo, las meninges, los huesos craneales, la pelvis y el sacro. Los movimientos y presiones ejercidos por el terapeuta son rítmicos y se basan en la percepción de los movimientos internos de los tejidos y fluidos del cuerpo, sobre todo del líquido cefalorraquídeo que rodea el sistema nervioso sintiendo los sutiles movimientos rítmicos de las estructuras que componen el sistema craneosacral. De forma progresiva el cuerpo se relaja y se libera de las tensiones y dolores que sufre.
Los terapeutas que aplican esta técnica indican que esta terapia puede aplicarse en un grupo amplio de dolencias como dolor de cabeza, ansiedad, depresión, insomnio, artritis de la articulación temporomandibular, dolor y contracturas cervicales, sinusitis, zumbido en los oídos, vértigo, dolores articulares, esguinces, lumbalgia, problemas digestivos, etc.
Se utiliza con el fin de encontrar un estado de relajación extrema que ayude al paciente a conectarse en sí mismo y a desbloquear los puntos dolorosos del cuerpo y flexibilizar las estructuras corporales con la ayuda e intervención manual del terapeuta.
Uno de los riesgos que se pueden presentar con la realización de la terapia craneosacral es que se ejerzan movimientos corporales forzando articulaciones (de la columna cervical, lumbar, etc) y se produzcan lesiones en estas estructuras. Porque aunque los movimientos que ejecutan los terapeutas son suaves, habitualmente no son profesionales de la salud con conocimientos de anatomía y fisiología, etc. necesarios para poder evaluar de forma adecuada las consecuencias de los movimientos aplicados. Por el mismo motivo, los pacientes que presenten patologías en las que una manipulación no es el tratamiento más adecuado (por ejemplo, dolor cervical producido por una metástasis tumoral); si el terapeuta desconoce estos términos puede provocar mayores daños que beneficios.
En general, como con todas las terapias llamadas alternativas, el mayor riesgo es abandonar tratamientos científicamente comprobados como eficaces para las dolencias que padecen los pacientes, por el hecho de pensar que los tratamientos llamados naturales son sustitutivos válidos, o acudir a realizarse este tipo de terapias cuando no se tienen dolencias adecuadamente diagnosticadas.
Para la realización de esta terapia no se requiere una preparación especial. Se recomienda acudir a la consulta del terapeuta con ropa cómoda y no ajustada.
Tras cada sesión de terapia craneosacral el paciente experimenta un estado de relajación que le lleva a una sensación de bienestar óptima. Por eso mismo, el paciente necesitará unos minutos para realizar una activación del cuerpo y la mente y adquirir capacidad de volver a realizar sus quehaceres habituales con vigor.
Las expectativas de curación y beneficio de la aplicación de la terapia craneosacral se basan en el poder de curación del propio organismo, que el terapeuta acompaña y estimula para avanzar en la recuperación. Por este motivo se dice que el paciente puede sentir los beneficios de cada sesión durante semanas después de cada terapia, aunque se aconseja que el tratamiento se base en varias sesiones pautadas (mínimo 10) según la evaluación que haga el terapeuta.
El precio de cada sesión de terapia craneosacral puede variar según el terapeuta que lo aplique, la evaluación de sus dolencias que se realice y el número de sesiones totales que se aconseje realizar. Habitualmente el precio ronda entre los 30 – 50 euros por sesión.
La terapia craneosacral no es dolorosa habitualmente. El paciente puede notar una leve sensación de presión con las manos del terapeuta que de forma frecuente produce una sensación de bienestar.
De forma habitual una terapia craneosacral dura entorno a 45 – 60 minutos, aunque depende de las exigencias y requerimientos de las dolencias que se quieren sanar, el terapeuta puede ajustar ese tiempo de forma individual.
La terapia craneosacral se enmarca dentro de la medicina natural o alternativa y se basa en el principio de autocuración del cuerpo, que busca siempre un estado de equilibrio. El terapeuta ayuda al organismo a buscar ese camino de sanación integrando leves presiones y movimientos rítmicos según él percibe con sus manos los movimientos del sistema craneosacral, transmitidos sobre todo por el líquido cefalorraquídeo que rodea el sistema nervioso.