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Hirtusismo o Cuando el Vello es Excesivo
Artículo especializado

Hirtusismo o Cuando el Vello es Excesivo

El vello excesivo no deseado se denomina hirsutismo. Suele traducir un exceso de hormonas masculinas o andrógenos (hiperandrogenismo), y puede tener diferentes causas. Como las fuentes de andrógenos en la mujer dependen de dos órganos, los ovarios y las glándulas suprarrenales (que están encima de los riñones), el hiperandrogenismo obedecerá a alteraciones en alguno de ellos, o a la acción de sustancias externas con actividad androgénica, como algunos medicamentos. El hirsutismo no es la única manifestación del hiperandrogenismo, sino que suele formar parte del llamado síndrome SAHA (seborrea, acné, hirsutismo y alopecia). Posibles causas Síndrome de ovario poliquístico. Es la causa más frecuente del hirsutismo en nuestro medio y se debe a un desequilibrio de las hormonas sexuales que suele dar irregularidades menstruales (reglas que vienen cada 30-35 días), incluso interrumpiendo la regla (amenorrea), obesidad, esterilidad y, en ocasiones, quistes en los ovarios. Actualmente se diagnostica mediante analíticas en sangre y ecografía de los ovarios, aunque la visualización de los quistes no es totalmente necesaria para su diagnóstico, ya que pueden no estar presentes en todos los días del ciclo menstrual. En general, las mujeres con ovarios poliquísticos son obesas , y suelen tener cabello más débil, graso y fino (alopecia y seborrea), además de presentar hirsutismo que predomina en los antebrazos y las patillas, aunque puede afectar a cualquier área del cuerpo. Es importante detectar el síndrome del ovario poliquístico, no sólo por su relevancia estética, sino porque estas mujeres pueden tener una mayor propensión a la diabetes y la enfermedad cardiovascular. Su tratamiento suele incluir la medicación con ciertos a nticonceptivos (las mismas pastillas que se usan para evitar un embarazo) con actividad antiandrogénica, como la ciproterona o el norgestimato. Se debe prestar atención a la dieta, evitando grasas y azúcares, ya que contribuyen a la obesidad. Síndrome de Cushing . Está causado por un exceso de cortisol . Puede deberse a que las glándulas suprarrenales producen demasiada cantidad, o como consecuencia de tomar medicamentos, como la prednisona (corticoides). Debe diagnosticarse mediante analíticas en sangre y otras pruebas, incluyendo una prueba de imagen (TAC o resonancia magnética) para visualizar las glándulas suprarrenales. El tratamiento requiere de la colaboración de un especialista en medicina interna o un endocrinólogo. Hiperplasia suprarrenal congénita . En este trastorno genético las glándulas suprarrenales producen demasiadas hormonas como el cortisol y los andrógenos. Es relativamente frecuente en la población mediterránea. En ciertos casos, puede ser responsable de amenorrea y esterilidad. En general los ciclos menstruales son cortos (reglas cada 20-25 días). Debe ser tratado por un endocrinólogo. Tumores. Rara vez, un tumor que produce hormonas masculinas en los ovarios o en las glándulas suprarrenales puede causar hirsutismo. Es el caso de los tumores de la granulosa ovárica o los adenomas de la glándula suprarrenal. Deben ser estudiados y muchas veces tratados con cirugía. Medicamentos . Algunos medicamentos pueden causar hirsutismo. Entre estos se incluyen el danazol, para el tratamiento de la endometriosis, los corticoesteroides sistémicos y algunos antidepresivos. Incluso algunos medicamentos tópicos (en cremas o lociones) como minoxidil pueden estimular el crecimiento del pelo no deseado. En ocasiones, el hirsutismo puede presentarse sin ninguna causa identificable. Esto sucede con mayor frecuencia en ciertas poblaciones, como las mujeres de ascendencia mediterránea o asiática. ¿Cómo se trata? El primer paso para el tratamiento del hirsutismo es un buen diagnóstico y tratamiento correcto de la causa subyacente. Una vez cumplida esta premisa, el vello no deseado puede eliminarse con varias opciones: Métodos depilatorios clásicos : incluyen la depilación con cera, el rasurado o la decoloración. Electrodepilación o electrólisis : es la eliminación del pelo con depilación eléctrica, muy laboriosa y no exenta de dolor y cicatrices. Aunque todavía se practica en algunos centros de estética, ha sido prácticamente sustituida por la depilación láser Láser y luz pulsada : se considera que los láseres de diodo o de alejandrita son superiores a los sistemas de luz pulsada intensa (IPL). En todos ellos, es ideal cuando hay un buen contraste de color entre el pelo y la piel (piel muy clara y pelo muy oscuro). En pieles morenas, el mejor dispositivo es el alejandrita . Es importante no tratar el vello fino, sino el pelo terminal, ya que se ha descrito que los láseres pueden estimular el crecimiento y el grosor del vello para convertirlo en pelo más grueso. Asimismo, hay que tener en cuenta que el láser no es eficaz para el pelo blanco, y que es preferible tratarlo con depilación eléctrica. De cualquier manera, siempre es preferible que los aparatos de láser e IPL sean manejados por personal sanitario, que tiene la preparación y la titulación necesaria para ello. Estos tratamientos no están exentos de efectos adversos, como quemaduras y cambios de la pigmentación en las zonas tratadas (sobre todo decoloración de la piel). Eflornitina : es una sustancia química que, aplicada sobre las zonas pilosas, disminuye el crecimiento del pelo. Tiene como inconveniente que es muy irritante.
¿Qué te Han Contado Sobre Indiba?
Artículo especializado

¿Qué te Han Contado Sobre Indiba?

La radiofrecuencia es un tratamiento estético no invasivo , mediante el cual se produce una rotura de las células grasas en una determinada zona del organismo, utilizando la termoterapia , bajo la influencia de un campo eléctrico. La marca INDIBA es la marca registrada de radiofrecuencia más conocida actualmente. Durante el procedimiento, se coloca una placa de conducción protegida, que asegura que el frio que se aplica sea progresivo, y el cuerpo humano se adapte paulatinamente a él. Se utiliza para el tratamiento de celulitis y adiposidades, y logra actuar a nivel de la dermis profunda, estimulando una mayor reparación tisular . ¿Cómo funciona? La radiofrecuencia es un procedimiento inocuo , que actúa por calentamiento local de una zona del cuerpo colocada entre dos placas que transmiten la energía y las vibraciones. Se logra, así, un aumento de temperatura a nivel celular, incrementando la síntesis de colágeno y elastina, actuando asimismo a nivel del ADN celular y estimulando la regeneración celular.  En consecuencia, produce una mejora en la elasticidad y firmeza de la piel , ayudando a eliminar toxinas, edemas y células muertas por el envejecimiento. Tratamiento La radiofrecuencia INDIBA se aplica con dos electrodos metálicos (dos placas metálicas), de las cuales una primera placa conductora de frío permanece sobre la piel del paciente, y una segunda placa, conductora de calor, permanece fija bajo el cuerpo, en la parte posterior de la zona a tratar. De esta forma, actúa por dos efectos, efecto térmico y efecto mecánico .   El calor producido debe ser siempre agradable para el organismo. Se pueden tratar brazos, piernas, muslos, flaccidez abdominal, y celulitis. Es recomendable que se realice en centros autorizados por profesionales capacitados. Las sesiones duran entre 30 y 35 minutos y, después de éstas, la paciente debe aplicarse compresas frías en las zonas tratadas, y cuidarlas con cremas hidratantes. Se realizarán entre seis y 10 sesiones, cada 20 días, hasta alcanzar una fase de mantenimiento, con una duración total del tratamiento de entre cuatro y 10 meses. Como todo tratamiento estético, debe acompañarse de un estilo de vida saludable, basado en una alimentación sana, para aumentar los efectos obtenidos. Efectos Sirve tanto para mejorar la tonicidad de la piel facial, como para mejorar la celulitis. Es utilizado también en regeneración muscular y articular , durante tratamientos fisioterápicos. Presenta como efecto adverso el enrojecimiento local de la zona , pero debe controlarse que no se generen contracciones musculares extremas que produzcan la destrucción muscular. La paciente deberá estar hidratada previamente al tratamiento, ya que esto favorecerá la eliminación de toxinas durante el mismo. Contraindicaciones La radiofrecuencia no es recomendable en personas que porten marcapasos , ni que estén embarazadas o en periodo de lactancia, que padezcan cáncer u alguna alteración de la piel, como quemaduras, infecciones, etc. INDIBA facial La radiofrecuencia facial es uno de los últimos avances conocidos para mejorar el aspecto y la tensión de la piel facial, ya que estimula la producción de colágeno y la vasodilatación, incrementando el flujo sanguíneo en la zona tratada, y estimulando una mayor eliminación de toxinas y radicales libres, que provocan el envejecimiento. Con ello se logra, una expresión facial con arrugas más suavizadas , dando un efecto lifting a la cara y cuello. También elimina las ojeras, y arrugas de expresión , mejorando el aspecto global de la piel. Los efectos de los tratamientos faciales se suelen evidenciar a los 3 o 4 meses de iniciados, con resultados inmediatos. Generalmente, la edad de aplicación en las mujeres oscila entre los 30 y 50 años.
Qué Sabemos de la Fitoterapia
Artículo especializado

Qué Sabemos de la Fitoterapia

Cada vez son más las personas que reclaman productos y remedios naturales alternativos para sustituir y/o complementar a los tratamientos de síntesis actuales. Desde los años 70 ha habido un resurgimiento   de las llamadas medicinas alternativas, entre las que se encuentra la fitoterapia . Este nombre hace referencia a una ciencia basada en la utilización de las plantas medicinales y sus derivados con una finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, aliviar o curar enfermedades y trastornos de salud. A continuación, repasaremos los puntos fuertes de la fitoterapia, que los tiene, pero también sus limitaciones, lo que obliga a hacer un buen uso de estos recursos naturales. Y es que, como veremos, natural e inocuo no son sinónimos. Un poco de Historia… Desde la antigüedad, el ser humano se ha ayudado de los recursos vegetales naturales que ofrecía su entorno para aliviar sus dolencias o proporcionarse bienestar. Ya en la época prehistórica, el hombre utilizó plantas medicinales para tratarse sin tener un conocimiento sobre ellas, sino de manera instintiva como hacen los animales. Posteriormente, con el paso de la agricultura se inició el cultivo de plantas medicinales y elaboración de remedios . En esos tiempos el uso de las plantas medicinales iba unido a ritos mágicos representados por figuras como “el curandero” o “el chamán”. Más adelante, la fitoterapia se fue implantando y desarrollando en distintas culturas, como la egipcia, a través del papiro de Ebbers (1500 a.C.); la china, a través de su medicina tradicional de más de 3.000 años de antigüedad; la India, donde se desarrolló la medicina ayurveda ; o en Grecia, a través de Dioscórides que fue el gran recopilador de la fitoterapia en el siglo I de nuestra era.  La fitoterapia evolucionó a lo largo de la historia, experimentando un crecimiento importante tanto en su estudio como en su aplicación en tratamientos y permitiendo un mayor uso de vegetales con acción terapéutica. La planta Una planta medicinal es un recurso, cuya parte o extractos se emplean como droga medicinal en el tratamiento de alguna afección. La parte de la planta empleada medicinalmente se conoce con el nombre de  droga vegetal , y puede suministrarse bajo diferentes formas galénicas: cápsulas, comprimidos, crema, decocción, elixir, infusión, jarabe, tintura, ungüento, etc. Todas las plantas tienen en su composición diversas sustancias que poseen distintas propiedades. Podemos encontrar: Principios inmediatos: son proteínas, glúcidos (azúcares), lípidos, minerales y vitaminas que, si bien no ejercen una actividad farmacológica directa, son imprescindibles para mantener la vida del reino animal siendo los sustratos nutricionales de los animales herbívoros. Principios activos: son sustancias con actividad biológica que tienen la capacidad de interactuar con nuestro organismo y sus distintos sistemas. El principio activo puede ser una sustancia concreta o bien una mezcla compleja de sustancias.   La investigación científica ha permitido descubrir una variada gama de principios activos, de los cuales los más importantes desde el punto de vista de la salud son los a ceites esenciales, los alcaloides, los glucósidos o heterósidos, los mucílagos y gomas, y los taninos . Existen en las plantas otros principios activos relevantes denominados nutrientes esenciales, como las vitaminas, los minerales, los aminoácidos, los carbohidratos y las fibras, los azúcares diversos, los ácidos orgánicos, los lípidos y los antibióticos. Natural no significa inocuo A nivel popular, está muy introducida la creencia de que las plantas medicinales, al contrario de los fármacos de síntesis, carecen de efectos secundarios y que pueden consumirse sin ningún tipo de precaución. Esta creencia se ve reforzada por la ausencia de advertencias en la mayoría de los envases. A continuación, detallamos las ventajas y desventajas que nos puede ofrecer la fitoterapia como terapia alternativa a la medicina alopática.   Ventajas de la fitoterapia Tiene mayor margen terapéutico y menos efectos indeseables que los fármacos sintéticos. Cabe matizar que natural no es sinónimo de inocuo y la eficacia sólo vendrá con un uso adecuado de las formas de administración e indicaciones adecuadas. Presenta sus principios activos biológicamente equilibrados (por la presencia y sinergia de otras sustancias ajenas y autóctonas en la planta) de forma que, en general, no se acumulan en el organismo llegando a ser tóxicos, a excepción de las plantas venenosas o tóxicas que no están comercializadas. Se considera una terapia suave y útil en afecciones leves o moderadas, así como de afecciones crónicas dado que su margen terapéutico es relativamente amplio y permite tratamientos menos agresivos. Es más accesible para el público consumidor dado que no requiere de prescripción.   Con pocas excepciones, las plantas medicinales no crean dependencias .   Se puede utilizar de manera simultánea con la medicina alopática en la mayoría de casos. Actualmente más profesionales de la salud tienen un mayor conocimiento científico en cuanto a la composición de las drogas vegetales y sus productos derivados para abordar dolencias y contemplar un tratamiento alternativo y/o complementario. El avance tecnológico ha favorecido nuevas formas de preparación y administración de fitoterápicos de mayor calidad y comodidad de aplicación. Los remedios fitoterápicos son fáciles de manipular y presentan intrusiones sencillas. Limitaciones de la fitoterapia Los efectos de las plantas medicinales son más lentos en comparación con la medicación de síntesis. Se suelen observar los beneficios más gradualmente. No se indica en las urgencias médicas o cirugías  (con muy pocas excepciones) y tampoco en el caso de las enfermedades infecciosas graves como septicemia o meningitis. Puede tener interacciones con ciertos fármacos alopáticos. Se puede tender a la automedicación o ser recomendados por personal no cualificado.   Algunas plantas pueden ser perjudiciales en casos de hipertensión arterial, problemas de corazón, embarazo y lactancia, por lo que se debe ser muy cuidadoso en dichos casos y buscar el asesoramiento de buenos profesionales. Pueden causar reacciones alérgicas o estar contaminadas por sustancias tóxicas (pesticidas, metales pesados…). Lo ideal sería conocer la procedencia de las plantas antes de consumirlas.   Como podemos advertir, la aplicación de la fitoterapia como terapia alternativa presenta ventajas, pero también limitaciones que conviene considerar. Lo más importante a la hora de optar por un tratamiento fitoterapéutico es acudir a un profesional de la salud que tenga conocimientos complementarios de fitoterapia y pueda valorar en conjunto el caso en cuestión.  Porque recuerda: un remedio y un veneno difieren en la dosis. 
Fobia Social
Artículo especializado

