Se entiende por vacuna, cualquier preparación destinada a generar inmunidad (defensas de recuerdo) contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos (que son proteínas del sistema inmune que reconocen el microorganismo que produce la enfermedad, activando al sistema inmune para que lo destruya).
La vacuna llamada triple vírica va destinada a provocar una reacción inmunológica controlada contra tres tipos de virus: el del sarampión, el de la rubéola y el de la parotiditis.
El sarampión es una enfermedad que puede producir fiebre, erupción cutánea y enrojecimiento de las mucosas, irritación ocular y tos. En caso de complicación puede aparecer afectación de los oídos, de los pulmones (neumonía) y cerebral. En casos graves puede producir la muerte.
La rubéola puede producir fiebre, erupción cutánea y dolor leve en las articulaciones. Si se produce en una mujer embarazada puede originar malformaciones en el feto.
La parotiditis (popularmente conocida como paperas), produce aparición de fiebre, inflamación de la glándula parótida (glándula salival situada delante de las orejas), y dolor de cabeza. Si aparecen complicaciones puede causar dolor e inflamación en los testículos o en los ovarios, afectación de las membranas que cubren el cerebro (meningitis) e incluso la muerte.
En España no existen vacunas individuales para cada uno de estos virus. Su presentación siempre va asociada juntamente con los tres virus. Hay dos tipos de vacunas producidas por dos farmacéuticas diferentes, con una composición variable según las cepas utilizadas (M-M-R VaxPro® de MSD y Priorix® de GSK).
Existe también una vacuna que además de tener esos tres virus suma un cuarto, el de la varicela. Se llama vacuna tetravírica (Priorix Tetra® -GlaxoSmithKline-).
Esta vacuna está incluida en el calendario sistemático de vacunación infantil en toda España:
La Asociación Española de Pediatría, en sus recomendaciones de 2018, aconseja que la primera dosis de la vacuna triple vírica y varicela se apliquen por separado y que en la segunda dosis se realice con la vacuna que lleva asociados los cuatro virus, la vacuna tetravírica (sarampión, rubéola, parotiditis y varicela).
La vacuna se administra por medio de una inyección subcutánea, aunque también puede ser intramuscular. En los niños pequeños, se administra en la región anterolateral del muslo y, en los niños más mayores y adultos en la región superior del brazo. A los pacientes que tengan alguna alteración de la coagulación de la sangre y los que tengan las plaquetas bajas, se les administra por vía subcutánea.
Está indicada en todos los niños a partir de los 12 meses. Pero también en adolescentes y adultos que no han recibido nunca la vacuna o no la han recibido de forma completa (las dos dosis) y que no hayan padecido las tres enfermedades, sobre todo, las personas nacidas después de 1970, el personal sanitario y viajeros internacionales. Las mujeres embarazadas no vacunadas y que nunca hayan pasado las enfermedades se vacunarán inmediatamente después del parto.
Las personas no vacunadas y que no hayan pasado las tres enfermedades, que tengan contacto con personas enfermas por alguna de estas enfermedades, se vacunarán con la administración de la primera dosis en las primeras 72 horas de haberse puesto en contacto con la persona enferma.
También deben vacunarse las personas infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que no hubieran sido vacunadas ni hubieran pasado las enfermedades, excepto si su sistema inmune está deprimido de forma grave.
Las vacunas y, en concreto, los programas de vacunación han demostrado ser de las herramientas de prevención más beneficiosas para la población general. Con la administración de la vacuna triple vírica se protege a la población de poder padecer enfermedades potencialmente graves.
Los posibles riesgos y efectos adversos que se pueden presentar son:
Se debe informar siempre al médico y enfermero/a de las posibles enfermedades y alergias que se padezcan para que ellos puedan valorar la indicación o no de la vacuna en cada situación concreta.
Como cualquier otra vacuna, no debe administrarse en caso de padecer fiebre alta o una infección activa.
En general, esta vacuna se puede administrar a las personas alérgicas al huevo en sus centros de salud, pero deben informar adecuadamente antes al personal sanitario de su tipo de alergia para que sean ellos quienes le indiquen la forma de actuar adecuada en cada caso.
No se debe administrar en personas con alergia demostrada a la gelatina hidrolizada (ya que es una sustancia que forma parte de la vacuna). Tampoco se puede administrar en pacientes con intolerancia congénita a la fructosa porque las vacunas comercializadas tienen esa sustancia en su composición.
Es una vacuna habitualmente bien tolerada, con una afectación post – vacunación de síntomas habitualmente leves (fiebre, reacción local en el lugar de la inyección, erupción leve de la piel o leve inflamación de la glándula parotídea).
Los estudios y ensayos clínicos han demostrado que, tras la vacunación, en casi un 100% de las personas vacunadas se produce una respuesta del sistema inmunológico, lo que le prepara para poder reconocer a los tres virus si a lo largo de la vida del paciente éste toma contacto con alguno de ellos y puede prevenir una enfermedad potencialmente grave. Esta protección se da en las personas que han recibido las dos dosis recomendadas.
Se recomienda, como en los niños, administrar dos dosis de vacuna con una separación mínima entre dosis de 1 mes. Está indicada para aquellas personas no vacunadas y que no hayan padecido las enfermedades que estos virus pueden provocar (*ver apartado ¿Para quién está indicada? más arriba).
No, no deben vacunarse las mujeres embarazadas por posible riesgo de provocar malformaciones en el feto. Así mismo, se recomienda que las mujeres en edad fértil que hayan sido vacunadas eviten el embarazo hasta un mes después de la vacunación.
Es una vacuna frente al virus de la hepatitis B (VHB), que puede provocar una infección en el hígado.
Las pautas de administración de la vacuna son:
Como para cualquier otro niño, deben seguir el calendario sistemático infantil de vacunación recomendada. La vacunación no produce autismo.