La pérdida auditiva puede convertirse en un gran problema en todas las edades si no es detectado a tiempo y si no se aplican las medidas correctivas y preventivas para evitarlo. Los expertos recomiendan una evaluación auditiva anual a partir de los 50 años, o antes si se presentan algunos problemas auditivos que limiten la vida diaria. Si necesitas saber más sobre esta prueba, en qué consiste o cómo se hace, continúa leyendo.
Un test auditivo es una prueba sencilla, que no causa dolor, y que permite valorar la capacidad auditiva de una persona. Se realiza en un centro especializado, en una cabina insonorizada especialmente diseñada para realizar distintos análisis auditivos sin interferencias de otros sonidos o ruidos externos.
En primer lugar, se realizan al paciente una serie de preguntas y se le realiza un examen otoscópico completo (revisión del oído externo e interno). Posteriormente, se debe entrar a una cabina insonorizada, en la cual, se colocan unos cascos conectados a un audiómetro. El audiómetro transmite tonos de mayor a menor volumen a través de los auriculares y, la persona examinada debe indicar cada vez que escuche un sonido. La última intensidad reconocida determina el umbral de audición para esa frecuencia en particular. Primero se realiza el examen en cada oído por separado y, luego, en ambos oídos a la vez.
Se realizan varias pruebas teniendo en cuenta que se mide el tono y la intensidad en cada una de ellas:
El test auditivo está indicado para todas aquellas personas mayores de 50 años, a las que se recomienda hacer una revisión anual. También, en pacientes que refieren no escuchar bien o que sospechan que tienen problemas auditivos.
Las preguntas más frecuentes que se realizan en esta prueba son:
Si se ha contestado a más de una pregunta positivamente, es momento de acudir a realizarse un test auditivo.
El test auditivo se realiza porque es la forma más objetiva de detectar, precoz y oportunamente, cualquier problema de audición a cualquier edad y poder aplicar las medidas correctivas pertinentes para que la pérdida de la audición no avance.
No existe ningún riesgo al realizar el test auditivo. Es un método no invasivo, sin complicaciones ni molestias.
Requiere una preparación sumamente sencilla. Solo se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
La recuperación de un test auditivo es rápida. El paciente puede continuar el mismo día de la prueba con sus actividades cotidianas, sin necesidad de reposo.
En los resultados de un test auditivo se valora si hay pérdida de audición y cuánto se ha perdido, se mide por frecuencias y la intensidad de sonidos. Los resultados se entregan en un informe con descripción y gráficos de cada oído por separado y en conjunto, interpretados por un experto.
La mayoría de los sonidos del habla tiene un rango de tonos o frecuencias de 500 a 4 mil Hertz (Hz). Por lo general, las personas con pérdida auditiva tienen más dificultades con los sonidos y consonantes de más alta frecuencia. El rango normal de audición para los humanos es de aproximadamente 20 a 20 mil Hz. Del mismo modo, el volumen se mide en decibelios (dB). Una conversación normalmente tiene un rango de entre 45 y 60 dB.
También se muestran datos de la audiometría tonal, esta es una tabla que relaciona la intensidad de los sonidos con su tono. En ella, se marcan los sonidos que se han escuchado correctamente y así se nota si hay una disminución de la percepción de algunos sonidos por sus características propias. Compara, además, la escucha de sonidos por el aire o por el hueso, lo que ayuda a detectar si el problema está en una vía u otra.
Y datos de la audiometría liminar, en la cual, se expone el porcentaje de palabras que se han repetido correctamente de forma completa, parcial, o si no se han entendido.
Un test auditivo es una prueba sencilla e indolora para descubrir la capacidad auditiva de una persona.
Los test auditivos sirven para diagnosticar de forma rápida y oportuna cualquier pérdida auditiva, independientemente de la edad del paciente, para así poder aplicar las medidas correctivas.
Un test auditivo mide en qué proporción el paciente escucha la intensidad de los sonidos en cada oído por separado y en ambos en conjunto.
Un test auditivo debe realizarse anualmente a partir de los 50 años, o antes si la persona percibe pérdida de la audición o si en el test rápido presenta una o más respuestas positivas.
Primero, se realiza una prueba rápida escrita, después se realiza un examen físico del oído con un otoscopio. Posteriormente, se traslada al paciente a una cámara insonora, en la cual, se procede a evaluar el tono e intensidad en cada oído por separado y, después, en conjunto, por medio de una serie de pruebas como la de los tonos puros o audiograma, la audiometría verbal y la impedanciometría o inmitancia acústica.