Fobia Social

¿Tienes miedo a ser juzgado por los demás? ¿Sientes vergüenza al hablar con gente que no conoces? ¿Te sientes inseguro en situaciones sociales la mayor parte del tiempo? Si estas preocupaciones te están limitando para realizar tus actividades diarias, como ir a estudiar o al trabajo, es posible que sufras de un trastorno llamado fobia social. ¿Qué es la fobia social? Este trastorno se caracteriza por sentir miedo o ansiedad extrema, en ciertas o todas las situaciones sociales . Las personas que lo sufren tienen miedo a ser juzgados por los otros, a ser el centro de atención y a sentirse avergonzados. Temen hacer cosas comunes delante de los demás, como ir al banco, comer o beber delante de otra persona, responder a una pregunta en clase, utilizar baños públicos, etc., y piensan que controlar los síntomas está más allá de su capacidad, por lo que acaban evitando dichas situaciones, destruyendo, así, oportunidades de conocer nuevos amigos o posibles parejas, impidiendo el progreso profesional y, en definitiva, obstaculizando su desarrollo personal. ¿Cuáles son las señales y los síntomas de este trastorno? Las personas con fobia social tienden a: Preocuparse por los escenarios que les producen ansiedad social durante semanas antes de que ocurran y experimentar síntomas con tan sólo pensarlo. Ruborizarse con facilidad delante de los otros. Sudar abundantemente o temblar enfrentando situaciones sociales. Tener taquicardia o sentir que “la mente se queda en blanco” hablando con los demás. Mostrar una postura corporal rígida y tener poco contacto visual. Sufrir náuseas o malestar en el estómago cuando están con otras personas. Tener dificultad para hablar (voz baja, tartamudeo, voz rota, etc.). Tener la sensación de estar constantemente evaluado . Tener dificultad para hacer y conservar amigos . Evitar situaciones que impliquen interacción social . ¿Cuáles son sus causas? La fobia social suele iniciarse durante la adolescencia y puede tener varios orígenes: La timidez : una timidez mal llevada con el tiempo podría desencadenar en una fobia social. Si una persona tímida empieza a evitar situaciones que le producen ansiedad y se engancha a pensamientos negativos que refuerzan su incapacidad para hacer frente al problema, puede acabar padeciendo este trastorno. Desajuste neuroquímico : hay estudios que demuestran que las personas con fobia social producen un exceso de serotonina, una sustancia química responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo. Cuando hay un déficit de esta sustancia, es posible que la persona desarrolle una depresión y, al contrario, cuando hay un exceso, la sobre activación puede producir los síntomas de la ansiedad. Experiencias traumáticas del pasado: haber sufrido una experiencia humillante en el pasado, como que se rían de ti en público o que te dejen en evidencia, puede originar el desarrollo de una fobia social. Crianza sobreprotegida por la familia: cuando la familia evita que el niño se enfrente a situaciones que de por sí generan un cierto nivel de nerviosismo, como conocer gente nueva, hablar en público, etc., es posible que estén obstaculizando el desarrollo de sus habilidades sociales y que con el tiempo acabe desarrollando una fobia social. Limitación de oportunidades de interacción social : la crianza aislada y con poca interacción con los iguales, es decir, los niños que viven en un mundo de adultos, pueden, con el tiempo, acabar sufriendo una fobia social. Dificultad para interpretar la conducta de los demás : hay estudios que demuestran que las personas con fobia social tienden a malinterpretar la conducta de los demás, como pensar que las personas nos están mirando fijamente o frunciendo el ceño, cuando en realidad no lo están haciendo. Falta de habilidades sociales: habilidades básicas como la escucha, saber hacer preguntas, dar las gracias, presentarse y despedirse, etc., o habilidades complejas como disculparse, pedir ayuda, afrontar críticas, admitir la ignorancia…, son necesarias para tener una interacción social de calidad, sentir la gratificación del intercambio y querer volver a repetir. Si no se tienen, la experiencia social es negativa, se tiende a evitar y puede acabar desarrollándose una fobia social. Herencia por aprendizaje: la falta de modelos de referencia en la infancia sobre cómo comportarse a la hora de relacionarse, puede generar fobia social por aprendizaje hereditario. ¿Qué tratamientos existen? Por lo general, la fobia social se trata con psicoterapia, medicamentos o una combinación de ambos. Lo aconsejable es hablar con el médico para valorar qué tratamiento es el más adecuado y hacer un seguimiento de cerca para controlar los posibles riesgos asociados. Psicoterapia: para tratar la fobia social, habitualmente se utiliza la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), que consiste en conocer el origen del problema y desarrollar nuevas formas de resolver las situaciones temidas, mediante la detección de pensamientos irracionales para reemplazarlos por otros más realistas. Además, incluye estrategias de exposición a los estímulos temidos, para ir bajando la ansiedad progresivamente y practicando en el desarrollo de habilidades sociales Medicación: los medicamentos que se recetan con más frecuencia son los ansiolíticos y los antidepresivos. Los ansiolíticos son fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central relajando las funciones del cuerpo y, por tanto, reduciendo la ansiedad. Sus efectos son rápidos, pero no se pueden tomar durante un tiempo largo, pues se desarrolla tolerancia y cada vez se necesitan dosis más altas para conseguir el mismo efecto. Los antidepresivos , por su parte, son fármacos que alteran las funciones químicas del cerebro aumentando el número de neurotransmisores para captar el exceso de serotonina, y reducir así la sintomatología de activación nerviosa. Tardan varias semanas en hacer efecto y tienen efectos secundarios que varían en función de la persona. También se recetan otro tipo de medicamentos llamados beta bloqueadores , que lo que hacen es bloquear el flujo de adrenalina que se desencadena cuando tenemos ansiedad, haciendo que la sintomatología de la fobia social se atenúe. Técnicas y estrategias de superación Aunque para los casos complejos de fobia social, lo recomendable es acudir a un profesional y recibir un tratamiento guiado, en el caso de las personas con una sintomatología leve, pueden poner en marcha algunas recomendaciones para intentar afrontarla: Busca una razón de peso: lo más importante es tener un motivo claro por el que merezca la pena empezar a afrontar el problema. No te engañes ni te justifiques : “me gusta estar solo, tengo intereses diferentes a los demás, la gente en general me cae mal, no me importa no tener amigos o pareja…”. Las personas somos muy hábiles a la hora de poner excusas, pero no es lo mismo elegir estar solo o que el miedo y la ansiedad elijan por nosotros. Aprende a respirar: cuando tenemos ansiedad sentimos que nos cuesta respirar de forma superficial, de modo que, estar entrenados en esta técnica, nos puede facilitar el reducir la sensación de malestar. Ejercítate en técnicas de relajación : los síntomas de la fobia social pueden llegar a controlarse mediante técnicas de relajación como, por ejemplo, la relajación progresiva, que se centra en la tensión y relajación de diferentes grupos musculares o el entrenamiento autógeno, cercano a la meditación. Autoexposición (progresión y mantenimiento): cuando queremos afrontar un miedo, a veces, por desconocimiento, acabamos grabándolo. Enfrentar un miedo es como subir una escalera (progresión), si intentamos llegar arriba saltando escalones de dos en dos, posiblemente nos caigamos, y si intentamos alcanzar la cima haciendo trampas y cogiendo el ascensor (automedicación, alcohol, sustancias, estar con gente nueva, pero solo en zonas de confort y seguridad, etc.), tampoco servirá. Lo adecuado es fijarse objetivos progresivos, de lo que menos ansiedad me produce a lo que más. Cada objetivo es un escalón, y hay que permanecer en cada uno, tanto tiempo (mantenimiento) como sea necesario hasta que la reacción emocional de ansiedad, se haya transformado en indiferencia por habituación. Exprésate y no abandones : si tienes miedo a la valoración de los otros, la solución no es huir, expresa lo que sientes y pregunta su opinión.
Gastroscopia: Qué Debes Saber
Artículo especializado

Gastroscopia: Qué Debes Saber

¿Te ha indicado el médico hacerte una gastroscopia? ¿Qué es esta prueba, en qué consiste y cuáles son sus complicaciones? ¿Qué debes de saber el día previo a realizarte este estudio? ¿Y los días posteriores? A continuación, todo lo que necesitas saber sobre esta prueba complementaria. ¿Qué es la gastroscopia? La gastroscopia, también conocida como fibrogastroscopia o endoscopia digestiva alta, es una prueba médica complementaria que utiliza un sistema óptico para poder ver el interior del tubo digestivo superior (esófago, estómago y primera porción del intestino delgado). La herramienta utilizada, el endoscopio, consiste en un tubo de fibra óptica largo y flexible, con una cámara conectada a un vídeo, que permite ir viendo el interior del tubo digestivo. Es de utilidad tanto a nivel diagnóstico como terapéutico. ¿En qué consiste la técnica y cuál es su utilidad? Para realizar este procedimiento, el endoscopista utiliza cámaras de vídeo especialmente diseñadas y lentes de pequeño tamaño (de 1,9 mm a 4 mm), así como  instrumental de pequeño calibre que puede introducirse en el interior del tubo digestivo a través de unas canalizaciones interiores que presenta el endoscopio. Esto permitirá al médico: Inyectar aire o líquido para distender el tubo digestivo para una mejor visualización, así como lavar la zona a inspeccionar. Aspirar y tomar muestras de la superficie del tubo digestivo a estudiar. Introducir micropinzas y microtijeras para la realización de diferentes procedimientos: Biopsiar , es decir, tomar muestras de tejido para su posterior estudio microscópico. Cauterización de varices o lesiones hemorrágicas activas. Extracción de pequeños cuerpos extraños que se hayan ingerido accidentalmente o pólipos de la mucosa digestiva. Asimismo, como técnica terapéutica, permite resolver determinados problemas sin necesidad de realizar cirugía abierta del abdomen o del tubo digestivo. Esto conlleva una reducción de los riesgos y complicaciones, lo cual permitirá una recuperación mucho más rápida y mejor tolerada por el paciente. ¿Qué riesgos conlleva la realización de este procedimiento? Las complicaciones son poco habituales y, de presentarse, no suelen ser importantes. Sin embargo, ningún procedimiento médico está exento de complicaciones debido a la variabilidad entre los pacientes o por acontecimientos no esperados durante el procedimiento. Algunas de estas posibles complicaciones, de rara aparición como ya se ha comentado, son: Hemorragia digestiva alta , secundaria principalmente a la realización de biopsias y manipulación de tejidos. Laceraciones o desgarros de la pared digestiva. Complicaciones secundarias a la anestesia general , en el caso de que ésta haya sido necesaria. ¿Dónde y cómo se lleva a cabo el procedimiento? La prueba se realiza en unas salas preparadas especialmente para ello, no son quirófanos. Lo primero que se hace es colocar una vía venosa periférica al paciente para poder administrar medicamentos relajantes y/ o sedantes de vida media corta (su efecto en el organismo es de unos minutos de duración). Por tanto, lo más habitual es que el paciente se encuentre despierto durante la prueba, pero en un estado de adormecimiento y relajación que impedirá que sienta dolor. El endoscopio se introduce por la boca, previa aplicación de un spray de lidocaína (anestésico local) en la garganta para minimizar todavía más las molestias de la intervención. En algunos casos, puede ser necesaria la anestesia general, dependiendo del estado de salud del enfermo y del tipo de intervención a realizar.  No obstante, lo más frecuente es que sólo requiera anestesia local y una suave sedación. La demora de la prueba es de aproximadamente entre 10 y 15 minutos . Sin embargo, si el endoscopista debe realizar algún tipo de biopsia, extracción de pólipos o cauterización de alguna zona sangrante, el procedimiento se puede extender hasta los treinta minutos. ¿Qué debes tener en cuenta el día previo a realizarte una fibrogastroscopia? Antes de la realización del estudio, debes tener en cuenta que la preparación para una fibrogastroscopia es esencial en el éxito de la prueba. En primer lugar, el estómago vacío . Por tanto, no debes consumir alimentos sólidos durante las ocho horas anteriores a la práctica del examen. Respecto a la ingesta de líquidos, lo recomendable es que no bebas con una anterioridad inferior a cuatro horas. En casos excepcionales de imperiosa necesidad, puedes beber agua en cantidades inferiores a 100 ml (dos dedos de un vaso o taza). Si eres fumador, abstente de fumar durante las tres horas previas a la práctica del examen. En el caso de que estés tomando algún tipo de medicación, debes de preguntar a tu médico si continúas tomándolo o lo interrumpes. En algunos casos, es habitual interrumpir el tratamiento con fármacos anticoagulantes, con aspirina o con antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno…). Recuerda informar siempre al médico de si padeces algún tipo de alergia o intolerancia a fármacos , así como en el caso de que estés embarazada o sufras algún tipo de dolencia cardíaca o pulmonar. ¿Y tras finalizar el procedimiento, qué te espera ese día y los posteriores? Tras el desarollo de la técnica, y después de unas horas de vigilancia, te podrás desplazar a tu domicilio si no ha habido ninguna complicación. ¡Y recuerda!, a ser posible intenta acudir siempre acompañado a la realización de este tipo de estudios invasivos. Durante los siguientes tres días, puedes presentar molestias abdominales o escozor en la garganta como principales síntomas. Si se presentas otro tipo de sintomatología más importante como dolor intenso o persistente más de tres días, vómitos, sangrado por la boca, dificultad para tragar o fiebre, debes consultar o acudir al médico para identificar rápidamente una posible complicación.
Hábitos Saludables Para Aliviar la Enfermedad de Crohn
Artículo especializado

