Se entiende por vacuna, cualquier preparación destinada a generar inmunidad (defensas de recuerdo) contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos (que son proteínas del sistema inmune que reconocen el microorganismo que produce la enfermedad, activando al sistema inmune para que lo destruya).
La vacuna del neumococo va destinada a provocar una reacción inmunológica controlada contra esa bacteria. El neumococo (Streptococcus pneumoniae), de la que existen 90 subtipos diferentes con distinta agresividad, es responsable de posibles infecciones graves en los pulmones (neumonía), en la sangre (sepsis) y en las membranas que cubren el cerebro (meningitis). Así, el cuerpo puede tener memoria de cómo es esa bacteria y si vuelve a tomar contacto con ella, está más preparado para poderla eliminar. Las vacunas existentes tienen el inconveniente de no cubrir la mayoría de los subtipos de neumococo.
En la actualidad, existen dos tipos de vacunas del neumococo: polisacáridas o conjugadas:
La vía de administración de la vacuna es por medio de una inyección intramuscular, en los lactantes en la zona anterolateral del muslo y en los niños mayores o adultos, en la región superior del brazo.
La vacuna conjugada 13-valente está indicada en todos los calendarios de vacunación infantil de todas las comunidades autónomas de España.
También se recomienda, está financiada por la Seguridad Social en todas las comunidades autónomas, la vacuna polisacárida 23-valente para adultos. Además, algunas comunidades autónomas financian una pauta mixta con la vacuna conjugada (una dosis) y vacuna de polisacáridos (una dosis separada un año de la anterior), para los grupos con mayor probabilidad de sufrir una enfermedad neumocócica grave.
La enfermedad neumocócica es la principal causa de mortalidad potencialmente prevenible mediante vacunación en el mundo.
Aunque la vacuna se considera muy segura, en ocasiones pueden aparecer algunas reacciones adversas como: enrojecimiento leve y dolor en el lugar de la inyección (son raras las reacciones locales más pronunciadas), fiebre o dolores musculares. Es muy infrecuente las reacciones alérgicas fuertes.
Como ocurre con todos los medicamentos, existe un riesgo muy pequeño de que ocurra algún problema grave o incluso la muerte después de la vacunación, pero este riesgo es siempre mucho menor que el derivado de contraer la enfermedad.
No hay una preparación específica, aunque siempre hay que informar a los profesionales sanitarios de las enfermedades que se padecen ya que las vacunas no se deben administrar o se debe hacer con mucha precaución en pacientes que tienen algún trastorno de la coagulación de la sangre o pacientes con plaquetas bajas. Además, no se debe realizar la vacunación cuando se tienen enfermedades infecciosas agudas o fiebre alta.
Habitualmente el lactante o adulto puede tener un pequeño enrojecimiento en la piel en la zona donde se ha administrado la vacuna. Puede aparecer dolor y leve endurecimiento en la zona y, en ocasiones, los pacientes pueden tener febrícula (fiebre prolongada) o fiebre durante algún día después de la vacunación para lo que podrá tomar un antitérmico.
Está científicamente demostrado que la vacunación frente al neumococo sirve para la prevención de las enfermedades potencialmente graves producidas por el neumococo y la disminución de la mortalidad por este motivo.
De la vacuna polisacárida 23-valente se administra, cuando es preciso ponerla, una dosis. De la vacuna conjugada 13-valente se administran una dosis a los 2 meses, otra a los 4 meses, y posteriormente una tercera dosis de recuerdo entre los 11 y los 15 meses.
Se trata de un tipo de vacuna existente frente a la bacteria neumocócica (Streptococcus pneumoniae). Hay dos tipos: la conjugada 10-valente, y la conjugada 13-valente que es la que se administra en el calendario de vacunación infantil. Es válida frente a 13 subtipos de neumococo, y se utiliza para la prevención de enfermedades producidas por esa bacteria como neumonía, otitis media aguda, infección invasora neumocócica, en niños desde los 2 meses hasta los 17 años. También está indicada para la prevención de neumonía y de la enfermedad invasiva en adultos de 50 años con patologías de base de alto riesgo.
El contagio se produce de una persona a otra por contacto cercano a través de las secreciones respiratorias cuando se tose o se estornuda.
El meningococo C es una bacteria del grupo Neisseria Meningitidis. Puede causar una enfermedad grave neurológica llamada meningitis.
Hay varios gérmenes que pueden causar meningitis. Las vacunas que se utilizan para su prevención son la vacuna frente al meningococo (para varios subtipos), la vacuna frente al neumococo y la vacuna frente a Haemophilus Influenzae tipo B. Hay otras bacterias que pueden producir la meningitis, pero no existen vacunas para ellas.