TAC cerebral de perfusión

Las imágenes obtenidas mediante el TAC cerebral de perfusión muestran las áreas del cerebro que son abastecidas o perfundidas con sangre, proporcionando información detallada sobre el suministro o flujo de sangre en las diferentes áreas del cerebro.

La exploración por medio del TAC cerebral de perfusión combina un equipo de rayos X especial con un sofisticado tratamiento informático para producir múltiples imágenes de las diferentes zonas del cerebro. 

El dispositivo para la exploración por medio del TAC cerebral de perfusión es una máquina de gran tamaño, con forma de anillo con un túnel en el centro. El paciente se debe acostar en una camilla estrecha que se desliza a voluntad dentro del túnel. El tubo de rayos X y los detectores electrónicos se encuentran colocados en forma opuesta sobre un aro que va rotando alrededor del paciente. Dependiendo del tipo de exploración la máquina puede llevar a cabo diferentes pasadas.

El ordenador que procesa la información de las imágenes se encuentra en una sala de control aparte. Allí es adonde el técnico radiólogo opera el dispositivo de exploración y monitoriza la prueba en función de las indicaciones de cada caso. El técnico puede comunicarse con el paciente mediante un sistema de audio.

En la prueba se utiliza un líquido de contraste yodado que se inyecta a través de una línea intravenosa. La precisión en la inyección de la sustancia de contraste es necesaria para lograr una perfusión exitosa.

Con anterioridad a la prueba se entregan al paciente instrucciones específicas sobre la necesidad de no ingerir alimentos ni líquidos unas pocas horas antes del procedimiento. 

Se debe acudir a la prueba sin joyas y vistiendo ropa cómoda. 

Las ventajas del TAC cerebral de perfusión es su rapidez y la posibilidad de realizarla en conjunto con un estudio angiográfico. 

Sus principales desventajas derivan del uso de radiación ionizante y del medio de contraste yodado utilizado. En este sentido, el riesgo de una reacción alérgica grave al material de contraste ocurre de forma muy esporádica. 

Esta técnica radiológica tiene una duración variable en función de cada caso, pero puede durar aproximadamente 30 minutos.

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