Hábitos Saludables Para Aliviar la Enfermedad de Crohn

De momento, no existe una cura médica para la enfermedad de Crohn . La meta es suprimir la respuesta inflamatoria. Esto permite que el tejido intestinal sane y se alivian los síntomas. Una vez se controlan los síntomas, la terapia médica y dietética se utiliza para disminuir la frecuencia de los brotes de enfermedad y mantener los períodos de remisión. ¿Qué es? La enfermedad de Crohn es una de las principales del grupo de Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Es un proceso inflamatorio crónico del tracto intestinal que, aunque puede afectar a cualquier parte del tracto digestivo desde la boca hasta el ano, afecta de forma más común a la porción más baja del intestino delgado (íleon) o el intestino grueso (colon y recto). Una de las complicaciones que se pueden dar es la desnutrición (existe una alta prevalencia), debido a la mala absorción de los nutrientes a nivel intestinal cuando la enfermedad está activa; y también puede haber déficit vitamínico y/o mineral, por lo que se debe tener muy presente seguir una correcta alimentación y suministrar suplementos si fuese necesario. ¿Qué síntomas da? Debido a que la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier parte del intestino, los síntomas pueden ser muy distintos entre un paciente y otro. Dolor abdominal. Retortijones frecuentes. Diarrea (puede empezar lentamente o de repente). Necesidad de ir al baño con frecuencia. Sangrado rectal. Anemia (que puede causar mareos o cansancio). Pérdida de apetito. Pérdida de peso. Fiebre. Durante los períodos de síntomas activos, los pacientes también pueden experimentar fatiga (cansancio extremo), lesiones en la piel, en los ojos, o dolores en las articulaciones. En niños y adolescentes puede haber retraso en el crecimiento.  ¿Cuáles son las causas de la enfermedad de Crohn? Se desconoce la causa exacta, los estudios actuales se concentran en una reacción autoinmunitaria (el propio sistema inmunitario ataca las células sanas del cuerpo) donde las bacterias en el tubo digestivo pueden desencadenar de manera equivocada una reacción del sistema inmunitario. Esta respuesta del sistema inmunitario causa inflamación, lo que genera los síntomas de la enfermedad. A veces puede ser hereditaria . Las investigaciones han demostrado que, si padres o hermanos tiene la enfermedad de Crohn, se podría tener mayor probabilidad de llegar a padecer la enfermedad. ¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad? La enfermedad de Crohn con medicinas (que no curan la enfermedad, pero sí disminuyen los síntomas), reposo intestinal y cirugía. No hay un único tratamiento que funcione para todos los casos de la enfermedad. El tratamiento intenta disminuir la inflamación intestinal, evitar brotes de los síntomas y mantenerlo en remisión. Como parte del tratamiento también debe tenerse en cuenta la alimentación, hacer cambios puede ayudar a reducir los síntomas. A pesar de esto, no hay una dieta especial y estándar para la enfermedad . Cada persona es diferente, por lo que la tolerancia dependerá del momento de la enfermedad en que se encuentre y de la zona afectada. ¿Qué pautas de alimentación se pueden seguir? La alimentación será distinta cuando una persona se encuentre en una fase activa de la enfermedad, diferenciando un brote severo, moderado o leve; y cuando se encuentre en una fase de remisión. Durante la fase activa se recomienda: Distribuir la comida en varias tomas de menos cantidad y evitar las comidas copiosas . Una adecuada distribución de los alimentos a lo largo del día ayudará a controlar los síntomas de la enfermedad. En los períodos de brote, se aconseja controlar el c ontenido de lactosa, grasas y fibra dietética. Identificar los alimentos a los que asocian los síntomas. Identificar los alimentos que causan menor sintomatología. Evitar el alcohol , la cafeína, la fructosa, el azúcar y los edulcorantes artificiales si hacen sentir peor. En muchas ocasiones, en fase de brote severo o cuando existe hospitalización por complicaciones debidos a la propia enfermedad, se prescribe una dieta enteral (NE) por vía oral (sin fibra y sin lactosa). Consejos específicos sobre los lácteos Dentro de los alimentos de consumo diario en una alimentación saludable, se aconseja tomar lácteos y alimentos con fibra (verduras, frutas y cereales integrales), pero estos pueden ocasionar problemas de digestión al consumirlos o incluso aumentar los síntomas en las fases de actividad de la enfermedad. La intolerancia a la lactosa es una situación muy frecuente en nuestro medio, y su prevalencia es más elevada aún en las personas afectadas por enfermedad de Crohn. Sin embargo, dado que las personas con intolerancia a la lactosa tienen una menor densidad ósea, la tendencia actual es mantener el consumo de lácteos, en la medida en que su tolerancia lo permita. Es recomendable consultar con el médico especialista para saber si se puede consumir fibra y lactosa. En caso de no tolerar bien los lácteos: se puede tomar leche sin lactosa o bebidas vegetales como la de soja o avena, pero enriquecido en calcio. Los quesos y yogures contienen menos lactosa por lo que su tolerancia puede ser mayor. Los quesos suelen contener mayor fracción grasa, y eso los convierte en más calóricos. En caso de estar con bajo peso, puede ser una buena opción rica en calcio y además ayudará a aumentar las calorías de la dieta. En caso de no tolerar ningún lácteo: se puede aumentar el consumo de otros alimentos ricos en calcio, siempre que estos sean bien tolerados. Un ejemplo son los pescaditos pequeños con espina o sardinas en lata (consumir con las espinas), los frutos secos (almendras, nueces, avellanas), y las semillas de sésamo. Otras alternativas pueden ser: bebidas de soja o de arroz enriquecidas con vitamina D y calcio. Consejos específicos sobre la fibra Si los alimentos muy ricos en fibra provocan molestias se pueden tomar medidas para mejorar su digestibilidad: Preparar las legumbres en cocciones sencillas , evitando los guisos grasos. Si igualmente enteras no se toleran bien, se pueden tomar trituradas, y si aún así dan molestias se puede pasar el puré por el chino. Tomar las frutas masticándolas bien, o bien hornearlas para mejorar su tolerancia. Probar la tolerancia a los diferentes tipos de verduras y mediante diferentes formas de cocción, ir probando una por una y en pequeñas cantidades. Las verduras y frutas que generalmente dan más problemas son las coles, coliflor, brócoli , etc. y los cítricos, aunque eso no significa que en todos los casos vayan a ser mal tolerados. Durante la fase de remisión se recomienda: Los consejos dietéticos son los mismos que para la población sana, es decir, seguir una dieta variada y equilibrada, suficiente para cubrir las necesidades de macro y micronutrientes. Sólo se deben excluir aquellos alimentos que por propia experiencia no se toleran bien. En caso de brote moderado-severo En caso de brote leve Consejos generales Dieta sin fibra Bajo contenido en grasas transformadas Dieta sin lactosa (en personas intolerantes) o con muy escasa cantidad Dieta de fácil digestión Restricción de fibra insoluble y residuos Dieta controlada en grasas transformadas (bollería, pastelería, precocinados comerciales) Moderar el contenido en lactosa Alimentos que suelen tolerarse bien En caso de brote moderado-severo En caso de brote leve Lácteos Leche sin lactosa o vegetal diluida (eliminación total de la leche solo si hay diarreas, flatulencia, dolor abdominal) Bebidas vegetales, prioridad en el consumo de queso y yogur. Exclusión completa en intolerantes a la lactosa Carne y pescado Carne de ternera picada, pollo sin piel, pavo, conejo Pescado blanco magro Todo tipo de carne Pescado blanco magro Gambas y langostinos Huevos Tortilla de claras (probar tolerancia a la yema) Tortilla, huevo duro (muy cocido) Pan, cereales Tostadas no integrales, biscotes, sémola de arroz, sopa de tapioca, arroz hervido, maicena, pasta de sopa pequeña muy cocida Pan tostado no integral, biscotes, pan de molde, arroz hervido, pasta muy cocida, maicena, sémola de arroz, cereales sencillos sin azúcar ni fibra Patata Puré de patata Puré de patata Embutido Jamón dulce sin grasa, pechuga de pavo cocido Jamón dulce o curado sin grasa, pechuga de pavo cocida Fruta Manzana o pera al horno o hervida, pera o melocotón en almíbar sin líquido, membrillo Zumo de uva o manzana caseros, manzana al horno o hervida, plátano maduro, membrillo Verdura Verduras en puré, verduras tiernas hervidas. Bebida Agua, agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal Agua, agua de arroz o zanahoria, caldo vegetal Cocciones Cocido y papillote Cocido, papillote, plancha, horno, grill, parrilla, guiso suave Alimentos que NO suelen tolerarse bien Verduras Cebolla, coles, coliflor, pimientos, puerros, rábanos Legumbres Guisantes, lentejas, habas, garbanzos, habichuelas, judías, patatas fritas Pan y cereales Centeno, pan muy fresco Fibra insoluble procedente de cereales integrales Frutas Albaricoque, melocotón, ciruelas, cerezas, higos, melón Huevo Huevos duro y frito Lácteos Leche entera, queso graso Pescado Pescado azul frito o en aceite Carne Tocino, carnes grasas (cerdo, cordero, pato) y fritas. Embutidos, sesos, callos, pollo frito Bebidas Bebidas con gas, bebidas con cacao Tomar suficiente cantidad de líquidos, se aconseja tomar pequeñas cantidades de agua de forma frecuente a lo largo de todo el día, para asegurar una correcta hidratación. Grasas Alimentos grasos como mantequilla, nata, manteca, embutidos grasos, etc. Preparaciones grasas como frituras, salsas, etc. Otros Evitar los picantes y los edulcorantes, pueden ocasionar diarreas (caramelos, chicles, bebidas Light o Zero… ).  Evitar bollería
Flutter Auricular
Artículo especializado

Flutter Auricular

El ritmo cardiaco normal se conoce como ritmo sinusal , y la frecuencia cardiaca normal es de 60-100 latidos por minuto (lpm). Las arritmias alteran tanto el ritmo como la frecuencia cardiaca. Hay diferentes tipos y una de ellas es el flutter auricular. Ahora te explicamos más. Tipos de arritmias Existen muchos tipos de arritmias y cada una de ellas requiere un tratamiento diferente, también los síntomas, su gravedad y la repercusión sobre la calidad de vida del paciente puede ser muy variable. Las arritmias pueden originarse en la aurícula o en el ventrículo . Las que se originan por encima del ventrículo se llaman supraventriculares y a esta categoría pertenece el flutter auricular . Es común la coexistencia en un mismo paciente de dos tipos de arritmias supraventriculares: el flutter y la fibrilación auricular y se da más en varones. ¿Cómo se produce? En condiciones normales el corazón se contrae de forma rítmica y sincrónica .  Esta contracción es el resultado de un impulso eléctrico que se genera en la aurícula, llega al ventrículo y se traduce en un latido cardiaco. Estos impulsos eléctricos ocurren a intervalos regulares. En una arritmia se produce una alteración de este mecanismo que conduce a que el corazón no se contraiga de manera regular generando un trastorno del ritmo. Las arritmias se producen por diversos mecanismos, básicamente existe una ausencia del impulso eléctrico , éste se inicia en un lugar diferente o sigue una ruta (vía de conducción) errónea.  En el flutter se produce una alteración en la conducción normal de los impulsos eléctricos del corazón, lo que se conoce como un circuito de reentrada.   Durante la actividad eléctrica normal, el ciclo cardiaco se inicia en el nódulo sinoauricular y continúa propagándose hasta activar todo el corazón, activando las fibras cardiacas y dejándolas refractarias hasta que se inicia un nuevo ciclo, lo que permite mantener el ritmo cardiaco.  Si un grupo aislado de fibras no se ha activado durante el impulso eléctrico inicial, pueden hacerlo antes de que éste finalice y activar además otras zonas que se han recuperado del inicio del ciclo dando lugar a un ritmo rápido y desorganizado.  Este tipo de proceso se denomina reentrada y es el mecanismo del flutter típico. Causas Problemas cardiacos: provocan una alteración de la estructura del corazón, como la hipertensión, la enfermedad coronaria, enfermedades de las válvulas cardiacas, miocardiopatías (inflamación del músculo cardiaco), etc. Se asocia además a la presencia de otras enfermedades no cardiacas como hipertiroidismo, anemia, enfermedades pulmonares (EPOC, embolia pulmonar) o hipertiroidismo entre otras. También hay que descartar consumo de determinados fármacos. También puede aparecer en personas con corazón sano , sin enfermedad aparente. Síntomas Los síntomas más comunes incluyen: Palpitaciones, el paciente “nota el latido cardiaco”. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que las palpitaciones no siempre traducen una arritmia. Pueden aparecer como resultado de un estado de ansiedad y no tener ninguna relevancia. Mareos y pérdida de conocimiento (síncope). Sensación de falta de aire (disnea), dolor en el pecho. Cansancio. La aparición de esta arritmia puede ser paroxística (aparición aguda y de forma breve) o recurrente para acabar siendo persistente. Es común la coexistencia en un mismo paciente de dos tipos de arritmias supraventriculares: el flutter y la fibrilación auricular. Generalmente si la presencia de flutter es secundaria a una enfermedad aguda (por ejemplo, un infarto), una vez tratada la enfermedad de base no suele recidivar. Diagnóstico El diagnóstico del flutter, como el de cualquier arritmia, se basa en el estudio de la actividad eléctrica del corazón mediante una serie de pruebas. Además se ha de realizar un interrogatorio detallado al paciente para conocer los factores que pueden causar o desencadenar su arritmia. El electrocardiograma es la prueba más sencilla y eficaz para diagnosticar una arritmia. En el electrocardiograma tiene un patrón característico «en dientes de sierra» por su morfología. La frecuencia está generalmente entre 250 y 320/min. Existen otras pruebas más complejas que permiten conocer de forma más detallada el mecanismo de la arritmia que son los estudios electrofisiológicos. Los estudios electrofisiológicos permiten obtener un mapa del sistema de conducción eléctrica del corazón, para averiguar el tipo de arritmia y su posible origen. Se pueden administrar fármacos para eliminar la arritmia o destruir las vías de conducción anómalas mediante ondas electromagnéticas. Las pruebas de imagen como la ecocardiografía, el TAC, la RM o el cateterismo cardiaco permiten valorar si existen lesiones estructurales en el corazón. Tratamiento El flutter puede tratarse mediante cardioversión, técnicas de ablación con catéter o con fármacos . El objetivo del tratamiento es el control de la frecuencia cardiaca y restablecer el ritmo sinusal (ritmo cardiaco normal) evitando la repetición de episodios de flutter. Las indicaciones de tratamiento están marcadas por la escasa respuesta del flutter a los fármacos antiarrítmicos y la posibilidad de eliminar el circuito del corazón que provoca la arritmia mediante la ablación con catéter. La ablación con catéter es una técnica muy eficaz y con un alto porcentaje de éxito en el tratamiento del flutter. La ablación mediante catéter es un procedimiento en el que se utiliza un catéter y un dispositivo que permite obtener un mapa de las vías de conducción eléctrica del corazón. Utilizando ondas electromagnéticas de alta frecuencia (radiofrecuencia) o frío (crioablación), se pueden bloquear las vías de conducción responsables de la arritmia. La ablación es una opción de primera línea en el tratamiento del flutter típico recurrente, especialmente en casos de mala tolerancia clínica. La ablación puede ser difícil técnicamente cuando el miocardio es grueso y la anatomía irregular. Las aplicaciones de radiofrecuencia pueden ser dolorosas y requieren sedación, mientras que la crioablación es indolora. Las complicaciones de la ablación son infrecuentes. Generalmente problemas vasculares en las venas femorales (vía de acceso con el catéter), bloqueos cardiacos (<1%) y de manera excepcional perforación de la aurícula . Si ésta ha tenido éxito, tras la ablación se puede interrumpir la administración de fármacos antiarrítmicos y anticoagulantes (en la mayoría de los casos). La cardioversión eléctrica es un tratamiento que se utiliza para devolver el ritmo normal tras la aplicación de una descarga eléctrica sobre el tórax. La cardioversión suele reservarse en los casos de flutter de corta duración (<48 h) y especialmente en las situaciones en que existe mala tolerancia e inestabilidad del paciente a consecuencia de la arritmia. La cardioversión programada (flutter persistente) requiere anticoagulación previa. También se puede indicar tratamiento farmacológico (antiarrítmicos), si bien la eficacia es más baja que la de la ablación. Existen numerosos grupos de fármacos que actúan por mecanismos diferentes. Se pueden administrar por vía oral o por vía endovenosa y siempre bajo indicación y control médico. Finalmente existen tratamientos complementarios que reducen las complicaciones de algunas arritmias como fármacos anticoagulantes. No hay datos precisos sobre la incidencia de embolias cardiacas en pacientes con flutter, están indicados en pacientes con flutter crónico y en aquellos a los que se vaya a practicar una cardioversión. Pronóstico El tratamiento mediante ablación no garantiza la eliminación de la arritmia en el 100% de los casos, y puede volver a aparecer en un 5-10% de los casos, generalmente durante los tres meses siguientes. Se puede volver a repetir la ablación. Otra opción, en algunos casos, es añadir fármacos antiarrítmicos previamente ineficaces. La ablación puede hacer que estos fármacos sean eficaces en la prevención de las recidivas de flutter.
Ginecomastia, No Solo en Mujeres
Artículo especializado

Ginecomastia, No Solo en Mujeres

Es más común de lo que parece (cerca de un 3%) que algunos hombres presenten inflamación del tejido mamario. Esta se produce debido a desequilibrios hormonales en los niveles de estrógeno y progesterona, y se conoce como ginecomastia. Puede producirse en uno o ambos senos, y presentarse con sintomatología dolorosa . Tiene un gran componente psicológico, pues muchos hombres aseguran no querer mostrar el torso desnudo en la playa, gimnasio… Para solucionarlo, contamos con soluciones médicas y quirúrgicas. ¿Cuáles son los signos y síntomas? El paciente se presentará con el tejido glandular inflamado, sensible al tacto, con dolor o secreción en uno o ambos senos. Clínicamente, se manifestará de acuerdo a la etapa de crecimiento por la que el hombre atraviese: En los lactantes, desaparece a las 2 o 3 semanas del nacimiento. Se produce por la influencia hormonal mamaria. Durante la pubertad, se produce por cambios hormonales, desapareciendo a los 6 meses o al año desde la aparición de la patología. En el hombre adulto, alcanza su pico entre los 50 y 69 años, y se van afectados uno de cada cuatro, y generalmente optan por la cirugía para resolverlo . Es fundamental para esta elección el componente psicológico que presentan, debido a las asimetrías que generalmente se presentan cuando la ginecomastia afecta a un solo seno. Se presenta con más frecuencia en la adolescencia o edad avanzada , y predispone a su aparición el uso de esteroides anabólicos (en hombres que quieran aumentar la masa muscular a expensa de estas drogas comerciales); enfermedad de Klinefelter; enfermedades renales, hepáticas o tiroideas; consumo de drogas como heroína, metanfetaminas y marihuana; consumo de alcohol; y medicación como diazepam. ¿Cómo se diagnostica? El examen físico incluye revisión de genitales, tórax, abdomen y pelvis , con preguntas acerca de sus antecedentes personales y familiares; y se pueden realizar análisis de sangre con perfil hormonal y mamografías para descartar cáncer de mama. En última instancia, se podrán realizar TAC, resonancia magnética (RMN) y biopsia del tejido. ¿Cuál es el tratamiento? El tratamiento podrá ser médico o quirúrgico, y deberá ser llevado a cabo por un especialista. El tratamiento médico implica regularizar el nivel hormonal corporal. Debe ser controlado por un médico endocrinólogo. En cuanto a la cirugía, existen dos opciones a realizar: Liposucción , donde se realiza la lipoaspiración de la grasa; por ejemplo, mediante liposucción laser, que extrae la grasa y genera retracción de la piel sobrante. Mastectomía , donde se reseca la glándula mamaria, y puede combinarse con liposucción. En mi experiencia personal, varios pacientes masculinos, de entre 50 y 60 años, me han planteado la posibilidad quirúrgica para resolver de manera definitiva la afección, debido a lo intimidados que se sentían mostrándose en la playa con torso desnudo, a pesar de no tener un grado importante de ginecomastia.  El componente psicológico tiene un gran pesar en esta afección, y es prioritario resolverla para evitar complicaciones mayores para el paciente a futuro. Recuperación La recuperación es relativamente rápida : el paciente debe llevar una faja durante al menos 15 días, y puede retomar las actividades diarias a las 48 horas de realizado el procedimiento. Se aconseja no hacer grandes esfuerzos durante la primera semana tras la operación, y es preferente realizar el procedimiento en épocas invernales. Las principales complicaciones son el hematoma y la inflamación de la zona. No deben realizarse ejercicios aeróbicos ni levantamientos de pesas hasta pasados los dos meses de la cirugía. Ginecomastia en la mujer En casos excepcionales, en las mujeres puede aparecer ginecomastia en una mama, o en un tejido mamario, como un todo. Implica factores hormonales, aunque es muy raro que aparezca. Ante cualquier cambio o duda, debe consultarse a un ginecólogo especialista para descartar otras afecciones de mayor frecuencia, como son los fibroadenomas, o la fibrodisplasia glandular mamaria y, en menor medida, el cáncer de mama.
Halitosis: Cómo Combatirla
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Halitosis: Cómo Combatirla

Todos conocemos el término “ halitosis” para referirnos al m al aliento o al mal olor proveniente de la boca , pero no siempre el origen está en la boca. Generalmente se asocia a una higiene deficiente, aunque en muchos casos se encuentra una causa tratable por el odontólogo. ¿Sabías que más del 50% de la población ha sufrido halitosis en algún momento de su vida? ¿Cómo puedo saber si tengo halitosis? Simplemente comprobando el olor de nuestro aire espirado. ¡Ojo! No lo compruebes por la mañana al levantarte dado que es frecuentísimo el mal olor por la disminución del flujo salival durante el sueño que provoca acúmulo de restos orgánicos en la cavidad bucal. Por ello insistimos tanto en la limpieza bucal nocturna. ¿Qué ocurre dentro de la boca para que se genere el mal olor? Generalmente, es fruto de la acumulación bacteriana y de restos de comida. Recordemos que, sobre todo en el dorso de lengua y en las encías, tenemos bacterias anaerobias gram-negativas, cuyos productos de degradación son compuestos volátiles de sulfuro, de olor muy desagradable. Este olor se verá potenciado por la presencia de enfermedad dental o periodontal , así como en pacientes con el flujo salival afectado por la toma de algunos medicamentos o patología glandular.  ¿Cómo se clasifica la halitosis? En función de su origen, distinguiremos dos tipos de halitosis: La halitosis oral: proviene de la propia cavidad oral. Supone el 90% del total de halitosis. En a mitad de los casos se debe a la acumulación de biofilm oral o placa bacteriana. Otras posibles causas pueden ser: problemas periodontales, caries, tabaco, alcohol, etc. La halitosis extraoral: se debe principalmente a trastornos de base orgánica: aparato respiratorio, aparato digestivo, enfermedades hepáticas o renales, fundamentalmente. Suponen el 10% de los casos. ¿Qué la causa? De entre las principales causas de la halitosis oral podríamos mencionar: Enfermedad periodontal : gingivitis, periodontitis, sarro… Caries: sobre todo las que afectan a la dentina o a la cámara pulpar. Higiene oral deficiente : si no arrastramos la placa bacteriana de la boca a diario provocará el crecimiento bacteriano. La lengua es la localización de mayor predominio de las bacterias anaeróbicas en la boca Faringe: infecciones víricas, bacterianas o fúngicas. Por ejemplo, en caso de amigdalitis. Necrosis por radioterapia y quimioterapia en pacientes neoplásicos. Enfermedad en las glándulas salivares como xerostomía o cálculos. Prótesis mal ajustadas (pueden provocar acúmulo de restos alimentarios), piercings linguales (pueden dificultar la higiene)… Edad: en general, el olor del aliento empeora con la edad por el menor flujo salival y la mayor patología dental o periodontal. Ingesta de fármacos como los anticolinérgicos y los antidepresivos que disminuyen la secreción salival y favorecen el acúmulo de placa.  Tabaco y/o alcohol. Dietas con ayunos prolongados o ingesta de determinados alimentos como ajo, cebolla, queso, huevo y algunas especias. Las causas de la halitosis extraoral pueden ser: Nasales (sinusitis, adenoiditis). Enfermedades digestivas (reflujo gastroesofágico, hiperacidez, infección por Helicobacter pylori, aerofagia, etc.) Enfermedades respiratorias (bronquitis crónica, bronquiectasias o neumonía), enfermedades sistémicas (diabetes mellitus, alteración renal o hepática…). ¿SABÍAS QUE? La intolerancia a la lactosa puede ser causa de halitosis. Quienes la sufren no metabolizan correctamente la lactosa por deficiencia de lactasa, por lo que las características de su biofilm pueden cambiar sensiblemente respecto a la población normal. ¿Cómo se establece el diagnóstico de halitosis? A pesar de ser un síntoma fácilmente evidenciable, debe ser valorado por el odontólogo con la finalidad de descubrir la posible causa que la origina. Se deben conocer los hábitos alimentarios y de higiene bucal del paciente, así como explorar el diente y el peridonto (estructura que rodea al diente: encías y espacios interdentales). ¿Existe un tratamiento específico? Obviamente, vamos a tratar todas las posibles causas que encontremos al explorar una boca. Nos referimos, por ejemplo, a la caries, la gingivitis, el acúmulo de sarro, etc. Todo tratamiento bucal incidirá en la disminución del número de bacterias productoras del mal olor de la boca, así como en la volatilización de productos malolientes. En general, tras el tratamiento de los problemas odontológicos recomendaremos una higiene dental o tartrectomía e insistiremos y adiestraremos al paciente para mejorar la higiene oral. Puede estar indicado el uso de colutorios antisépticos de forma puntual. ¿Puedo prevenir de alguna manera la aparición de halitosis? El principal método de prevención es una higiene bucodental impecable y constante empleando todos los que tenemos a nuestra disposición: cepillo de dientes, seda dental, hilo dental, cepillo interproximal, dentífricos y colutorios (su uso debe ser supervisado). Lo ideal sería cepillarse tres veces al día (después de cada comida principal) y, sobre todo, por la noche antes de ir a dormir. Otras medidas son altamente efectivas como: Evitar comidas muy condimentadas o con ajo y cebolla. Es decir, trataremos de eliminar de nuestra dieta aquellos alimentos que favorezcan la halitosis. Aumentar la ingesta de frutas que contengan enzimas digestivas como el kiwi y la piña. Abandonar el hábito tabáquico. Beber abundante agua y poco alcohol y café. Masticar chicle sin azúcar. Los que poseen xilitol tienen efecto bacteriostático. Y, sobre todo, no te quedes con dudas al salir de la consulta del odontólogo, pregúntale lo que desconozcas. Estará encantado de explicarte la técnica correcta de higiene, las diferencias entre cepillo eléctrico y manual, cómo se usa el hilo interdental y el cepillo interproximal, etc. Para los odontólogos no hay nada más gratificante que un paciente interesado en una correcta higiene bucal. Pregúntanos.
¿Tengo la Helicobacter Pilory?
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¿Tengo la Helicobacter Pilory?

Si alguna vez has sentido inflamación o sensación de quemazón en la parte superior del abdomen, es posible que la causa sea alimentaria: algún exceso, comidas pesadas o picantes, etc. No obstante, si ese malestar es intermitente, dura varios días y va acompañado de náuseas o pérdida de peso a corto plazo, podría tratarse de una úlcera gástrica , en cuyo caso deberías consultar con el médico especialista en sistema digestivo para valorar si el culpable de todo esto es el denominado Helicobacter Pylori. Sobre la bacteria y de sus consecuencias El Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria que habita exclusivamente en nuestro estómago ya que es altamente resistente al PH ácido de los fluidos gástricos . Dicha bacteria se encuentra, aproximadamente, en dos tercios de la población mundial y es asintomática en el 70 % de los casos. Sin embargo, el H. pylori puede provocar una infección , muy común en los países en vías de desarrollo, que puede empezar en la niñez y cuyos síntomas no aparecen hasta la edad adulta. Esta infección se debe a los daños que provoca esta bacteria en el revestimiento de la mucosa gástrica que protege el estómago y el duodeno, permitiendo así que los ácidos estomacales irriten dicha mucosa y se originen inflamaciones gástricas (gastritis) e incluso úlceras de estómago y del intestino delgado. De hecho, el H. pylori es responsable de más de la mitad de las úlceras pépticas en todo el mundo. Además, recientemente se ha clasificado esta bacteria dentro del grupo I de carcinógenos ya que su infección puede ser un factor de riesgo para desarrollar cáncer gástrico , según la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer. En definitiva, la infección por H. pylori puede producir diferentes patologías según la severidad y duración de dicha infección, entre las que encontramos: gastritis aguda (duración de unos días), o gastritis crónica (permanente) que, a su vez, puede ocasionar úlceras gástricas y duodenales, cáncer gástrico y linfoma MALT (cuyo acrónimo en inglés significa «tejido linfoide asociado a mucosas»). Síntomas de la infección por Helicobacter Pylori Cuando existe una infección por H. pylori, los principales síntomas que se pueden sufrir son: Hinchazón abdominal. Mayor sensación de saciedad tras la ingesta de alimentos. Dolor ardiente que se presenta con el estómago vacío (o entre comidas) de aparición intermitente que puede durar días o semanas. Cambios en las heces. Náuseas y/o vómitos. Pérdida de peso. Falta de apetito. Debilidad. Anemia. Eructos y regurgitación. ¿Cómo se diagnostica una úlcera causada por esta bacteria? Ante la aparición de los signos de sospecha de infección que hemos mencionado, es necesaria una evaluación completa del paciente por parte del médico para valorar si los síntomas de gastritis son debidos a un uso continuado de AINES (antiinflamatorios no esteroideos) o debidos a la presencia de H. pylori. Entre los test no invasivos para evaluar la presencia de H.pylori, encontramos : Prueba de sangre: su principal objetivo es la detección de anticuerpos contra el H.pylori. Prueba de aliento: el paciente ingiere una solución con urea que, ante la presencia de la bacteria, será transformada en dióxido de carbono, gas detectable por el aire expirado al cabo de 10 minutos. En dicha prueba, se recomienda que el paciente no tome antibióticos ni inhibidores de la bomba de protones (protectores de estómago) en las dos semanas anteriores a ésta. Prueba en heces : es necesaria para detectar antígenos de H . pylori. Además, según el caso, el médico puede ordenar una endoscopia a través de la cual se realizará una biopsia para analizar el tejido esófago-gastro-duodenal y confirmar la presencia de H. pylori ¿Cuál es su tratamiento? El único tratamiento que erradica la bacteria H. pylori es la terapia con una combinación de antibióticos específicos (claritromicina, tetraciclina y/o metronidazol) administrados entre siete y 14 días. No obstante, aunque los antibióticos pueden curar el 80-90% de las úlceras causadas por H. pylori, también es necesario combinar los antibióticos con la toma de otros medicamentos que ayuden a reducir la secreción de ácido en el estómago y a favorecer la cicatrización de la úlcera. Estos medicamentos se denominan comúnmente “antiácidos” y entre ellos encontramos los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol, pantoprazol, etc.) Tras cuatro semanas de tratamiento, se deberán realizar nuevamente las pruebas de aliento o de heces para confirmar que la bacteria ha sido eliminada ¿Qué alimentación puede ayudar a mejorar los síntomas de infección? Aunque el tratamiento principal se lleve a cabo mediante la medicación pautada por el médico, también podemos mejorar la sintomatología derivada de esta infección (gastritis, úlceras, irritación, etc.) mediante una dieta de protección gástrica (o dieta “blanda”), cuyas principales premisas son: Evitar comidas copiosas. Realizar pequeñas ingestas de alimentos varias veces al día (seis o siete). Comer despacio, masticando bien y reposando tras las comidas. Beber suficiente agua o infusiones (ni muy frías ni muy calientes). Evitar los zumos de frutas , las bebidas con gas, el café, el té, el cacao y el alcohol. Preparar los alimentos con poca sal, sin especias picantes y con poco aceite (evitar fritos y rebozados). Evitar los alimentos ultraprocesados (dulces, galletas, bollería salsas, snacks, patatas chips) y los fiambres y embutidos (pavo, jamón dulce, salchichón, etc.) Tomar los cereales refinados (arroz, avena, maíz, etc.) en vez de integrales. Priorizar la ingesta de vegetales y frutas cocidas al vapor, hervidas o al horno o en forma de purés frente a verduras y frutas crudas. Optar por el consumo de carnes blancas (pollo o pavo) y pescado blanco frente a la ingesta de pescado azul (atún salmón, etc.), marisco y carnes rojas (ternera). Evitar la ingesta de leche entera y probar la tolerancia a yogures o quesos frescos. Evitar la yema de huevo o, según tolerancia, ingerir el huevo muy cocido (en forma de tortilla o huevo duro). Probar la tolerancia a legumbres cocidas o en forma de puré. ¿Qué puedo hacer para evitar una infección por h. pylori? La principal forma de transmisión de la bacteria de H. pylori de una persona a otra es por medio de la boca (concretamente la saliva ) o del contacto con vómitos o heces. A su vez, éstas pueden contaminar aguas o alimentos, por lo que resulta indispensable una correcta higiene y preparación de los alimentos para minimizar los riesgos de infección. En general, las principales acciones que nos pueden ayudar a prevenir una infección por H.pylori son: Lavarse las manos con agua y jabón después de usar el baño y antes de comer. Comer alimentos correctamente lavados, higienizados y cocinados. Beber agua de fuentes limpias y seguras.
Hernia de Hiato: Preguntas con Respuesta
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Hernia de Hiato: Preguntas con Respuesta

Hiato, del latín  hiatus , aplicado en anatomía significa orificio o hendidura en alguna parte del cuerpo. En el diafragma tenemos un orificio natural o hiato a través del cual el esófago llega al estómago, separando la cavidad torácica de la cavidad abdominal. Cuando se forma una hernia de hiato, esta barrera anatómica no cumple su función y se crea una abertura en el diafragma , provocando que la parte superior del estómago suba a la cavidad torácica. ¿Qué relación tiene con el reflujo? Esta situación, que se estima que afecta al 20% de la población, suele favorecer el reflujo del contenido gástrico hacia el esófago, debilitando la pared del esófago por su acidez, llegando incluso con el tiempo, en algunos casos, a dañar las células epiteliales del esófago, dando lugar al esófago de Barret, donde el tejido del esófago se reemplaza por un tejido similar al del revestimiento intestinal. Este efecto dañino, si no se pone remedio, puede derivar a una displasia , situación que predispone al cáncer de esófago. Sin embargo, aunque el reflujo gastroesofágico suele asociarse con la hernia de hiato, la mayoría de las personas que padecen una hernia de hiato no presentan síntomas. Y cuando se manifiestan, los más comunes suelen ser acidez o ardor de estómago, dolor torácico, tos seca, dificultad para tragar alimentos y halitosis o mal aliento. Cuando estos síntomas aparecen o persisten se debe acudir al médico especialista (gastroenterólogo) para que valore el caso y el tipo de tratamiento más adecuado. En la mayoría de los casos la toma de medicación o la combinación de los mismos, junto con una modificación de algunos hábitos del estilo de vida, ayudan a controlar los síntomas. Se suelen administrar fármacos que reduzcan la producción de ácido y que facilitan el vaciamiento gástrico. Si los síntomas persisten y no mejoran con la medicación se suele recurrir a la cirugía, como mejor opción. ¿Qué causas tiene la hernia de hiato? En la mayoría de los casos la causa es desconocida, aunque se cree que ciertos esfuerzos físicos realizados de forma repentina pueden provocar un debilitamiento de la musculatura del diafragma y favorecer su aparición. También existen factores de riesgo que predisponen a su aparición como la propia edad (por el envejecimiento del músculo diafragmático), fumar, sufrir estreñimiento (por el esfuerzo ejercido para evacuar) y estar obeso (por la presión que ejerce la grasa en los músculos del abdomen). En niños también puede darse, pero su causa suele ser hereditaria. ¿Qué papel juega la dieta? En cuanto a la dieta, ciertas recomendaciones dietéticas pueden ayudar a reducir las molestias, teniendo en cuenta la propia tolerancia individual. Evitar las comidas abundantes : es preferible realizar cinco o seis comidas a lo largo del día, masticar despacio y de manera relajada, dedicando un mínimo de 30 minutos a cada comida. Procurar no beber mucho durante las comidas o justo después de las mismas, pues retrasan la digestión al diluir los jugos gástricos. Cenar dos o tres horas antes de acostarse y evitar tumbarse después de las comidas. Si de todas formas notas molestia sería aconsejable que levantases la cabecera de la cama unos 15-20 cm, para permitir que la gravedad mantenga el contenido del estómago en su interior. No utilizar ropa que te oprima el abdomen. Evitar el cinturón apretado. Introducir alimentos de fácil digestión y evitar aquellos considerados irritantes. Aunque en algunos casos depende de la tolerancia individual (ver tabla) Cocinar con técnicas de cocción saludables que utilicen poca grasa : hervido, vapor, plancha, horno, etc. Los alimentos muy calientes o muy fríos pueden provocar molestias. Introducir según tolerancia individual Evitar tomar alimentos y bebidas que disminuyan la fuerza de los músculos del esófago como: Alcohol contenido en bebidas alcohólicas y bebidas gaseadas Alimentos carminativos (favorecedores de la expulsión de gases), como menta, ajo o cebolla. Provocan una estimulación de la secreción gástrica, por lo que deben tomarse según tolerancia. Chocolate. Alimentos de elevado contenido graso (fritos, aceite, mantequilla o margarina, carnes grasas, etc). Evitar alimentos o bebidas que irritan el esófago como : Cítricos y zumos (tomate, naranja, uva…). Café o té (sustituir por achicoria, malta o infusiones). Pimienta, guindilla, especias y alimentos condimentados. Entre las hierbas aromáticas el eneldo, laurel, tomillo y romero, entre otras, favorecen la digestión. Derivados del tomate. Alimentos muy salados o en escabeche por su acción irritativa. Vinagre de vino (mejor utilizar el vinagre de manzana). Evitar ciertas hortalizas : nabo, rábano, ajo y cebolla y aquellas que causan muchos gases (col, coliflor). Se recomienda tomar con mayor frecuencia los siguientes alimentos: Alimentos ricos en proteínas , pero con bajo contenido en grasa (carnes magras, leche desnatada, quesos bajos en grasa, etc). Alimentos ricos en hidratos de carbono y bajo contenido en grasa (pan, cereales, pasta, arroz, patata, etc.). Alimentos ricos en mucílagos . Este tipo de fibra suaviza la mucosa, sus fuentes alimentarias son: calabaza, calabacín y borraja.
Despeja Tus Dudas sobre la Hernia Discal
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Despeja Tus Dudas sobre la Hernia Discal

Es la mayor causa de incapacidad en personas menores de 45 años , ¿lo sabías? ¿Y qué tiene que ver una hernia discal con una ciática? ¿Qué diferencia hay entre protusión y hernia discal? ¿Se ve una hernia discal en una radiografía? Son muchas las preguntas para formular ante esta patología tan frecuente. ¿Qué es una hernia discal? Es una enfermedad que afecta al disco intervertebral , que es una estructura cartilaginosa que se encuentra entre las vértebras confiriéndoles capacidad de amortiguación. Este disco consta de dos partes claramente diferenciadas: anillo fibroso o halo periférico y núcleo pulposo o zona central de consistencia gelatinosa, cuyo contenido es un 88% de agua. Cuando el núcleo pulposo del disco intervertebral se desplaza hacia el exterior empuja al anillo fibroso e incluso puede llegar a romperlo. Es entonces cuando el núcleo pulposo ocupa un espacio anatómico que no le corresponde y compromete las estructuras de dicha área. Cuando el desplazamiento es en dirección lateral (derecha o izquierda) producirá una ocupación del canal medular que se traduce en una compresión y/o desplazamiento de la raíz nerviosa que discurre por allí, originando síntomas neurológicos (hormigueos, pérdida de fuerza o sensibilidad). ¿Cuál es exactamente la diferencia entre protusión y hernia discal? La diferencia radica en la cantidad de disco desplazado . Si es menor del 50% del disco se llama protusión discal, mientras que si es mayor hablaremos de hernia discal. Es importante aclarar que el tamaño de la hernia no tiene correlación con los síntomas. Tiene más trascendencia la ubicación anatómica que el tamaño de la hernia. Las ubicaciones más frecuentes de las hernias discales son: región lumbar (entre los espacios L4-L5 y L5-S1, que suponen el 95% de los casos) y región cervical (entre los espacios C5-C6 y C6-C7). ¿Qué síntomas puede dar una hernia? En función de la ubicación la hernia producirá dolor en la región lumbar (lumbalgia) o cervical (cervicalgia). Se acompañará por un cortejo de síntomas asociados según la estructura anatómica que se vea comprometida por el disco herniado. Podremos encontrar una alteración de la fuerza de la extremidad, una alteración de la sensibilidad, una afectación motora (disminución de la movilidad), una radiculagia (braquialgia o ciatalgia) e incluso mal control de los esfínteres. ¿Todas las lumbalgias tienen una hernia discal de base? En absoluto. A pesar de que la lumbalgia mecánica es uno de los principales motivos de consulta en urgencias de traumatología sospecharemos una implicación discal sólo ante determinados síntomas como pueden ser la sensación de hormigueo o la dificultad para el movimiento de la pierna. En caso de detectar estos síntomas investigaremos la raíz nerviosa afectada.  Al realizar la exploración es muy probable que detectemos una disminución de los reflejos en la zona afectada. ¿Qué exploración y pruebas diagnósticas realizaremos? Ante un dolor cervical o lumbar debemos realizar un buen interrogatorio y una exploración física exhaustiva (donde podremos valorar posibles deformidades, asimetría de extremidades y alteraciones neurológicas). Se deben explorar la fuerza, los reflejos y la sensibilidad de las raíces nerviosas locales. En el caso concreto de una lumbociatalgia o ciática, aproximadamente el 90% de los casos será debido a una hernia discal que comprime una raíz nerviosa (casi siempre L5 o S1). El síntoma guía es un dolor irradiado hacia la extremidad inferior que puede llegar hasta el pie. La primera prueba diagnóstica a realizar sería una radiografía de columna, aunque no nos permitirá la visualización del disco intervertebral por ser radiotransparente. Posteriormente se solicitarán otras pruebas de imagen para completar el estudio (resonancia magnética o tomografía computarizada). La  resonancia magnética nuclear es el método de elección para evaluar la morfología del disco intervertebral. Las pruebas de imagen deben pedirse de forma inmediata ante la sospecha de patología vertebral grave. Uno de los objetivos de las pruebas de imagen es identificar a los pacientes candidatos a tratamiento quirúrgico. Debemos mencionar la electromiografía por ser la siguiente prueba diagnóstica a realizar cuando detectamos una hernia discal que compromete una raíz nerviosa. Es una prueba que nos permite estudiar alteraciones en la conducción nerviosa. Valora el sistema nervioso periférico (nervio y músculo). ¿Cuál sería el tratamiento de elección? Existen numerosas opciones terapéuticas disponibles. Sin embargo, ningún tratamiento ha demostrado ser más beneficioso que otros. El tratamiento médico puede consistir en analgésicos, miorrelajantes, corticoides, antinflamatorios …, en función de los síntomas predominantes. Otros tratamientos coadyuvantes pueden ser contemplados, como la fisioterapia y la rehabilitación. En fase de mantenimiento la práctica de natación sería de gran utilidad para tonificar la musculatura paravertebral. En dolores rebeldes al tratamiento convencional o con mala respuesta al mismo puede indicarse el tratamiento en la Clínica del Dolor (supervisado por anestesistas que suelen infiltrar el foco del dolor con agujas dirigidas por escopia). El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos casos en los que los tratamientos anteriores no han sido efectivos. Esta patología puede ser intervenida por el traumatólogo o por el neurocirujano. El tratamiento quirúrgico estrella es la discectomía (resección del disco herniado mediante laminectomía o hemilaminectomía). Otras opciones quirúrgicas serían la discólisis (desecación del disco con ozono), la artroplastia (fijación de dos o más vértebras consecutivas para descomprimir el disco intervertebral afecto), etc. Como ves existen múltiples abordajes terapéuticos. La tendencia es conservadora. Se descarta la opción quirúrgica en aquellos pacientes con buena respuesta al tratamiento médico. Sin embargo, se contempla la opción quirúrgica en aquellos pacientes con afectación neurológica importante y dolor invalidante. Entre ambos extremos encontramos la mayoría de los casos.
Infertilidad: Causas, Pruebas y Tratamientos
Artículo especializado

Infertilidad: Causas, Pruebas y Tratamientos

En nuestro medio cada vez se está posponiendo más la edad en la que nos planteamos los embarazos. También nos encontramos con que el ritmo de vida actual favorece situaciones de estrés, hábitos tóxicos, sobrepeso, obesidad … que habitualmente juegan en contra de la fertilidad. Todos estos factores y el hecho de que cada vez tenemos más recursos para ofrecer soluciones hace que más parejas consulten por temas de infertilidad y esterilidad. ¿Fértil o estéril? Suele haber confusión con estos dos términos, que se usan por igual pero los médicos hacemos diferencia entre ellos: se califica como infértil a una pareja que no consigue llevar a término los embarazos y presenta abortos de repetición, y estéril a la pareja que no consigue embarazos en un plazo medio de 12 meses sin tener ninguna precaución anticonceptiva. Ambos pueden ser primarios si nunca ha habido un embarazo a término previo, o secundarios cuando esto ocurre después de haber tenido un hijo. ¿Cuándo consultar? La tasa de embarazos espontáneos en parejas que no tienen ningún problema de fertilidad es de media uno de cada cuatro ciclos que, en realidad, no es mucho, por este motivo se aconseja intentarlo durante un año antes de consultar al especialista, ya que tras este periodo el 85% de las parejas habrán conseguido gestación. El 15% restante quizás tengan algún factor que se lo dificulte y eso es lo que las pruebas que se realizarán intentarán descubrir. ¿En qué consiste el estudio? El estudio ha de ser de ambos miembros de la pareja ya que las causas pueden ser diversas y tanto de origen masculino, como femenino o mixto. El especialista valorará en la visita a través del interrogatorio y la historia clínica si existe algún factor ambiental que pueda estar incidiendo en la pareja, que la frecuencia de las relaciones sexuales sea suficiente, si hay algún antecedente de salud que pueda tener alguna repercusión en la esperada fertilidad y con la información de los ciclos menstruales y edad de la mujer si a priori hay que sospechar algún problema ovárico. A la mujer se le realizará una exploración ginecológica y ecografía transvaginal para valorar útero y ovarios. Después se solicitará una analítica a ambos miembros de la pareja para valorar su estado de salud, serologías de enfermedades infecciosas, y un estudio de sus cromosomas , llamado cariotipo, que confirme que no hay ninguna alteración cromosómica responsable de la esterilidad o infertilidad, y a la mujer un estudio hormonal que nos dará la información de qué pronóstico tienen los ovarios en cuanto a su capacidad de ovulación y qué respuesta podemos esperar en caso de iniciar un tratamiento de reproducción. Al varón le solicitaremos un análisis del semen , o seminograma, que nos informará sobre la concentración, morfología, motilidad y vitalidad de los espermatozoides. La siguiente prueba básica a realizar una vez hemos confirmado que hay óvulos y espermatozoides competentes es comprobar que el camino que han de recorrer está despejado y pueden encontrarse. Para ello se practican unas pruebas de imagen para ver la cavidad uterina y las trompas con un líquido de contraste simulando el trayecto que tienen que hacer espermatozoides y óvulos. Estas pruebas se llaman histerosalpingografía, la prueba clásica, que se realiza con un contraste radiológico y múltiples radiografías o histerosalpingosonografía, más moderna e inocua que utiliza un gel espumoso y ecografía transvaginal. En parejas infértiles, que han presentado dos o más abortos, a la mujer se le pedirá un estudio especial de factores específicos de la coagulación llamado estudio de trombofilia , pues algunas alteraciones a este nivel pueden ser responsables de fallos en la implantación de la placenta y provocar abortos. Estas pruebas básicas pueden detectar un problema al que se planteará el tratamiento oportuno, pero habrá un porcentaje, que se calcula de alrededor de un 20%, en las que no encontraremos ninguna patología, y son las que llamamos esterilidad de causa desconocida, que no significa que no haya causa, sino que las pruebas que actualmente tenemos no son capaces de diagnosticarlas. Tras el estudio básico… Después del estudio básico y en función del resultado de las pruebas podemos realizar otras más específicas o pasar directamente a un tratamiento de reproducción asistida. Como pruebas diagnósticas más específicas en algunos casos puede ser necesario realizar: Una histeroscopia , que es una técnica endoscópica que se realiza por vía vaginal para valorar el interior del útero y descartar malformaciones uterinas, tabiques, pólipos o miomas. O una laparoscopia en casos de sospecha de endometriosis o patología de los ovarios. Al varón también se le puede ampliar el estudio con un test de recuperación espermática o test de REM, que consiste en una selección de los espermatozoides más móviles y más rápidos para evaluar su calidad con un estudio de fragmentación del ADN espermático o un FISH. O un cultivo del semen si se sospechan cuadros infecciosos. O ecografía en casos de sospecha de patología testicular o prostática. Tratamientos Una vez interpretados los resultados, el especialista planteará el tratamiento más adecuado en cada caso. Simplificando mucho son dos: la inseminación artificial y la fertilización in vitro. La inseminación artificial consiste en planificar un ciclo ovárico con una medicación que nos mejorará la calidad del óvulo (a veces con ciclo espontáneo sin medicación) y el momento exacto de la ovulación recogemos una muestra de semen que se prepara en el laboratorio para potenciar los espermatozoides más rápidos y sanos y depositarlos con una cánula en el interior del útero para dejar menos pasos al azar y asegurarnos que se encuentran en el momento óptimo. La fertilización in vitro consiste en administrar una medicación durante la primera fase de un ciclo para obtener cuantos más óvulos mejor. Madurarlos y controlarlos ecográficamente mientras crecen, y en el momento en que están a punto de ovular extraerlos (se realiza una punción de los ovarios por vía vaginal mientras la mujer está sedada). En el laboratorio se unen a una muestra seleccionada de espermatozoides y se obtienen los embriones, de los cuales se seleccionarán los mejores y se depositarán cuidadosamente también mediante una cánula en el interior del útero al tercer o quinto día, o bien se congelarán para uso posterior. Todo este peregrinaje por las distintas consultas, pruebas y tratamientos tiene un importante desgaste para la pareja, pero por suerte cada vez más contamos con conocimientos y tecnología que nos hace cumplir el sueño de la gran mayoría de estas parejas… ¡ser padres!
Cómo Evitar el Contagio y las Consecuencias de la Meningitis
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Cómo Evitar el Contagio y las Consecuencias de la Meningitis

Un 80% de las meningitis ocurren en la infancia, especialmente en niños menores de 10 años . Se trata de un proceso inflamatorio de las capas de meninges que rodean al cerebro y la médula espinal (aracnoides, piamadre) y del líquido que los baña, el líquido céfalo-raquídeo (LCR) debido, entre otras causas, a la invasión de virus, bacterias, hongos o parásitos. Las meningitis bacterianas serán de comienzo agudo y las propias de los virus-hongos- parásitos tendrán un curso clínico más subagudo-crónico. La meningitis bacteriana va precedida de la colonización del área de la nasofaringe del afectado por las bacterias en cuestión, desde donde pasan a la sangre y de ahí al Sistema Nervioso Central. ¿Qué causas tiene? El microorganismo causal de la meningitis bacteriana aguda puede ser relativamente predecible si tenemos en cuenta la edad del paciente, los factores de riesgo predisponentes, las enfermedades de base y el estado inmunológico previo del paciente. Así, el Streptococcus Pneumoniae y la Neisseria Meningitidis son los gérmenes más frecuentes en los casos de niños mayores de cuatro semanas de edad y en el adulto, inmunocompetentes.   El Haemophilus Influenzae tipo B será propio de pacientes con antecedentes de trauma craneal o fístula de LCR, p.ej. Otras bacterias involucradas serían: Listeria monocytogenes y Streptococcus Agalactiae  (ambos típicos del periodo neonatal), Staphylococcus Aureus , Pseudomonas Aeruginosa o Mycobacterium Tuberculosis , entre otros numerosos ejemplos. En la meningitis viral, los enterovirus y los herpesvirus son los agentes causales más frecuentes. Cursa en forma de brotes epidémicos, sobre todo en meses de verano y otoño. ¿Cómo se produce el contagio? Las bacterias que colonizan la nasofaringe y los virus se transmiten típicamente por contacto directo con las secreciones respiratorias (flemas, secreciones de nariz, boca o gotitas que se lanzan al toser). También es posible la transmisión vía fecal-oral. Signos y síntomas Las manifestaciones clínicas son diferentes según la edad del niño (cuanto menor es, más sutil e inespecífica es la sintomatología).   Fiebre, que responde mal a antitérmicos. Mialgias (dolores musculares). Exantema (erupción cutánea). Cefalea (dolor de cabeza). Vómitos. Rigidez de nuca (signos de Kernig y Brudzinsky positivos). Otros: cambios en el nivel de conciencia, convulsiones , parálisis nerviosas… En el recién nacido: irritabilidad o letargia, rechazo de las tomas, fontanela “llena”… Diagnóstico Ante la sospecha clínica se deben realizar pruebas diagnósticas complementarias tales como analítica sanguínea general, toma de hemocultivos (cultivos de la sangre) y ejecución de punción lumbar (para poder extraer una pequeña cantidad de líquido cefaloraquídeo, para proceder al análisis bioquímico y cultivo del mismo). Tratamiento Administración de antibióticos/antivíricos y corticoterapia , específico a cada caso concreto. Aunque la situación ideal sería una rápida identificación del microorganismo y un tratamiento dirigido, en la mayoría de ocasiones no es posible en un primer momento y se empieza con el denominado tratamiento empírico (antibioticoterapia según edad y germen más probable), ya que no se debe posponer el mismo bajo ningún concepto. Una vez conocido el germen causante y su susceptibilidad in vitro , el tratamiento antimicrobiano debe ser modificado, con el fin de prescribir la opción más específica y adecuada a cada caso. Aplicación de medidas generales de antitermia, analgesia, elevación del cabezal de la cama…   Las medidas de soporte hemodinámico (hidratación correcta, aporte de sales, aporte de oxígeno, monitorización de presión arterial, frecuencia cardiaca, temperatura, saturación de oxígeno…) pretenden mantener una oxigenación y una hidratación corporales correctas para evitar consecuencias indeseables del tipo shock o daño cerebral secundario. Pronóstico y prevención La introducción de vacunas frente a los gérmenes causales más frecuentes ( Haemophilus Influenzae b , Neisseria Meningitidis -meningococo-  y Streptococcus Pneumoniae -neumococo-) y el desarrollo de antibióticos cada vez más potentes ha  disminuido la incidencia y ha mejorado el pronóstico de la infección, pero las complicaciones-secuelas y los niveles de mortalidad todavía son importantes: puede haber secuelas hasta en una cuarta parte de los niños afectados, tan graves como la epilepsia, el retraso psicomotor o la sordera neurosensorial (la más frecuente) y el nivel de mortalidad que tiene la meningitis bacteriana alcanza el 4’5% en los países desarrollados (más frecuente por neumococo  y meningococo). VACUNAS Haemophilus Influenzae tipo B : INFANRIX HEXA ®. Neisseria Meningitidis (Tipo A y C): MENINGITEC ®. Neisseria Meningitis (Tipo B): BEXSERO ®. Streptococcus Pneumoniae : PREVENAR ®. Algunas de estas vacunas han disminuido drásticamente la incidencia de algunas infecciones convirtiéndolas en excepcionales, por ejemplo, Haemophilus Influenzae tipo B . Está indicada la realización de quimioprofilaxis (administración de medicamentos preventivos de la infección) sólo a los contactos cercanos de los casos de meningitis meningocócica y meningitis por Haemophilus .
Gases: Consejos para Evitarlos
Artículo especializado

Gases: Consejos para Evitarlos

¿Alguna vez has tenido problemas para ajustarte el cinturón a pesar de no haberte excedido en la dieta? ¿Todo abdomen distendido es por acúmulo de gases? ¿Está relacionado con alguna enfermedad? Antes de nada, vamos a explicar por qué se producen los gases y después daremos consejos y pautas para prevenir y aliviar. El meteorismo (también llamado flatulencias, gases…) es un p roceso provocado por un acúmulo excesivo de gas intestina l. Conduce a una distensión o abombamiento abdominal con sensación de tensión en la pared que puede llegar a provocar dolor. Este exceso de aire intestinal puede provenir de la ingesta, de la fermentación o metabolismo de los alimentos en el trayecto colónico o de la disminución de su eliminación fisiológica. Cuando el cúmulo es importante se hace necesaria su expulsión en forma de eructos o ventosidades para aliviar las molestias que ocasiona. Es una situación que provoca gran incomodidad o malestar. Es muy prevalente en nuestro medio a pesar de no ser nocivo para la salud. ¿Hay enfermedades que predisponen al acúmulo de gases intestinales?   Existen muchas entidades médicas asociadas al meteorismo. Tenemos que decir que en la mayoría de ellas destaca la aerofagia (tragar aire en exceso) como principal causa. Podríamos mencionar las siguientes enfermedades típicamente asociadas: Enfermedades relacionadas con la malabsorción intestinal : enfermedad celíaca e intolerancia alimentaria a la lactosa o a la fructosa. Trastornos funcionales (por alteración de la motilidad intestinal) como el síndrome del intestino irritable o el megacolon Trastornos digestivos: obesidad, diverticulitis, estreñimiento, diarrea, sobrecrecimiento bacteriano o alteraciones en la flora bacteriana del colon (por ejemplo, tras la ingesta de antibióticos por un cuadro infeccioso), parasitosis… ¿Cuáles son los síntomas típicos del meteorismo? Se caracteriza por la distensión o abombamiento abdominal (que identificaremos fácilmente por provocar aumento del perímetro abdominal habitual), los ruidos intestinales aumentados, los eructos y las ventosidades. ¿Cómo se llega al diagnóstico? Los síntomas son muy característicos. La función del médico es descartar posibles síntomas de alarma que pudieran hacernos pensar en otras patologías. La exploración abdominal muestra una distensión abdominal con un claro timpanismo o acúmulo de aire al percutir la pared abdominal. A la auscultación encontraremos unos ruidos abdominales aumentados (como cuando tenemos apetito). ¿Qué tratamiento debemos hacer por nuestra parte? Básicamente debemos intentar reducir los gases ingeridos y para ello debemos tener conocimiento de los alimentos más ricos en gases (llamados alimentos flatulentos) para intentar evitarlos. Así mismo debemos tener presentes unos hábitos de conducta durante la ingesta. Al disminuir la cantidad de aire que ingerimos conseguiremos disminuir el aire acumulado. ¿Qué alimentos debo evitar si noto meteorismo? Mencionamos aquellos alimentos que más se asocian al acúmulo de gas. No quiere decir que estén prohibidos, pero deberías tenerlos en cuenta, si es tu caso. Legumbres: habas, alubias, garbanzos, lentejas y guisantes. Verduras: col, coliflor, coles de Bruselas, repollo, alcachofas, nabos, espinacas, acelgas, lechuga, espárragos, pepino, pimiento. Evita la menestra o el panaché de verduras. Hortalizas : cebolla cruda, patatas, rábanos. Cereales: cereales integrales, arroz, pan y harinas integrales. No comas más de 150 gramos de pan al día ni más de dos platos de pasta a la semana. Frutas: pasas, albaricoque, plátano y ciruela. Otros: chocolate, bebidas gaseosas, refrescos de cola, cerveza, vino tinto. ¿Cuáles son las modificaciones del hábito alimentario a tener en cuenta? No tomes más de un vaso de leche al día y disminuye el consumo de yogurt y quesos frescos. Evita el azúcar. Toma preferentemente frutas maduras y peladas : melocotón, albaricoque, piña, manzana, pera, melón, sandía, kiwi, etc. Evite pasas, albaricoque, plátanos y ciruelas. Limita el uso de tomate, apio y zanahoria en las ensaladas. El tomate tómalo preferentemente pelado. ¿No sería más fácil saber lo que puedo tomar? Si te va a servir de ayuda, te indicamos los alimentos que menos flatulencia provocan y, por tanto, los que mejor se toleran: Carnes (vaca, ternera, pollo, pavo, cordero lechal) y pescados (blancos y azules). Cocina con poca grasa. Evita fritos o rebozados. Huevos escalfados , pasados por agua, duros o en tortilla francesa. Toma todos los zumos de frutas naturales y sin gas que te apetezcan. Condimenta preferentemente con aceite de oliva o con soja. Aparte del control de los alimentos, ¿puedo tener en cuenta otras acciones? Bebe poca cantidad de líquido durante las comidas (agua, vino, zumos), sin gas y sin utilizar porrón, bota, botijo o paja para aspirar. Ello quiere decir que entre las comidas debemos compensarlo bebiendo mucha agua. Come lentamente , masticando y ensalivando bien los alimentos. Procura no hablar demasiado cuando tengas alimentos en la boca. Evita hacer ruidos deglutorios al beber. Evita chupar caramelos y mascar chicle . Potencian la ingesta de aire. No fumes , practica ejercicio físico y disminuye tu estado de estrés. Puede ocurrir que, a pesar de ser cuidadosos con la ingesta, tu intestino siga acumulando aire.  En ese caso debo aconsejarte que acudas a visita médica. Existen fármacos que evitan el acúmulo de aire o facilitan su expulsión. No es lo más deseable, pero en momentos de acúmulo excesivo pueden aliviarte tus síntomas. Cuando las molestias son muy persistentes y rebeldes a todo tipo de tratamiento debes acudir al digestólogo. El especialista suele solicitar pruebas de intolerancia, análisis de sangre, cultivo de heces o pruebas de imagen para descartar un problema subsidiario que precisaría un tratamiento específico. Como es evidente, cuando detectamos que el meteorismo es secundario a una enfermedad concreta (por ejemplo, a una intolerancia al gluten) deberemos centrarnos en el tratamiento específico de esa enfermedad de base. Teniendo en cuenta esta pincelada estoy segura de que mejorarán tus síntomas. En breve te habituarás a comer los alimentos más flatulentos y evidenciarás mejoría de tus síntomas. En cuanto notes que el cinturón no te molesta es que tu meteorismo ha mejorado.
Exantema Infantil: Cómo Tratarlo y Evitarlo
Artículo especializado

Exantema Infantil: Cómo Tratarlo y Evitarlo

En la mayoría de los casos los exantemas traducen una infección que el niño superará de forma normal sin tratamiento y sin complicaciones, pero hay que estar atentos a ciertos signos y síntomas de alarma que pueden traducir una situación grave. ¿Qué es? Un exantema es una e rupción en la piel que acompaña a una enfermedad general, normalmente de causa vírica . La infancia es una época de la vida en que aparecen muchos exantemas, ya que el niño debe estar en contacto con muchos microorganismos nuevos para él, y pasar muchas infecciones. Algunas de ellas, como el sarampión o la rubeola, son controladas mediante vacunas desde hace décadas. ¿Qué tipos hay? Existen exantemas que producen máculas y pápulas (manchas rojas o granitos), pústulas (granitos con pus), petequias y púrpura (manchas más oscuras, que parecen hematomas), enrojecimiento de todo el cuerpo (eritrodermia), despegamiento de la piel, o afectación sólo de algunas zonas como el síndrome mano-boca-pie. ¿Pueden diferenciarse las causas de todos los exantemas? No siempre puede saberse la causa de cada exantema sin realizar un análisis de sangre y determinar si el organismo ha producido anticuerpos contra la infección. Esto no suele hacerse para no someter al niño a pruebas innecesarias. Sin embargo, existen algunos muy característicos, como: Exantema súbito, sexta enfermedad o roséola infantum : primero el niño tiene fiebre, generalmente alta y durante tres días, la fiebre baja y entonces (cuando el niño está contento y sano) aparece el exantema, en forma de manchitas de color rojo o rosado, pequeñas, en el tronco, el cuello y la espalda. Al estirar o apretar la piel, las manchitas desaparecen. Es una virasis por herpes virus 6 que cura sin necesitar ningún tratamiento. Eritema infeccioso, síndrome de la cara abofeteada o quinta enfermedad : fiebre, aparición de enrojecimiento en ambas mejillas con aspecto de “cara abofeteada” y posteriormente aparición de una erupción reticulada en los miembros, que reaparece cuando se baña al niño o con los cambios de temperatura, y dura semanas. Está producido por el parvovirus B19. Enfermedad mano-boca-pie: es frecuente en niños pequeños. Causa aftas o heridas en la boca, y granitos en las manos, los pies y el área del pañal. Se contagia a través de las manos contaminadas con heces, ya que el virus que la provoca es un enterovirus, que viene del intestino. No tiene tratamiento específico, sólo antitérmicos. Escarlatina : dolor de garganta y faringitis, fiebre y aparición de una erupción de puntitos rojos que confluyen en las flexuras de los codos o el cuello, formando rayas llamadas “líneas de pastia”. Cuando cura, la piel se “pela” o descama. Es una infección por una bacteria, el estreptococo. Tiene tratamiento específico, con antibióticos. ¿Cuáles deben despertar alarma? Como la mayoría de los casos, se trata de un niño con fiebre y una erupción, y no es fácil diferenciar aquellas situaciones que pueden acarrear un pronóstico grave, sobre todo el primer y el segundo día de la enfermedad, cuando no hay ningún signo de sospecha. En general, hay que pensar en algo más que una viriasis leve cuando la fiebre es elevada y dura más de tres días, y cuando el niño está muy postrado. O cuando aparecen los siguientes signos: Petequias y púrpura : pueden anunciar una meningitis potencialmente grave. Lengua enrojecida y ganglios hinchados junto con fiebre muy alta que no cede a los tres días: puede ser el inicio de una enfermedad de Kawasaki Despegamiento de la piel : puede indicar un síndrome de Stevens Johnson o un síndrome del shock tóxico por estafilicocos o estreptococos. Normas sobre el bebé con fiebre y exantema Como norma general, si un niño de menos de seis meses tiene fiebre, hay que acudir al pediatra o a urgencias, porque en estos meses hay más posibilidades de que sea una infección por bacterias (las infecciones víricas son más raras porque el niño tiene anticuerpos que le ha pasado su madre por la placenta y por la leche materna). Si el niño tiene entre seis meses y dos años , la fiebre es el resultado de las virasis habituales a esta edad. Se puede tratar la fiebre durante dos o tres días y acudir al pediatra si continúa, o si el niño tiene mal estado general, o signos de alarma como petequias. Ante un exantema, estirar o apretar la piel. Si las manchitas desaparecen y no son fijas, suele ser una infección banal. De todas maneras, siempre hay que acudir al pediatra en casos de duda.
Fases del Embarazo
Artículo especializado

Fases del Embarazo

Hablar sobre el embarazo da para escribir un libro. Aunque es muy difícil resumir todo lo que sucede en este momento vital, casi mágico, que da como resultado una nueva vida, hemos sintetizado en este artículo lo más importante en cuanto a cambios maternos, fetales y las principales pruebas que realizamos a lo largo de la gestación. Nueve meses El embarazo tiene una duración de unos nueve meses . Como la fecha de la concepción no siempre es conocida, los obstetras lo calculamos en semanas, que es más preciso, y contabilizamos 40 semanas desde la fecha de la última regla (que serían unas 38 semanas desde la fecha aproximada de concepción, que es dos semanas más tarde de la última regla en una mujer con ciclos regulares de 28 días). Ese es el periodo medio en que las mujeres dan a luz, si bien son frecuentes los embarazos que se adelantan o atrasan un poquito, así que consideramos periodo normal de parto entre la semana 38 y la 42. La manera más popular de dividir ese tiempo es en trimestres . El primer trimestre abarca desde la concepción hasta la semana 13, el segundo trimestre de la 14 a la 27 y el tercero de la 28 a término. Cada una de estas etapas tiene diferentes connotaciones tanto para la madre como para el feto, y a continuación explicaremos lo más importante que les ocurre a ambos en cada uno de estos trimestres y las pruebas que realizamos para un buen control del embarazo: Primer trimestre En cuanto al feto, que hasta la semana 9 se llama embrión, es la etapa en la que se completa la formación de todos sus órganos . Desde el momento en que el óvulo es fecundado se inicia un proceso sofisticadísimo en el que el nuevo ser vivo, con una combinación única del ADN materno y paterno va tomando forma. Es el periodo más delicado, pues dependerá de que esa fusión entre los cromosomas de los progenitores sea correcta para que el embrión se desarrolle adecuadamente, y además ciertos agentes externos pueden incidir sobre ese desarrollo. Por eso el primer trimestre es el que más riesgo tiene de aborto , porque algunos de los embriones no podrán evolucionar porque algo originariamente ya no iba bien o algo ha sucedido que les impedirá seguir creciendo, y es el periodo donde se dan lugar las malformaciones fetales si algo incide en la correcta formación de un órgano. En cuanto a la gestante, frecuentemente refiere aumento de volumen y sensibilidad de las mamas, aumento de la frecuencia urinaria , sensación de peso en el vientre y pinchazos abdominales, cansancio o somnolencia y en ocasiones náuseas y vómitos. Todos estos síntomas suelen ir intensificándose hasta la semana 8-9 en que inician su remisión y la mayoría de embarazadas suelen encontrarse bien a partir de la semana 12. En cuanto a pruebas complementarias, el primer trimestre va enfocado por una parte a  identificar los embarazos de riesgo y por otra parte a diagnosticar malformaciones mayores y alteraciones cromosómicas. Para ello se solicita una analítica general para valorar el estado general de la gestante, descartar que sea portadora de enfermedades infecciosas transmisibles al feto (hepatitis, HIV…), necesidad de suplementos vitamínicos … y análisis de sangre específicamente dirigidos a valorar riesgo fetal de anomalías cromosómicas tipo Síndrome de Down. A este respecto existen dos tipos de análisis: El llamado Triple Screening , que combina edad materna, hormonas i datos ecográficos fetales que nos informará si estamos ante un embarazo con alto riesgo de Síndrome de Down que nos haga plantear otro tipo de pruebas confirmatorias. El Test Prenatal no Invasivo, que analiza ADN fetal en la sangre materna informando con precisión de más del 99% si el feto tiene o no alguna alteración cromosómica como el Síndrome de Down y otros no tan conocidos. Ecográficamente se puede realizar alguna ecografía temprana, sobre la semana 7-8 para datar exactamente el embarazo, pero la ecografía importantísima del primer trimestre se realiza a la semana 12. En esa fecha el feto ya muestra mucho de su anatomía y son visibles marcadores ecográficos que nos pueden hacer sospechar anomalías cromosómicas. Segundo trimestre El feto ya ha concluido su proceso de formación, ya tiene todos sus órganos, pero han de ir perfeccionándose y madurando. La incidencia de abortos es muchísimo menor y el efecto que pueden producir sobre el desarrollo los factores externos se minimiza. La madre durante este trimestre tiene una tregua, han cedido las molestias propias del primer trimestre, y aún no se resiente de la sobrecarga de las etapas finales del embarazo. Notará progresivamente aumento del volumen abdominal y movimientos fetales generalmente a partir de la semana 20. Las pruebas que se realizan en este trimestre son la ecografía de la semana 20, en la que se realiza un rastreo a fondo de la anatomía fetal para descartar cualquier malformación y valorar la evolución del feto y su crecimiento, que a la semana 20 pesa alrededor de 350 g, y analíticamente diagnosticar posibles alteraciones metabólicas frecuentes durante el embarazo como la diabetes gestacional, realizando con tal finalidad el test de O’Sullivan entre la semana 24 y 27. Tercer trimestre Es la etapa en la que el feto ya podría ser viable fuera del útero , durante todo este trimestre crece entre 1200 g que pesa aproximadamente a la semana 28 y los 3300 g de media que pesan al nacimiento. Su pulmón tiene que madurar para ser capaz de desarrollar su delicada función, así como su intestino, la visión… La gestante progresivamente va acusando la sobrecarga física que conlleva “convivir” con un feto que ocupa mucho volumen y provoca dolores de espalda y en las articulaciones por el incremento de peso, pinchazos en la pelvis, hinchazón en los tobillos… Desde el punto de vista médico dirigiremos las pruebas a tener todo en orden para el parto: análisis de sangre, cultivos para descartar la presencia de bacterias en el canal del parto que pudieran perjudicar al feto, seguimiento ecográfico de su crecimiento, y vacunación en algunos casos para proteger al recién nacido de algunas infecciones. Y, finalmente, el parto, ese acontecimiento esperado, deseado y temido a partes iguales, que da para escribir otro libro… y que culminará todo ese peregrinaje obsequiándonos con ¡nuestro recién nacido sano! Haz nuestro test de embarazo y averigua todo lo que debe saber una embarazada. Descubre todos los consejos y cuidados de las mujeres embarazadas.
Síndrome de Fibromialgia
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Síndrome de Fibromialgia

Dolor, cansancio, alteraciones en el estado de ánimo… son síntomas que refieren las personas con fibromialgia , un síndrome que no fue reconocido como enfermedad hasta 1992 y que afecta, y mucho, a la calidad de vida de quienes lo sufren. Te explicamos cómo se llega al diagnóstico y en qué consiste el tratamiento. ¿Por qué se le llama síndrome? Por tratarse de un conjunto de síntomas entre los que destacan el dolor crónico musculoesquelético generalizado junto con fatiga, insomnio o mala calidad de sueño, y alteraciones en el estado de ánimo. El síndrome de fibromialgia (SFM) es más frecuente en mujeres (les afecta 10 veces más que a hombres) y en el rango de edad entre los 30 y los 50 años. En su inicio costó catalogarlo por la diversidad e inespecificidad de sus síntomas, y fue reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 1992. El dolor Su causa es desconocida, aunque su principal síntoma, el dolor, se asocia a la llamada sensibilización central. Existe una fuerte relación entre la fibromialgia y una alteración en la modulación del dolor, que explica la respuesta dolorosa aumentada que aparece ante estímulos de baja intensidad. Dicho de otra manera, estas personas sufren más dolor que el resto de la población con el mismo estímulo. Y este bajo umbral de tolerancia al dolor ocasiona una hiperestesia o hipersensibilidad ante mínimos estímulos. [ Por otro lado, se aboga por una predisposición genética y ambiental , siendo más frecuente en hijos de progenitores con fibromialgia y en aquellas personas con mala calidad de sueño, obesidad, inactividad física e insatisfacción laboral y personal. ¿Cómo se confirma el diagnóstico? El diagnóstico del SFM es absolutamente clínico. No existe ninguna prueba que lo confirme. Para etiquetar de fibromiálgica a una persona debemos basarnos en los síntomas, junto con una exhaustiva exploración física y una analítica (básicamente para descartar otras causas como enfermedades reumáticas). Entonces, ¿los dolores generalizados sin causa aparente equivalen a fibromialgia? La respuesta es: no. Existen unos criterios diagnósticos que deben tenerse en cuenta. Hasta hace pocos años el dolor se valoraba mediante la exploración sistemática de los llamados “ puntos gatillo ”, que son un total de 18, y son unos lugares anatómicos específicos cuya palpación provoca un dolor local o irradiado. Si una persona tenía dolor al palpar un mínimo de 11 de los 18 puntos se consideraba una exploración positiva y sugestiva de fibromialgia. En 2010 se definieron unos criterios diagnósticos que debían estar presentes durante al menos tres meses con una intensidad similar y sin otra causa que los justificara.  Se valoraba un índice de dolor generalizado y una escala de gravedad de síntomas . Posteriormente, fueron modificados con la introducción de unos cuestionarios en forma de autoencuesta que debía cumplimentar el paciente. ¿QUÉ MÉDICO ME LLEVA? Normalmente es controlado por el reumatólogo, aunque durante el seguimiento pueden intervenir el traumatólogo, el rehabilitador, la clínica del dolor e incluso el psiquiatra (por asociarse a oscilaciones en el estado de ánimo). ¿Cuándo sospecharemos el diagnóstico de SFM? Dolor: es generalizado, de inicio insidioso e intermitente (pero progresivo). Debe tener una duración de tres meses y sin otra causa aparente. Es de predominio muscular, aunque puede ser articular. Son frecuentes la cefalea y la dismenorrea (dolor menstrual). Fatiga: presente en el 90% de los pacientes, es el síntoma más comúnmente asociado. Puede ser más incapacitante que el propio dolor. Alteraciones del sueño: insomnio de primera o segunda fase (cuesta coger el sueño o se despiertan durante la noche) o sueño no reparador (se despiertan con sensación de “no descanso”). Distimia: alteraciones en el estado de ánimo como depresión y/o ansiedad son frecuentes (tres de cada cuatro pacientes). Otros síntomas:  disfunción sexual (hasta en un 97% de los pacientes), síndrome del intestino irritable, sequedad ocular, palpitaciones, bruxismo, acufenos (pitidos), sobrepeso u obesidad, etc. ¿Qué pruebas podemos solicitar antes estos síntomas? Ante un posible SFM podemos encontrarnos con una exploración física normal. No obstante, solicitamos una analítica completa para descartar otras enfermedades. Diversas entidades pueden cursar con un dolor similar, por ejemplo, enfermedades musculo esqueléticas (artritis reumatoide, espondilo artritis, lupus eritematoso sistémico o poli mialgia reumática) o neurológicas (esclerosis múltiple o neuropatías periféricas). Algunos fármacos pueden causar dolor generalizado como esta tinas, inhibidores de la bomba de protones y bifosfonatos. ¿Cómo abordamos el tratamiento del SFM? El tratamiento debemos enfocarlo en la reducción de síntomas para mejorar el entorno médico del paciente. Disponemos de un tratamiento farmacológico y de un tratamiento no farmacológico, pero no existe un tratamiento estándar ni específico. Centrándonos en los síntomas predominantes de cada paciente individualizaremos su tratamiento. En cuanto a las medidas no farmacológicas podríamos mencionar: Concienciación del paciente y comprensión de su enfermedad: debemos fomentar una actitud positiva por su parte, pues influye fuertemente en la respuesta al tratamiento. Ejercicio físico: mejorando el bienestar físico y psicológico conseguiremos disminuir el dolor y mejorar la calidad de sueño. Es preferible el ejercicio aeróbico de baja potencia (caminar, trotar, nadar, aquagym, pilates, bailar, pedalear, etc). Tres sesiones a la semana de 30 minutos de duración son suficientes. Otras actividades aconsejadas serían: yoga, taichi, meditación o masaje corporal. Psicoterapia: el estado de ánimo influye en la evolución de la enfermedad. El tratamiento farmacológico debe abordar aquellos síntomas invalidantes, pero empleando la mínima dosis eficaz y durante periodos de tiempo controlados. No hay ningún fármaco aprobado con indicación específica para la fibromialgia. Por ello, el tratamiento será sintomático: Analgésicos y antiinflamatorios para el dolor. Relajantes musculares o antidepresivos para mejorar el descanso y el estado de ánimo. Otros: los fármacos anticonvulsivantes (gabapentina y pregabalina) han demostrado eficacia en el control de algunos síntomas.  A pesar de que los síntomas suelen persistir y fluctuar a lo largo del tiempo debemos fomentar que el paciente tenga una vida activa y recurra al tratamiento médico sólo cuando sus síntomas se intensifiquen. La convivencia con el SFM es más fácil si el paciente es conocedor de su patología y de su abordaje. Asimismo, el optimismo y una buena calidad de sueño van a influir positivamente en el control de la enfermedad.